¿Cuál es el objetivo de esta revisión?
El objetivo de esta revisión Cochrane fue determinar si son efectivas las estrategias de implementación para alentar a los profesionales sanitarios a utilizar la evidencia en la rehabilitación del ictus. Entre los ejemplos de estrategias de implementación figuran los talleres formativos, los materiales didácticos o proporcionar una valoración a los profesionales sanitarios sobre su desempeño. Los autores de la revisión recopilaron y analizaron todos los estudios pertinentes para responder a esta pregunta y encontraron nueve estudios.
Mensajes clave
No fue posible obtener una estimación fiable del efecto de las estrategias de implementación en la rehabilitación del ictus sobre el cumplimiento de la práctica basada en la evidencia por parte de los profesionales sanitarios a los 12 meses porque la evidencia es de calidad muy baja.
¿Qué se estudió en la revisión?
Los pacientes que sufren un ictus y realizan rehabilitación no siempre reciben tratamientos basados en la evidencia. Se han realizado investigaciones considerables en la rehabilitación del ictus, pero esta información no se traduce fácilmente a la práctica clínica o tarda mucho tiempo en ser utilizada por los profesionales sanitarios. Se necesitan estrategias para ayudar a los profesionales sanitarios a utilizar la mejor evidencia cuando atiendan a supervivientes de ictus.
Se incluyeron los estudios que compararon un grupo de profesionales sanitarios que recibieron apoyo para utilizar la evidencia en la rehabilitación del ictus con otro grupo que no lo recibieron. Se deseaba determinar si los profesionales sanitarios utilizaron más la evidencia en la práctica, si los pacientes cumplieron las recomendaciones basadas en la evidencia de los profesionales sanitarios y si mejoraron la salud y el bienestar de los pacientes.
¿Cuáles son los principales resultados de la revisión?
Se encontraron nueve estudios de cinco países: Australia, Canadá, Malasia, el Reino Unido y los Estados Unidos. Cuatro estudios notificaron si los profesionales sanitarios aumentaron el uso de la evidencia en la atención de los supervivientes de un ictus. Los estudios compararon a los profesionales sanitarios que recibieron apoyo para utilizar la evidencia en la rehabilitación del ictus con los profesionales sanitarios que no recibieron apoyo o recibieron un tipo diferente de apoyo.
No se sabe con certeza si las estrategias de implementación para apoyar a los profesionales sanitarios a utilizar la evidencia en la rehabilitación del ictus mejoran su práctica en comparación con ningún apoyo, ya que la calidad de la evidencia es muy baja. La revisión encontró que las estrategias para alentar a los profesionales sanitarios a utilizar la evidencia en la rehabilitación del ictus pueden tener poca o ninguna diferencia en el cumplimiento por parte del paciente del tratamiento recomendado y en el bienestar psicológico del paciente en comparación con ninguna intervención (evidencia de calidad baja). Además, se encontró que estas estrategias probablemente dan lugar a poca o ninguna diferencia en la calidad de vida relacionada con la salud del paciente y en las actividades cotidianas, en comparación con ninguna intervención (evidencia de certeza moderada).
No se encontraron estudios que informaran sobre la intención de los profesionales sanitarios de cambiar su conducta ni sobre su satisfacción.
¿Cuál es el grado de actualización de esta revisión?
Los autores de la revisión buscaron estudios publicados hasta el 17 de octubre de 2019.
No se sabe con certeza si las intervenciones de implementación mejoran la adherencia de los profesionales sanitarios a la práctica basada en la evidencia en la rehabilitación del accidente cerebrovascular en comparación con ninguna intervención, ya que la certeza de la evidencia es muy baja.
La rehabilitación basada en la evidencia de los estudios de investigación proporciona a los supervivientes de un accidente cerebrovascular la mejor oportunidad de recuperación. Se han realizado considerables investigaciones para guiar la práctica de la rehabilitación del accidente cerebrovascular, pero la adopción de la evidencia por parte de los profesionales sanitarios suele ser lenta y los pacientes no suelen recibir una atención basada en la evidencia. Las intervenciones de implementación son un medio importante para trasladar los conocimientos de la investigación a la práctica y optimizar así la atención y los resultados de los supervivientes de un accidente cerebrovascular. Se requiere una síntesis de la evidencia de los estudios de investigación para guiar la selección y el uso de intervenciones de implementación en la rehabilitación de un accidente cerebrovascular.
Evaluar los efectos de las intervenciones de implementación para promover la adopción de prácticas basadas en la evidencia (incluidas las evaluaciones clínicas y los tratamientos recomendados en las guías basadas en la evidencia) en la rehabilitación del accidente cerebrovascular y evaluar los efectos de las intervenciones de implementación adaptadas para abordar las barreras identificadas para el cambio en comparación con intervenciones no adaptadas en la rehabilitación del accidente cerebrovascular.
Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase y otras ocho bases de datos hasta el 17 de octubre de 2019. Se realizaron búsquedas en OpenGrey, se realizó el seguimiento de las citas y la verificación de las referencias de los estudios incluidos y se estableció contacto con los autores de los estudios incluidos para obtener más información e identificar los estudios potencialmente pertinentes.
Se incluyeron ensayos aleatorizados individuales y por grupos, ensayos no aleatorizados, estudios de series de tiempo interrumpido y estudios controlados del tipo antes y después que compararon una intervención de implementación con ninguna intervención o con otro enfoque de implementación en la rehabilitación del accidente cerebrovascular. Los participantes fueron profesionales sanitarios formados que trabajaban en la rehabilitación del accidente cerebrovascular y los pacientes que atendían. Los estudios se consideraron para inclusión independientemente de la fecha, el idioma o el estado de publicación. Los desenlaces principales fueron la adherencia al tratamiento recomendado por parte de los profesionales sanitarios, la adherencia al tratamiento recomendado por parte de los pacientes, el estado de salud y bienestar de los pacientes, la intención y satisfacción de los profesionales sanitarios, los desenlaces del uso de los recursos y los efectos adversos.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los estudios para inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo y la certeza de la evidencia mediante GRADE. La comparación principal fue cualquier intervención de implementación en comparación con ninguna intervención.
Nueve ensayos aleatorizados por grupos (12 428 pacientes participantes) y tres ensayos en curso cumplieron con los criterios de selección. Cinco ensayos (8865 participantes) compararon una intervención de implementación con ninguna intervención, tres ensayos (3150 participantes) compararon una intervención de implementación con otra intervención de implementación, y un ensayo de tres brazos (413 participantes) comparó dos intervenciones de implementación diferentes con ninguna intervención. Ocho ensayos investigaron intervenciones multifacéticas; las reuniones formativas y los materiales didácticos fueron los componentes más habituales. Seis ensayos describieron la adaptación del contenido de la intervención a las barreras identificadas para el cambio. Dos ensayos se centraron en la rehabilitación del accidente cerebrovascular basada en la evidencia en el ámbito agudo, cuatro se centraron en el ámbito hospitalario subagudo y tres ensayos se centraron en la rehabilitación del accidente cerebrovascular en el ámbito comunitario.
No se sabe con certeza si las intervenciones de implementación mejoran el cumplimiento por parte de los profesionales sanitarios de la práctica basada en la evidencia en la rehabilitación del accidente cerebrovascular en comparación con ninguna intervención, ya que la certeza de la evidencia fue muy baja (riesgo relativo [RR] 1,19; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,53 a 2,64; dos ensayos, 39 grupos, 1455 pacientes participantes; I2 = 0%). Evidencia de certeza baja indica que las intervenciones de implementación en la rehabilitación del accidente cerebrovascular pueden dar lugar a poca o ninguna diferencia en el cumplimiento del tratamiento recomendado por parte de los pacientes (diferencia de medias [DM] ajustada del número de recorridos al aire libre recomendados 0,5; IC del 95%: -1,8 a 2,8; un ensayo, 21 grupos, 100 participantes) y el bienestar psicológico de los pacientes (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,02; IC del 95%: -0,54 a 0,50; dos ensayos, 65 grupos, 1273 participantes; I2 = 0%) en comparación con ninguna intervención. Evidencia de certeza moderada indica que las intervenciones de implementación en la rehabilitación del accidente cerebrovascular probablemente dan lugar a poca o ninguna diferencia en la calidad de vida relacionada con la salud del paciente (DM 0,01; IC del 95%: -0,02 a 0,05; dos ensayos, 65 grupos, 1242 participantes; I2 = 0%) y en las actividades cotidianas (DM 0,29; IC del 95%: -0,16 a 0,73; dos ensayos, 65 grupos, 1272 participantes; I2 = 0%) en comparación con ninguna intervención.
Ningún estudio notificó los efectos de las intervención de implementación en la rehabilitación del accidente cerebrovascular sobre la intención de los profesionales sanitarios de cambiar la conducta o la satisfacción.
Cinco estudios notificaron desenlaces económicos y un estudio informó sobre la costo-efectividad de la intervención de implementación. Sin embargo, se consideraron con alto riesgo de sesgo. Los otros cuatro estudios no demostraron la costo-efectividad de las intervenciones.
La adaptación de las intervenciones a las barreras identificadas no modificó los resultados.
No se sabe con certeza el efecto de una intervención de implementación versus otra debido a la limitada evidencia de certeza muy baja.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.