El Grupo Cochrane de Embarazo y parto tiene muchas revisiones sobre intervenciones para prevenir problemas de salud en los bebés que nacen prematuramente. Una de ellas, que analiza la evidencia sobre los efectos de recibir sulfato de magnesio antes del parto prematuro, se actualizó en abril de 2024 y en este podcast se habla de sus últimos hallazgos, haciendo hincapié en la prevención de la parálisis cerebral.
Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Ana Beatriz Pizarro del equipo ejecutivo central de Cochrane.
El Grupo Cochrane de Embarazo y parto tiene muchas revisiones sobre intervenciones para prevenir problemas de salud en los bebés que nacen prematuramente. Una de ellas, que analiza la evidencia sobre los efectos de recibir sulfato de magnesio antes del parto prematuro, se actualizó en abril de 2024 y en este podcast se habla de sus últimos hallazgos, haciendo hincapié en la prevención de la parálisis cerebral.
Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Ana Beatriz Pizarro del equipo ejecutivo central de Cochrane.
La parálisis cerebral es la discapacidad física más frecuente en la infancia. La probabilidad de padecerla es mayor en los niños nacidos en países de ingresos bajos o medios y en los prematuros. Sin embargo, como la parálisis cerebral no tiene cura, la prevención es fundamental.
En los años 90, estudios observacionales comenzaron a mostrar que el sulfato de magnesio podría ayudar a proteger el cerebro de los bebés con posibilidades de nacer de forma prematura. En 2009, la versión anterior de esta revisión Cochrane confirmó por primera vez que, si se administraba a embarazadas con riesgo de parto prematuro, podía proporcionar neuroprotección a los fetos prematuros.
Por ello, en la última década, el sulfato de magnesio se ha introducido en la práctica clínica con este fin en todo el mundo. Sin embargo, todavía hay dudas sobre su uso, por ejemplo, relacionadas con a quién se le debe administrar y cuál es la mejor forma de hacerlo. Por ello, en los últimos años se han realizado nuevos ensayos y un seguimiento a más largo plazo de ensayos previos.
En este contexto, la revisión se propuso reevaluar si el sulfato de magnesio administrado a embarazadas antes del parto prematuro reduce el riesgo de parálisis cerebral infantil, y se determinó que la evidencia sigue respaldando su uso.
Se identificaron seis ensayos aleatorizados con casi 6000 embarazadas de menos de 34 semanas de gestación y sus casi 6800 bebés. Todos los estudios procedían de países de ingresos altos y compararon el sulfato de magnesio administrado por vía intravenosa con un placebo (o tratamiento “falso”).
Se tiene confianza en estos resultados que determinaron que el sulfato de magnesio reduce la parálisis cerebral y el desenlace combinado de muerte o parálisis cerebral en los niños durante los dos primeros años de vida. El sulfato de magnesio probablemente también reduce el riesgo de hemorragia intraventricular (hemorragia dentro o alrededor de los ventrículos cerebrales) grave en estos bebés. Este fue un nuevo hallazgo en esta actualización de la revisión, que no se observó en la versión de 2009.
Se encontró que el sulfato de magnesio podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en los desenlaces de los niños cuando alcanzan la edad escolar. Sin embargo, no se tiene mucha confianza en estos resultados, porque hubo muy pocos ensayos y datos que evaluaran a los niños en estas edades más avanzadas.
También se observó que el sulfato de magnesio podría tener un efecto mínimo o nulo en las complicaciones graves de las embarazadas, como la muerte y el paro cardíaco o respiratorio. Sin embargo, se observó que, en comparación con el placebo, es probable que aumente el número de embarazadas que interrumpen el tratamiento debido a efectos secundarios leves, como hipotensión, calor o rubor y molestias en los brazos.
Todavía existen algunas carencias importantes en el conocimiento en esta base de evidencia actualizada. Se necesitan más estudios de investigación para evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales a largo plazo en los niños; para explorar cómo varía la eficacia del sulfato de magnesio según las características de las embarazadas y las pautas de tratamiento; y para investigar hasta qué punto estos hallazgos son generalizables a las familias de países de ingresos bajos y medios.
En resumen, esta revisión de 2024 muestra que el sulfato de magnesio administrado a embarazadas para la neuroprotección fetal prematura reduce la parálisis cerebral, y la muerte o parálisis cerebral, de sus hijos hasta los dos años de edad.
Si desea leer esta evidencia actualizada, la revisión completa está disponible en la Biblioteca Cochrane. Si entra en el sitio web y busca “magnesio y neuroprotección para bebés prematuros”, encontrará un enlace a la misma.