Una salud deficiente es un problema frecuente de muchos recién nacidos en entornos de bajos recursos. Una forma de ayudar con esto podría ser proporcionando paquetes de atención educativa para las madres y las comunidades, y una nueva revisión Cochrane de noviembre de 2019 examinó la evidencia. La autora principal es Zohra Lassi del Robinson Research Institute de la Universidad de Adelaida en Australia.

Este podcast ha sido traducido por Andrea Cervera y locutado por Salomé Planas del Centro Cochrane Iberoamericano.

En los países de ingresos bajos y medios, la utilización de los servicios sanitarios tiende a ser muy baja, mientras que las muertes y enfermedades en los recién nacidos son muy altas. En todo el mundo, aproximadamente dos millones y medio de bebés mueren en su primer mes de vida, un millón mueren el primer día y un segundo millón en los seis días siguientes. La mayoría de estas muertes se producen en países pobres y en gran parte podrían evitarse. 
Una forma de ayudar podría ser proporcionar educación en salud a las madres y a los miembros de la familia, y la revisión sugiere que esto vale la pena y puede mejorar el acceso a la atención sanitaria y reducir las muertes y las enfermedades que sufren los bebés. 
Tras realizar una amplia búsqueda, se encontraron 33 estudios experimentales, que incluyeron algunos procedentes de África y América Central y del Sur, aunque la mayoría de ellos se realizaron en Asia, específicamente en la India, Pakistán y Bangladesh. De las 33 intervenciones educativas comunitarias que se estudiaron, 16 requirieron la participación de miembros de la familia, con mayor frecuencia de la suegra o del futuro padre. Al examinar cómo se proporcionó la educación, catorce estudios utilizaron asesoramiento individualizado entre varios trabajadores sanitarios de la comunidad y las madres, y 12 incluyeron asesoramiento grupal cuyos asistentes eran sobre todo madres, y ocasionalmente otros miembros de la familia. Los siete estudios restantes utilizaron una mezcla entre el asesoramiento individualizado y el grupal.
En cuanto a los resultados, esta revisión halló que las intervenciones educativas en salud comunitarias redujeron significativamente la mortalidad neonatal global en un 13%, con una reducción de la mortalidad neonatal temprana del 26% y del 45% en la mortalidad neonatal tardía. Estas intervenciones también aumentaron el uso de cualquier atención prenatal durante el embarazo en un 16% y el número de mujeres que iniciaron la lactancia en la primera hora postparto aumentó un 56%. 
El mayor impacto se observó con intervenciones educativas proporcionadas tanto a las madres como a otros miembros de la familia en un formato grupal. Las intervenciones educativas administradas durante la atención prenatal fueron más efectivas para reducir las muertes neonatales tempranas, y las administradas durante el período prenatal y postnatal fueron más efectivas para reducir las muertes neonatales tardías. Las intervenciones educativas durante el período postnatal fueron más efectivas para mejorar las prácticas de lactancia materna.
En resumen, la revisión ofrece evidencia alentadora sobre el valor de integrar paquetes de intervenciones con componentes educativos para madres y familiares en países de ingresos medios y bajos. Este tipo de intervención pueden administrarlo varios trabajadores de la comunidad en formato grupal y debería reducir el número de muertes de bebés durante los primeros días y semanas de vida.

Si desea obtener más información sobre los resultados detallados en la revisión, y el contenido de los paquetes educativos que se han estudiado, la revisión está disponible en la Biblioteca Cochrane punto com. Sólo tiene que ir a la página web y buscar "paquetes de atención educativa comunitaria para la madre" para encontrarla.