La mayoría de los recién nacidos que nacen antes de las 37 semanas de embarazo (recién nacidos prematuros) no se desarrollan lo suficiente como para ingerir por la boca toda el agua y los nutrientes que necesitan. Como resultado, no pueden regular su ingesta de agua. La ingesta de agua insuficiente puede causar que el recién nacido se deshidrate. La ingesta de agua excesiva puede causar problemas cardíacos y pulmonares o daño intestinal. La revisión sistemática de ensayos sobre el tema encontró que la restricción cuidadosa de agua en los recién nacidos prematuros, en cantidades que satisfagan sus necesidades físicas sin causar deshidratación, reduce el riesgo de ciertas complicaciones. Se necesitan más estudios de investigación sobre este tema.
Según este análisis, la prescripción más prudente para el aporte de agua en los recién nacidos prematuros parece ser una restricción cuidadosa del aporte de agua para satisfacer las necesidades fisiológicas, sin permitir una deshidratación significativa. Se podría esperar que esta práctica reduzca los riesgos de conducto arterioso persistente y enterocolitis necrotizante, sin que aumente significativamente el riesgo de consecuencias adversas.
La mayoría de los recién nacidos prematuros no tienen suficiente madurez fisiológica para ingerir por vía oral la cantidad necesaria de agua y nutrientes. Por lo tanto, los recién nacidos prematuros dependen de sus cuidadores para regular el volumen de agua ingerido. Por lo tanto, el cuidador debe determinar la cantidad de agua que se le da cada día a estos recién nacidos.
Determinar el efecto de la ingesta de agua sobre la pérdida de peso posnatal y los riesgos de deshidratación, conducto arterioso persistente, enterocolitis necrotizante, displasia broncopulmonar, hemorragia intracraneal y muerte en los recién nacidos prematuros.
Se volvieron a examinar los ensayos clínicos aleatorizados (ECA) identificados en las versiones anteriores de esta revisión y en cada caso se retuvieron. Se buscaron ensayos clínicos aleatorizados que compararon los resultados de interés en grupos de recién nacidos prematuros que recibieron diferentes cantidades de agua según un protocolo experimental. Se buscaron estos ensayos en una lista proporcionada por el Grupo Cochrane de Neonatología, con una búsqueda en PubMed y en los archivos personales de los autores.
Esta búsqueda se actualizó en 2014.
Solo se incluyeron los ECA de consumo de agua variable en los recién nacidos prematuros. La revisión se limitó a los ensayos que incluyeron recién nacidos cuyo aporte de agua se proporcionó principal o completamente por vía parenteral.
Se utilizaron los métodos estándar de la Colaboración Cochrane. Cada autor de la revisión realizó de forma independiente la selección de los estudios y el resumen de los datos. Se calcularon las tasas de eventos adversos para cada resultado dicotómico en los grupos tratados con aporte de agua restringido y liberal, y se calcularon el riesgo relativo y la diferencia de riesgos. Adicionalmente, se registraron los resultados de la pérdida de peso máxima y se calcularon las diferencias de medias ponderadas.
El análisis que consideró los cinco estudios en conjunto indica que el aporte restringido de agua aumenta significativamente la pérdida de peso posnatal y reduce significativamente los riesgos de conducto arterioso persistente y enterocolitis necrotizante. Con un aporte restringido de agua se observan tendencias hacia un aumento del riesgo de deshidratación y una reducción del riesgo de displasia broncopulmonar, pero estas tendencias no son estadísticamente significativas.
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