Los pacientes oncológicos tratados con quimioterapia o que reciben un trasplante de médula ósea tienen un mayor riesgo de presentar infecciones fúngicas. Dichas infecciones pueden ser potencialmente mortales. Por lo tanto, los fármacos antimicóticos se suelen administrar de manera profiláctica a esos pacientes o cuando tienen fiebre. La revisión halló que las formulaciones lipídicas de la anfotericina B tenían menos efectos adversos (menos nefrotoxicidad y menos abandonos) que la anfotericina B convencional. Sin embargo, no está claro si estas formulaciones tienen alguna ventaja si se administra la anfotericina B convencional en circunstancias óptimas.
No está claro si las formulaciones a base de lípidos tienen alguna ventaja si la anfotericina B convencional se administra en circunstancias óptimas, y su elevado costo prohíbe su uso habitual en la mayoría de los entornos. Es necesario realizar grandes ensayos en los que se comparen las formulaciones lipídicas de la anfotericina B con la anfotericina B convencional administrada en la misma dosis, con la premedicación habitual para la prevención de la toxicidad relacionada con la infusión, y con la suplementación con líquidos, potasio y magnesio para la prevención de la nefrotoxicidad.
Los pacientes oncológicos tratados con quimioterapia o que reciben un trasplante de médula ósea tienen un mayor riesgo de presentar infecciones fúngicas. Dichas infecciones pueden ser potencialmente mortales. Por lo tanto, los fármacos antimicóticos se suelen administrar de manera profiláctica a esos pacientes o cuando tienen fiebre.
Comparar los efectos beneficiosos y perjudiciales de las formulaciones liposolubles de la anfotericina B con la anfotericina B convencional en pacientes con cáncer y neutropenia.
Se realizaron búsquedas en PubMed desde 1966 hasta el 7 de julio de 2014 y en las listas de referencias de los artículos identificados.
Ensayos clínicos aleatorios que comparan las formulaciones liposolubles de la anfotericina B con la anfotericina B convencional.
Dos autores de la revisión de forma independiente evaluaron la elegibilidad de los ensayos y el riesgo de sesgo y extrajeron los datos.
Se encontraron 13 ensayos (1960 pacientes). La anfotericina B liposoluble no fue más eficaz que la anfotericina B convencional en cuanto a la mortalidad (riesgo relativo (RR) 0,5; intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,64 a 1,14), pero disminuyó la infección micótica invasiva (RR 0,65; IC del 95%: 0,44 a 0,97), la nefrotoxicidad definida como un aumento del 100% de la creatinina sérica (RR 0,45; IC del 95%: 0,37 a 0,54), y el número de abandonos (RR 0,78; IC del 95%: 0,62 a 0,97).
En el caso del fármaco utilizado en la mayoría de los pacientes, AmBisome (4 ensayos, 1214 pacientes), no hubo diferencias significativas en cuanto a la mortalidad (RR 0,77; IC del 95%: 0,54 a 1,10), aunque tendió a ser más eficaz que la anfotericina B convencional en la infección micótica invasiva (RR 0,63; IC del 95%: 0,39 a 1,01; valor P 0,053).
El AmBisome, la anfotericina B en Intralipid (6 ensayos, 379 pacientes), la dispersión coloidal de anfotericina B (ABCD) (2 ensayos, 262 pacientes) y el complejo lipídico de la anfotericina B (ABLC) (1 ensayo, 105 pacientes) disminuyeron la aparición de nefrotoxicidad, pero la anfotericina B convencional rara vez se administró en circunstancias óptimas.
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