Pregunta de la revisión: Si un seguimiento intensivo disminuye el número de recidivas o muertes y afecta a la calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS) en comparación con un seguimiento menos intensivo, y si un seguimiento ofrecido por especialistas es diferente del realizado por los médicos de familia.
Antecedentes: Se realiza un seguimiento después del cáncer de mama para comprobar si el cáncer de mama ha regresado a la mama o a otra parte del cuerpo, y para controlar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento. El seguimiento lo pueden realizar especialistas o médicos de familia, de forma regular o a petición, y se puede basar en visitas clínicas sistemáticas (exámenes físicos y mamografía anual), o en una vigilancia más intensiva (pruebas de laboratorio y exámenes por imágenes). La primera actualización de esta revisión Cochrane publicada en 2004 ha demostrado que la realización de más pruebas no mejora la duración ni la calidad de vida de las supervivientes de cáncer de mama, y que la efectividad del seguimiento por especialistas es comparable a la del médico de atención primaria. Además, las pruebas de cribado adicionales podrían aumentar la ansiedad relacionada con los resultados falsos positivos, la exposición innecesaria a la radiación y los costos relacionados con la salud.
Características de los estudios: Una búsqueda en la literatura hasta julio 2014 encontró cinco ensayos (que incluyeron 4023 mujeres, con una mediana de seguimiento variable de 16 a 120 meses). Desde la versión anterior de esta revisión Cochrane en 2004 se ha publicado un nuevo estudio.
Resultados clave: Esta revisión de ensayos encontró que los programas de seguimiento basados en un examen físico regular y una mamografía anual parecen ser tan efectivos como los enfoques más intensivos, y tienen un impacto similar sobre la CdVRS. No se encontraron diferencias significativas entre los seguimientos realizados por especialistas o médicos de familia, de manera regular o a petición. Estos resultados se deben interpretar con precaución y considerar que estos estudios se realizaron hace casi dos décadas, por lo que se necesitan ensayos adicionales que incorporen nuevos conocimientos biológicos y mejores tecnologías de imagen.
Calidad de la evidencia: La ocultación de la asignación fue adecuada en todos los ensayos menos en uno; en dos ensayos se consideró que el riesgo de sesgo de selección fue bajo; el cegamiento del evaluador de resultados no se describió en dos ensayos. En un ensayo no fue posible valorar el riesgo de sesgo porque no hubo información sobre la metodología.
Esta revisión actualizada de los ECA realizados hace casi 20 años indica que los programas de seguimiento basados en exámenes físicos regulares y en la mamografía anual solamente, son tan efectivos como los enfoques más intensivos basados en la realización regular de pruebas de laboratorio e instrumentales en cuanto al momento de la detección de la recidiva, la supervivencia general y la calidad de vida.
En dos ECA, la atención de seguimiento realizada por médicos generales capacitados y no capacitados que trabajaban en un entorno de práctica organizada tuvo una efectividad comparable a la que ofrecían los especialistas de los hospitales en cuanto a la supervivencia general, la detección de las recidivas y la calidad de vida.
Los exámenes de seguimiento se realizan de manera habitual después del tratamiento primario de las mujeres con cáncer de mama. Se utilizan para detectar recidivas en una etapa temprana (asintomática). Ésta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2000.
Evaluar la efectividad de las diferentes políticas de seguimiento de las metástasis a distancia en cuanto a la mortalidad, la morbilidad y la calidad de vida de las mujeres tratadas por cáncer de mama en estadios I, II o III.
Para esta actualización de la revisión de 2014, se realizaron búsquedas en el Registro Especializado del Grupo Cochrane de Cáncer de Mama (Cochrane Breast Cancer Group) (4 de julio 2014), MEDLINE (4 de julio 2014), Embase (4 de julio 2014), CENTRAL (2014, Número 3), la World Health Organization (WHO) International Clinical Trials Registry Platform (4 de julio 2014) y ClinicalTrials.gov (4 de julio 2014). También se buscó en las referencias de los artículos recuperados.
Se examinaron para su inclusión todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) que evaluaron la efectividad de diferentes políticas de seguimiento después del tratamiento primario.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos para determinar la elegibilidad para su inclusión en la revisión y el riesgo de sesgo. Los datos se agruparon en un metanálisis de datos de pacientes individuales para los dos ECA que probaron al efectividad de diferentes esquemas de seguimiento. Los análisis de subgrupos se realizaron según la edad, el tamaño del tumor y el estado de los ganglios linfáticos.
Desde 2000 se ha publicado un nuevo ensayo; la revisión actualizada incluye ahora cinco ECA en los que participaron 4023 mujeres con cáncer de mama (etapa clínica I, II o III).
Dos ensayos en los que participaron 2563 mujeres compararon el seguimiento basado en visitas clínicas y mamografías con un esquema más intensivo que incluyó pruebas radiológicas y de laboratorio. Después de agrupar los datos, no surgieron diferencias significativas en la supervivencia general (cociente de riesgos instantáneo [CRI] 0,98, intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,84 a 1,15; dos estudios, 2563 participantes, evidencia de calidad alta), ni en la supervivencia libre de enfermedad (CRI 0,84, IC del 95%: 0,71 a 1,00; dos estudios, 2563 participantes, evidencia de calidad baja). En los análisis de subgrupos no se observaron diferencias en cuanto a la supervivencia general y la supervivencia libre de enfermedad según la edad de la paciente, el tamaño del tumor y el estado de los ganglios linfáticos antes del tratamiento primario. En 1999 se dispuso de datos de seguimiento a los diez años para uno de estos ensayos, y no se encontraron diferencias significativas en cuanto a la supervivencia general. No se observaron diferencias en las medidas de calidad de vida (un estudio, 639 participantes, evidencia de calidad alta).
El nuevo ensayo incluido, junto con un ensayo anterior en el que participaron 1.264 mujeres, comparó el seguimiento realizado por un especialista del hospital con el seguimiento realizado por los médicos generales. No se observaron diferencias significativas en cuanto a la supervivencia general (CRI 1,07; IC del 95%: 0,64 a 1,78; un estudio, 968 participantes, evidencia de calidad moderada), el tiempo hasta la detección de la recidiva (CRI 1,06; IC del 95%: 0,76 a 1,47; dos estudios, 1264 participantes, evidencia de calidad moderada) y la calidad de vida (un estudio, 356 participantes, evidencia de calidad alta). La satisfacción de las pacientes fue mayor entre las tratadas por los médicos generales. Un ECA en el que participaron 196 mujeres comparó las visitas de seguimiento programadas regularmente con las visitas menos frecuentes limitadas al momento de la mamografía. No se observaron diferencias significativas en cuanto al uso provisional del teléfono y la frecuencia de las consultas de los médicos generales.
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