Antecedentes
En ocasiones la bolsa de líquido protectora alrededor del feto (las membranas) se rompe cuando el niño está por nacer pero aún no se ha iniciado el trabajo de parto (contracciones uterinas regulares). A lo anterior se le llama RPM o rotura prematura de membranas. Cuando eso sucede hay riesgo de que una infección entre en la matriz (útero) y afecte a la madre y al niño. Las infecciones en el recién nacido son poco frecuentes pero es posible que causen efectos perjudiciales graves que requieran cuidados intensivos neonatales. Administrar antibióticos a la embarazada cuando tiene una RPM puede reducir el riesgo de infecciones de la paciente y su niño. La mayoría de las pacientes comienza espontáneamente el trabajo de parto en un plazo de 24 horas, por lo que retrasar la inducción del trabajo de parto y esperar la aparición espontánea (conducta expectante) puede ser una posibilidad. Otro tratamiento para la RPM a término es inducir el trabajo de parto con oxitocina o prostaglandinas. Con frecuencia a las pacientes se les administran antibióticos para prevenir la infección, pero hay preocupaciones acerca de los posibles efectos secundarios de los antibióticos y de que el abuso de los antibióticos pueda causar resistencia a los antibióticos, de manera que se tornen menos eficaces.
Las preguntas de la revisión
¿Los antibióticos administrados a las pacientes con RPM a término o cerca del término (embarazos con más de 36 semanas) pero que no están en trabajo de parto reduce el riesgo de infección del niño y la madre? ¿Hay efectos adversos de los antibióticos?
Lo que mostraron los estudios
Esta revisión incluyó cuatro estudios controlados aleatorios y 2639 embarazadas con un embarazo de 36 semanas o más. Las pruebas mostraron que los antibióticos habituales para la RPM a término no redujeron el riesgo de infección de las embarazadas o sus niños en comparación con el grupo control que recibió placebo o ningún antibiótico. No hubo suficientes pruebas sólidas acerca de otros resultados que incluyen la muerte, las reacciones alérgicas en la paciente o las complicaciones del niño, que ocurrieron pocas veces en los estudios incluidos. La calidad de las pruebas se consideró de baja a muy baja cuando se utilizó GRADE.
Conclusión general
Las conclusiones de esta revisión son limitadas debido al escaso número de pacientes que presentaron una infección en todos los estudios. En esta revisión no hay suficiente información para evaluar los posibles efectos secundarios de la administración de antibióticos en las pacientes o sus niños, en particular para cualquier posible efecto secundario a largo plazo. Debido a que no se conoce lo suficiente acerca de los efectos secundarios y a que no se encontraron pruebas sólidas del efecto beneficioso de los antibióticos, estos no se deben utilizar de manera habitual en pacientes embarazadas con membranas rotas antes del trabajo de parto a término, a menos que la paciente muestre signos de infección.
Esta revisión actualizada no muestra pruebas convincentes del efecto beneficioso para las madres o los recién nacidos de la administración habitual de antibióticos para la RPM a término o cerca del término. No fue posible evaluar adecuadamente el riesgo de efectos perjudiciales a corto y largo plazo de la administración de antibióticos debido a la falta de disponibilidad de los datos. Debido a los posibles efectos adversos de la administración de antibióticos, la posibilidad de desarrollo de microorganismos resistentes y el bajo riesgo de infección materna en el grupo control, se debe evitar el uso habitual de antibióticos para la RPM a término o cerca del término si no hay una infección materna confirmada.
La rotura prematura de membranas (RPM) a término o cerca del término (definida en esta revisión como embarazo de 36 semanas o más) aumenta el riesgo de infección de la paciente y el feto. La administración habitual de antibióticos a las pacientes al ocurrir la RPM a término puede reducir este riesgo. Sin embargo, debido al aumento de los problemas con la resistencia bacteriana y el riesgo de anafilaxia materna con la administración de antibióticos, es importante evaluar las pruebas que analizan los riesgos y los efectos beneficiosos para garantizar el uso sensato de los antibióticos. Esta revisión se realizó para evaluar el equilibrio entre los riesgos y los efectos beneficiosos para la madre y el lactante de la profilaxis con antibióticos para la RPM a término o cerca del término.
Evaluar los efectos de los antibióticos administrados como profilaxis a las pacientes con RPM con 36 semanas de embarazo o más, sobre los resultados maternos, fetales y neonatales.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (31 de julio de 2014).
Todos los ensayos aleatorios que compararon los resultados de las pacientes y los lactantes cuando se administraron antibióticos como profilaxis para la rotura prematura de membranas a término o cerca del término, con los resultados de los controles (placebo o ningún antibiótico).
Dos revisores de forma independiente extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo de los estudios incluidos. Se recibieron datos adicionales de los investigadores de los estudios incluidos.
Esta actualización incluye dos estudios adicionales con 1801 pacientes, lo que representa un total de cuatro estudios incluidos con 2639 pacientes. Aunque la versión anterior de esta revisión mostró una reducción estadísticamente significativa de la endometritis con la administración de antibióticos, en esta actualización no se observó este efecto (cociente de riesgos [CR] promedio 0,34; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,05 a 2,31). No se observaron diferencias en las medidas de resultado primarias sepsis neonatal de aparición temprana probable (CR promedio 0,69; IC del 95%: 0,21 a 2,33); sepsis neonatal de aparición temprana definitiva (CR promedio 0,57; IC del 95%: 0,08 a 4,26); morbilidad infecciosa materna (corioamnionitis o endometritis) (CR promedio 0,48; IC del 95%: 0,20 a 1,15); mortinatalidad (CR 3,00; IC del 95%: 0,61 a 14,82); y mortalidad perinatal (CR 1,98; IC del 95%: 0,60 a 6,55), aunque el número de casos del grupo control para estos resultados fue escaso. No hubo casos de mortalidad neonatal o resultados maternos graves en los estudios evaluados. La cesárea aumentó con la administración de antibióticos (CR 1,33; IC del 95%: 1,09 a 1,61), al igual que la duración de la estancia hospitalaria materna (diferencia de medias [DM] 0,06 días; IC del 95%: 0,01 a 0,11), en gran parte debido a un estudio con 1640 pacientes en el que la cesárea repetida, el aumento de la hipertensión al inicio y la preeclampsia fueron evidentes en el grupo de antibiótico, a pesar de la asignación al azar y la ocultación de la asignación.
Los análisis de subgrupos según el momento de la inducción (inducción temprana versus inducción tardía) no mostraron diferencias en la sepsis neonatal de aparición temprana probable o definitiva en el grupo de inducción temprana (CR 1,47; IC del 95%: 0,80 a 2,70 y CR 1,29; IC del 95%: 0,48 a 3,44; respectivamente) ni en el grupo de inducción tardía (CR 0,14; IC del 95%: 0,02 a 1,13 y CR 0,16; IC del 95%: 0,02 a 1,34; respectivamente), aunque en el grupo de inducción tardía hubo tendencias hacia la disminución de la sepsis neonatal de aparición temprana probable y definitiva. Una prueba para las diferencias de subgrupos confirmó un efecto diferencial de la intervención sobre la sepsis neonatal de aparición temprana probable entre los subgrupos (Ji² = 4,50; gl = 1 [p = 0,03], I² = 77,8%). No se encontraron diferencias en la morbilidad infecciosa materna (corioamnionitis o endometritis) en cualquiera de los subgrupos, aunque nuevamente hubo una tendencia hacia la reducción de la morbilidad infecciosa materna en el grupo de inducción tardía (CR promedio 0,34; IC del 95%: 0,08 a 1,47). No se observaron diferencias en la mortinatalidad ni en la mortalidad perinatal. La calidad de las pruebas de los resultados primarios se consideró muy baja cuando se utilizó GRADE.