Antecedentes
Cuando una persona no se encuentra bien y no puede comer (o comer lo suficiente), la falta de nutrición puede ser un grave obstáculo para la recuperación. En estas circunstancias, la alimentación a través de una sonda de alimentación que entra por la nariz y pasa a través del estómago hasta el intestino delgado (una sonda de alimentación nasoentérica postpilórica), es una opción.
Pregunta de la revisión
Una vez que la sonda de alimentación ha entrado en el sistema digestivo, es difícil colocarla en el intestino delgado en lugar del estómago. La metoclopramida (que también es un fármaco contra la enfermedad), aumenta la velocidad de vaciado del estómago y ha sido probada como terapia para determinar si ayuda a la colocación de sondas de alimentación nasoentéricas postpilóricas.
El uso de la metoclopramida es controvertido, ya que puede causar daños (reacciones adversas), que pueden ser graves y pueden incluir una afección neurológica irreversible que puede ser causada por el uso prolongado, o altas dosis de metoclopramida.
Características de los estudios
Originalmente se buscaron ensayos clínicos en 2002; y nuevamente en 2008 y 2014. Se identificaron cuatro estudios que investigaron el uso de la metoclopramida en la colocación de sondas de alimentación nasoentéricas postpilóricas. Los ensayos incluyeron un total de 204 participantes adultos; 108 participantes fueron tratados con metoclopramida y 96 recibieron un placebo o ningún tratamiento. Los cuatro estudios se hicieron en hospitales de los Estados Unidos. El número de participantes incluidos en los ensayos varió de 105 a 10.
Todos los ensayos se realizaron antes de 1995. Todos eran pequeños y examinaron dos dosis diferentes de metoclopramida (10 mg y 20 mg), administrada de dos maneras diferentes (por vía intravenosa e inyectada en el músculo). La forma en que se realizaron y se informaron fue deficiente.
Resultados clave
El análisis de los cuatro ensayos reveló que la metoclopramida no tenía un claro beneficio en la colocación de sondas de alimentación nasoentéricas postpilóricas. No se informaron daños (reacciones adversas), aunque no estaba claro cuán minuciosamente las personas que realizaban los ensayos los registraban. No se informaron los costes del tratamiento.
Calidad de la evidencia
La calidad de la evidencia es muy baja. Los cuatro ensayos fueron demasiado pequeños para identificar claramente algún efecto; también utilizaron diferentes dosis de metoclopramida, (probada contra placebo o ningún tratamiento). Es poco probable que se realicen más estudios para establecer si la metoclopramida es útil para la colocación de sondas de alimentación nasoentéricas postpilóricas.
En esta revisión, sólo se encontraron cuatro estudios que cumplían con los criterios de inclusión. Se trataba de estudios pequeños y con poco poder estadístico, en los que se administró metoclopramida en dosis de 10 mg y 20 mg. El análisis demostró que la metoclopramida no ayudaba a la colocación postpilórica de las sondas de alimentación nasoentéricas.
Lo ideal sería realizar ensayos clínicos aleatorizados que tengan un tamaño de muestra significativo, administrando la metoclopramida contra el control, sin embargo, dada la falta de eficacia revelada por esta revisión es poco probable que se realicen más estudios.
La nutrición enteral por sonda de alimentación es un método común y eficiente de proporcionar apoyo nutricional para prevenir la malnutrición en pacientes hospitalizados que tienen una función gastrointestinal adecuada pero que no pueden comer. La alimentación gástrica puede estar asociada con tasas más altas de aspiración de alimentos y neumonía que las sondas nasoentéricas postpilóricas. Por lo tanto, se colocan sondas de alimentación enteral directamente en el intestino delgado en lugar de en el estómago, y se ha recomendado el uso de la metoclopramida, un agente procinético, para lograr la colocación postpilórica, pero su eficacia es controvertida. Además, la metoclopramida puede incluir reacciones adversas, que con dosis elevadas o un uso prolongado pueden ser graves e irreversibles.
Determinar el efecto de la metoclopramida intravenosa en la colocación postpilórica de la sonda nasoentérica en adultos.
Los ensayos se identificaron mediante la búsqueda en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL; 2014, número 10) que incluye el registro especializado de ensayos del grupo Cochane de Enfermedades Esófago-gástricas, del Intestino Delgado y Pancreáticas (Cochrane Upper Gastrointestinal and Pancreatic Diseases Group, CUGPD), MEDLINE (1996 hasta el 21 de octubre de 2014), EMBASE (1988 hasta el 21 de octubre de 2014), LILACS (2005 hasta el 21 de octubre de 2014). No se limitó la búsqueda a las publicaciones en idioma inglés. Las búsquedas en todas las bases de datos se actualizaron originalmente en enero de 2005, luego en noviembre de 2008 y nuevamente en octubre de 2014. No se encontraron nuevos estudios en 2008 ni en 2014.
Se seleccionaron ensayos controlados aleatorizados de adultos que necesitaban nutrición enteral, que recibieron metoclopramida intravenosa o intramuscular para ayudar a la colocación de sondas de alimentación nasoentéricas transpilóricas, en comparación con placebo o ninguna intervención.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por la Colaboración Cochrane. Todos los análisis fueron realizados por el método de la "intención de tratar" (intention to treat-analysis). Se presentan los riesgos relativos (RR) con intervalos de confianza (IC) del 95%.
Se incluyeron y analizaron cuatro estudios con un total de 204 participantes. Los ensayos compararon la metoclopramida con el placebo (dos ensayos) o con ninguna intervención (dos ensayos). Se investigó la metoclopramida en dosis de 10 mg (dos ensayos) y 20 mg (dos ensayos). No hubo diferencias estadísticamente significativas entre la metoclopramida versus placebo o ninguna intervención administrada para promover la colocación de la sonda (RR 0,82; IC del 95%: 0,61 a 1,10). La metoclopramida en dosis de 10 mg (RR 0,82; IC del 95%: 0,60 a 1,11) y 20 mg (RR 0,62; IC del 95%: 0,15 a 2,62) fue igualmente inefectiva para facilitar la intubación postpilórica en comparación con placebo o la no intervención.
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