Betamiméticos orales para el tratamiento de mantenimiento después de la amenaza de parto prematuro

Una proporción significativa de pacientes que presentan un episodio de amenaza de trabajo de parto prematuro (antes de las 37 semanas) son tratadas de forma activa con agentes que detienen las contracciones uterinas (tratamiento con tocolíticos) y no progresan al parto. Después del tratamiento exitoso de un episodio de amenaza de trabajo de parto de prematuro, las pacientes pueden tomar fármacos (tocolíticos) para prolongar la gestación e impedir un parto antes de tiempo. Los fármacos administrados con este propósito incluyen betamiméticos, sulfato de magnesio, antagonistas del calcio e inhibidores de COX.

Los betamiméticos orales para el tratamiento de mantenimiento después de la amenaza de trabajo de parto prematuro no previenen su aparición. Esta conclusión se basa en 13 ensayos controlados aleatorios con 1551 pacientes. En esta revisión los betamiméticos ritodrina y terbutalina no redujeron la tasa de parto prematuro (ocho ensayos), ni evitaron problemas en los recién nacidos que necesitaron ingreso a la unidad de cuidados intensivos neonatales (dos ensayos), en comparación con placebo, ningún tratamiento u otros fármacos tocolíticos. Los betamiméticos pueden causar que las embarazadas presenten un aumento en la frecuencia cardíaca (palpitaciones) y la frecuencia respiratoria, presión arterial baja, náuseas y vómitos, así como concentraciones altas de azúcar en sangre como efectos secundarios.

Conclusiones de los autores: 

Las pruebas disponibles no apoyan el uso de betamiméticos orales para el tratamiento de mantenimiento después la amenaza de trabajo de parto prematuro.

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Antecedentes: 

En algunas pacientes la amenaza de trabajo de parto prematuro desaparece en etapas posteriores. Estas pacientes pueden recibir luego tratamiento oral de mantenimiento con tocolíticos para prevenir el parto prematuro y prolongar la gestación.

Objetivos: 

Evaluar los efectos del tratamiento de mantenimiento con betamiméticos orales después de la amenaza de trabajo de parto prematuro para la prevención del parto prematuro.

Métodos de búsqueda: 

La búsqueda en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) se actualizó el 9 de noviembre de 2012.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorios que compararon un betamimético oral con tratamiento tocolítico alternativo, placebo o ningún tratamiento para el mantenimiento después del tratamiento de la amenaza de trabajo de parto prematuro.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos revisores de forma independiente aplicaron los criterios de selección y realizaron la extracción de los datos y la evaluación de la calidad de los estudios.

Resultados principales: 

No se identificaron nuevos ensayos en la búsqueda actualizada, por lo que los resultados quedan sin cambios, de la siguiente manera.

Se incluyeron 13 ensayos controlados aleatorios (ECA) con 1551 pacientes. No se encontraron diferencias en el ingreso en la unidad de cuidados intensivos neonatales cuando los betamiméticos se compararon con placebo (cociente de riesgos [CR] 1,28; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,68 a 2,41; dos ECA de terbutalina con 2600 pacientes) o con magnesio (CR 0,80; IC del 95%: 0,43 a 1,46; un ECA con 137 pacientes). La tasa de partos prematuros (menos de 37 semanas) no mostró diferencias significativas en seis ECA: cuatro que compararon ritodrina con placebo / ningún tratamiento y dos que compararon terbutalina con placebo / ningún tratamiento (CR 1,11; IC del 95%: 0,91 a 1,35; 644 pacientes). No se observaron diferencias entre betamiméticos y placebo, ningún tratamiento u otros tocolíticos para los resultados de mortalidad y morbilidad perinatal. Algunos efectos adversos como la taquicardia fueron más frecuentes en los grupos de betamiméticos que en los grupos asignados a placebo, ningún tratamiento u otro tipo de tocolítico.

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