La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que puede causar alucinaciones, falsas creencias fijas (delirios) o apatía, enlentecimiento y disminución de los movimientos o los pensamientos. Para la mayoría de los pacientes su inicio ocurre a finales de la adolescencia o a principios de los 20 años. Sin embargo, aunque en pocas ocasiones, la enfermedad puede aparecer en la infancia, donde generalmente es más grave y las perspectivas a largo plazo son peores. El inicio en la infancia se define en este caso como la enfermedad que aparece antes de los 13 años.
Esta revisión examina la administración de fármacos antipsicóticos para los pacientes con esquizofrenia que se desarrolló en la infancia. Se encontraron seis ensayos con un total de 256 niños y adolescentes. Los estudios se realizaron en los EE.UU. o China y duraron menos de 12 semanas. Todos los estudios compararon un antipsicótico contra otro, fármacos de primera generación más antiguos (típicos) entre sí, los de primera generación comparados con los de segunda generación (atípicos) y los de segunda generación comparados con otros fármacos de segunda generación. Dos de los ensayos (46 niños) compararon estos fármacos en participantes para los cuales al menos otros dos antipsicóticos no habían funcionado (esquizofrenia resistente al tratamiento).
Es difícil establecer conclusiones generales a partir de este grupo de ensayos porque comparan los resultados de diferentes fármacos, oscilan entre los años 1970 y 2006 (durante este tiempo el diagnóstico de esquizofrenia infantil ha cambiado) y la mayoría solo tienen un número pequeño de participantes. Los datos indican que el antipsicótico atípico clozapina muestra un mejor resultado general en comparación con los antipsicóticos típicos. Sin embargo, este hallazgo dependió de cómo se calificó a los niños en los ensayos. Los que recibieron clozapina tuvieron más probabilidades de mostrar efectos adversos como somnolencia, disminución del recuento de glóbulos blancos (agranulocitosis) y aumento de los latidos cardíacos (taquicardia), en comparación con los que recibieron haloperidol. En otro ensayo se demostró que el haloperidol tiene mayores probabilidades de causar efectos secundarios relacionados con el movimiento, en comparación con la risperidona. Cuando se compararon los antipsicóticos típicos con los típicos, y los atípicos con los atípicos, ningún fármaco mostró una mejoría significativa sobre el otro para los resultados informados.
Aunque la esquizofrenia de inicio en la infancia es poco frecuente, un ensayo grande en múltiples sitios, donde los resultados se midan durante meses en lugar de semanas, ayudaría a establecer qué antipsicóticos son útiles para este grupo de pacientes.
(Resumen en términos sencillos preparado para esta revisión por Janey Antoniou de RETHINK, Reino Unido www.rethink.org).
Hay pocos ensayos relevantes y, actualmente, hay poca evidencia concluyente con respecto a los efectos de los fármacos antipsicóticos para los pacientes con esquizofrenia de aparición temprana. Se identificaron algunos efectos beneficiosos con al administración del antipsicótico atípico clozapina en comparación con el haloperidol, pero los efectos beneficiosos se compensaron con un mayor riesgo de efectos adversos graves. Se requieren ensayos más grandes y más sólidos.
La esquizofrenia de inicio en la niñez es la esquizofrenia que comienza antes de los 13 años de edad. Aunque es poco frecuente, los pacientes que presentan esquizofrenia desde una edad temprana parecen tener una forma clínicamente grave de la enfermedad, con un pronóstico deficiente a largo plazo. Los fármacos antipsicóticos son una forma de controlar esta enfermedad mental poco frecuente, pero grave.
Examinar los efectos de los fármacos antipsicóticos para la esquizofrenia de inicio infantil.
Se realizaron búsquedas en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane de Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group) (noviembre 2006 a febrero 2007), se examinaron las referencias de todos los estudios identificados y se estableció contacto con compañías farmacéuticas pertinentes y autores de los ensayos en busca de información adicional.
Se incluyeron todos los ensayos clínicos aleatorizados de niños y jóvenes con un diagnóstico de esquizofrenia infantil (es decir, con un diagnóstico de esquizofrenia antes de los 13 años) que compararon cualquier fármaco antipsicótico con otro antipsicótico o placebo.
Los datos de los ensayos se seleccionaron, se evaluó su calidad y se extrajeron de forma fiable. Se excluyeron los datos de estudios con pérdidas durante el seguimiento superiores al 50% en cualquiera de los grupos. Para los datos dicotómicos homogéneos se calcularon los efectos aleatorios, el riesgo relativo (RR), los intervalos de confianza (IC) del 95% y, donde fue apropiado, el número necesario a tratar (NNT) sobre la base del análisis del tipo intención de tratar (intention-to-treat analysis). Para los datos continuos se calculó la diferencia de medias ponderada (DMP).
Se identificaron seis ensayos relevantes de 2062 citas. Se clasificaron los ensayos en tres comparaciones: fármacos antipsicóticos atípicos versus típicos, atípicos versus atípicos y típicos versus típicos. La única comparación que encontró diferencias entre los grupos de tratamiento fue la de los fármacos antipsicóticos atípicos versus los típicos. Unos pocos resultados de un estudio favorecieron al antipsicótico atípico clozapina sobre el haloperidol en el tratamiento de la esquizofrenia de inicio en la infancia resistente al tratamiento (n = 21; DMP CGAS 17,00; IC: 7,74 a 26,26; n = 21; DMP Bunney-Hamburg Psychosis Rating Scale -3,60; IC: -6,64 a -0,56). Sin embargo, los participantes que recibieron clozapina tuvieron tres veces más probabilidades de presentar somnolencia (un ECA, n = 21; RR 3,30; IC 95%: 1,23 a 8,85; NND 2; IC 95%: 2 a 17) y la mitad de los niños que recibieron clozapina presentaron neutropenia (un ECA, n = 21; RR 12; IC 95%: 0,75 a 192,86).
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