La epilepsia benigna de espigas centrotemporales es uno de los trastornos por crisis convulsivas de la niñez que se observa con mayor frecuencia. El tratamiento para este trastorno ha sido polémico debido a que casi todos los individuos logran la ausencia de crisis convulsivas cerca de la adolescencia. Sin embargo, este trastorno por crisis convulsivas puede no ser tan benigno como lo indica su nombre debido a que los niños pueden presentar un deterioro cognitivo específico. El tratamiento se inicia cuando se considera que las crisis convulsivas son frecuentes y perturbadoras.
Se encontraron pocos estudios (búsquedas realizadas el 30 de abril de 2013), y los mismos incluían pocas comparaciones entre los fármacos antiepilépticos. Uno de los cuatro estudios incluidos reveló pruebas de que el fármaco antiepiléptico sultiame puede tener un efecto positivo en la reducción de la frecuencia de las crisis convulsivas a corto plazo en niños con EBECT. No hubo diferencias significativas en el número de pacientes que presentaron eventos adversos excepto por un riesgo mayor de erupción cutánea al comparar carbamazepina con topiramato. El número de pacientes que suspendieron el tratamiento a causa de eventos adversos tampoco fue significativa en los estudios revisados. Hay pruebas insuficientes acerca de si el tratamiento con fármacos antiepilépticos presenta algún efecto sobre la ausencia de crisis convulsivas a más largo plazo o sobre la cognición del niño. Aún debe identificarse el tratamiento óptimo. Se necesita más investigación para evaluar la efectividad del tratamiento versus ningún tratamiento en el control de las crisis convulsivas y el intelecto, y para comparar los tratamientos existentes.
Hay pruebas de un ensayo examinado de que el sultiame es efectivo para la remisión de las crisis convulsivas a corto plazo en niños con EBECT, aunque la precisión del cálculo del efecto es incierta debido al tamaño de la muestra pequeño. No hubo diferencias significativas en la proporción de eventos adversos entre los grupos de tratamiento estudiados, incluidos los que dieron lugar al retiro del tratamiento. No hay pruebas suficientes acerca de los efectos a plazo medio a más largo plazo sobre el control de las crisis convulsivas, el tratamiento óptimo con fármacos antiepilépticos y los efectos del tratamiento con FAE sobre la cognición. Se necesitan más ensayos controlados aleatorios de buena calidad para considerar estas preguntas y ayudar en el tratamiento de los niños con EBECT.
La epilepsia benigna de espigas centrotemporales (EBECT) es un síndrome epiléptico común que se inicia en la niñez y que casi siempre remite cerca de la adolescencia. Se caracteriza por crisis convulsivas focales asociadas con signos motores y síntomas somatosensoriales que a veces progresan y se vuelven generalizados. El EEG interictal característico muestra una actividad de fondo normal con espigas centrotemporales que son más prominentes durante el reposo. El pronóstico es bueno aunque se ha implicado un deterioro cognitivo sutil. El tratamiento con fármacos antiepilépticos (FAE) se utiliza cuando las crisis convulsivas son frecuentes u ocurren durante el día.
Evaluar si el tratamiento con FAE cambia el resultado a corto o a largo plazo, o ambos, en niños con EBECT.
Se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos: registro especializado del Grupo Cochrane de Epilepsia (Cochrane Epilepsy Group) (30 abril 2013), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, The Cochrane Library 2013, número 4: (abril 2013)), MEDLINE (Ovid, 1946 hasta 30 abril 2013), SCOPUS (30 abril 2013), ClinicalTrials.gov (30 abril 2013) y en la WHO International Clinical Trials Registry Platform ICTRP (30 abril 2013). También se realizaron búsquedas manuales de las listas de referencias de los artículos que se consideraron para su inclusión en la revisión.
Todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) que compararon la administración de diferentes FAE, o que compararon la administración de FAE con ningún tratamiento, o con placebo en niños con EBECT.
Los datos fueron extraídos de forma independiente por los cuatro autores de la revisión y las discrepancias se resolvieron mediante discusión. El análisis incluyó la evaluación del riesgo de sesgo, la calidad de las pruebas de los estudios individuales, la heterogeneidad y el análisis estadístico de los efectos sobre la remisión de las crisis convulsivas y la cognición.
Hubo seis estudios elegibles, pero sólo cuatro tenían datos suficientes en el momento de realizar esta revisión. Los cuatro ECA incluidos en esta revisión informaron un total de 262 participantes. Un estudio, un ensayo controlado con placebo en riesgo bajo de sesgo, halló que los individuos que recibieron sultiame tuvieron significativamente más probabilidades de seguir en remisión de las crisis convulsivas durante tres y seis meses desde el comienzo del tratamiento en comparación con los que recibieron placebo (tres meses: CR 2,26; IC del 95%: 1,48 a 3,44; seis meses: CR 2,63; IC del 95%: 1,43 a 4,86; 66 participantes, pruebas de calidad moderada). Los otros tres ensayos, todos estudios no enmascarados, presentaron un riesgo alto de sesgo y no mostraron diferencias significativas en cuanto a la remisión de las crisis convulsivas entre los FAE. Uno comparó levetiracetam con oxcarbazepina (tres meses: CR 1,13; IC del 95%: 0,93 - 1,36; 12 meses: CR 1,29; IC del 95%: 0,89 -1,86; 39 participantes, pruebas de calidad baja a muy baja), uno comparó clobazam con carbamazepina (4-40 semanas: CR 1,04; IC del 95%: 0,67 - 1,62; últimos nueve meses: CR 1,06; IC del 95%: 0,84; 1,34; 45 participantes, pruebas de baja calidad) y uno carbamazepina con topiramato (28 semanas: CR 1,02; IC del 95%: 0,8 - 1,3; 112 participantes, pruebas de baja calidad).
Otras medidas de resultado evaluadas incluyeron el tiempo hasta la primera crisis convulsiva después de la asignación al azar que sólo se obtuvo en el estudio de sultiame versus placebo como un cociente de riesgos instantáneos de 7,8 (IC del 95%: 2,66 - 22,87). No hubo diferencias significativas entre la proporción de participantes que presentaron eventos adversos, excepto por una incidencia mayor de erupción cutánea en el grupo de carbamazepina (14,8%) en comparación con topiramato (1,7%), o la proporción que se retiró del tratamiento debido a los eventos adversos, cuando se informaron estos datos. Dos ensayos (carbamazepina versus topiramato y clobazam versus carbamazepina) evaluaron los efectos sobre la cognición. Los estudios incluyeron pruebas de calidad baja a muy baja que no mostraron ninguna diferencia clara en la cognición al final de los períodos de estudio entre los FAE comparados. No se realizó un metanálisis debido a que los ECA evaluaron diferentes tratamientos.
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