Antidepresivos para el tratamiento del dolor en la artritis reumatoide

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Este resumen de una revisión Cochrane presenta lo que se conoce de los estudios de investigación acerca del efecto de los antidepresivos sobre el dolor en los pacientes con artritis reumatoide (AR).

Esta revisión muestra que en los pacientes con AR:

No está claro si los antidepresivos afectan el dolor o el estado funcional porque la calidad de las pruebas es muy deficiente.

No está claro si los antidepresivos afectan el estado funcional porque la calidad de las pruebas es muy deficiente.

No se encontraron ensayos que evaluaran si los antidepresivos afectan la calidad de vida

No se encontraron ensayos que evaluaran si los antidepresivos afectan el sueño

No está claro si los antidepresivos afectan el estado de ánimo porque la calidad de las pruebas es muy deficiente

Tampoco se cuenta con información precisa acerca de los efectos secundarios y las complicaciones; esto es especialmente cierto para los efectos secundarios poco frecuentes pero graves.  Los posibles efectos secundarios pueden incluir sentir cansancio o náuseas, cefalea, visión borrosa, sensación de sequedad en la boca, disfunción sexual o presentar mareos o constipación. Las complicaciones poco frecuentes pueden incluir aumento del pensamiento suicida, inflamación hepática o reducción del recuento de leucocitos.

¿Qué es la AR y qué son los antidepresivos?

Cuando el paciente presenta AR el sistema inmune, que normalmente combate la infección, ataca el recubrimiento de las articulaciones. Lo que hace que las articulaciones se hinchen, se pongan rígidas y dolorosas. En general, primero afecta las articulaciones pequeñas de las manos y los pies. En la actualidad no existe una cura para la AR, de modo que los tratamientos procuran aliviar el dolor y la rigidez y mejorar la capacidad de moverse.

Los antidepresivos se pueden utilizar para tratar la depresión y promover el sueño, y también se considera que pueden aliviar el dolor al actuar sobre los nervios que provocan dolor, pero esta consideración aún es polémica. Hay muchos tipos de fármacos antidepresivos que actúan de diferentes maneras. Cuando fracasan las medidas sencillas contra el dolor, los médicos pueden prescribir antidepresivos para proporcionar alivio del dolor, ayudar con el sueño y reducir la depresión. Sin embargo, aún está poco claro si los antidepresivos en realidad alivian el dolor en este grupo de pacientes, o si cualquier reducción del dolor se relaciona en cambio con las mejorías en el sueño y el estado de ánimo. Actualmente las pruebas científicas para guiar a los médicos son contradictorias, lo que da lugar a variaciones en la práctica.

Mejor estimación de lo que le sucede a los pacientes con AR que toman antidepresivos

Eventos adversos totales:

27 pacientes más de 100 presentaron un evento adverso después de 12 semanas de recibir un antidepresivo (diferencia absoluta 27%);

59 pacientes de 100 que tomaron antidepresivos presentaron un evento adverso; y

32 pacientes de 100 que recibieron placebo presentaron un evento adverso.

Conclusiones de los autores: 

Actualmente no hay pruebas suficientes para apoyar la prescripción habitual de antidepresivos como analgésicos en los pacientes con AR, ya que no es posible establecer conclusiones confiables acerca de su eficacia a partir de ocho ECAs con placebo. El uso de estos agentes se puede asociar con eventos adversos que son generalmente leves y no dan lugar a la interrupción del tratamiento. Se necesitan más ensayos de alta calidad en esta área.

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Antecedentes: 

El tratamiento del dolor es una gran prioridad para los pacientes con artritis reumatoide (AR). Los antidepresivos se utilizan en ocasiones como agentes coadyuvantes para aumentar el alivio del dolor, ayudar con el sueño y reducir la depresión. Estos antidepresivos incluyen los antidepresivos tricíclicos (ATC), los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina noradrenalina (ISRSN) y los inhibidores de la recaptación de norepinefrina (IRN). Desafortunadamente la prescripción de antidepresivos en esta población aún es polémica debido a las pruebas científicas contradictorias.

Objetivos: 

El objetivo de esta revisión fue determinar la eficacia y la seguridad de los antidepresivos para el tratamiento del dolor en pacientes con AR.

Métodos de búsqueda: 

Se realizó una búsqueda electrónica en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) ( Cochrane Library 2010, cuarto trimestre); MEDLINE (1950 hasta noviembre, semana 1, 2010); EMBASE (2010, semana 44); y en PsycINFO (1806 hasta noviembre, semana 2, 2010). También se buscó en los resúmenes del American College of Rheumatology (ACR) de 2008 a 2009 y de la European League Against Rheumatism (EULAR) y se realizó una búsqueda manual de las listas de referencias de los artículos.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados con asignación aleatoria (ECAs) que compararon un tratamiento antidepresivo con otro tratamiento (activo o placebo, incluidos los tratamientos no farmacológicos) en pacientes adultos con AR que tenían al menos una medida de resultado clínicamente relevante. Las medidas de resultado de interés fueron dolor, efectos adversos, función, sueño, depresión y calidad de vida.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos revisores cegados extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo de los ensayos de forma independiente. Se realizaron metanálisis para examinar la eficacia de los antidepresivos en el dolor, la depresión y la función, así como su seguridad.

Resultados principales: 

Se incluyeron ocho ECAs (652 participantes) en esta revisión. Todos los ensayos evaluaron los ATC y dos ensayos evaluaron un ISRS como comparador. Siete de los ocho ensayos tuvieron un alto riesgo de sesgo. No hubo datos suficientes para calcular el número necesario a tratar para un resultado beneficioso adicional (NNTB) para el resultado primario de dolor. Los análisis cualitativos no encontraron pruebas de un efecto de los antidepresivos sobre la intensidad del dolor ni la depresión a corto plazo (menos de una semana) y encontraron pruebas contradictorias de un efecto beneficioso a medio (de una a seis semanas) o largo plazo (más de seis semanas). Hubo significativamente más eventos adversos leves en los pacientes que recibieron ATC comparados con los que recibieron placebo (cociente de riesgos [CR] 2,27; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,17 a 4,42), pero no hubo un aumento significativo de los retiros debido a un evento adverso (CR 1,09; IC del 95%: 0,49 a 2,42).