Aunque la infección por VIH puede prevenirse, cada año un gran número de personas presenta nuevas infecciones por VIH. Las intervenciones que enseñan a los pacientes acerca del VIH pueden cambiar las actitudes y el comportamiento, y de ese modo prevenir nuevas infecciones por VIH. Estas intervenciones a menudo exigen a los pacientes el traslado a centros de salud, aunque las barreras como la falta de dinero, los problemas de transporte o el estigma ligado al estado serológico positivo del VIH pueden limitar el acceso de las personas a las intervenciones de prevención de la infección por VIH. Las llamadas mediante telefonía fija o móvil pueden usarse para administrar potencialmente de forma más efectiva las intervenciones para la prevención de la infección por VIH, debido a que las personas pueden ahorrar tiempo, reducir los costos y tener un acceso más fácil a la asistencia sanitaria.
El objetivo de esta revisión fue evaluar la efectividad de las intervenciones para la prevención de la infección por VIH administradas mediante llamadas telefónicas en comparación con la forma estándar de administración de atención. Después de una búsqueda exhaustiva en diversas bases de datos científicas y otros recursos, se encontró sólo un estudio relevante. Este estudio se realizó en los servicios de abuso sexual de Sudáfrica. Las participantes del estudio fueron mujeres y niñas que recibieron medicación para prevenir la infección por VIH (denominada “profilaxis posexposición” o “PPE”) después de haber sufrido una violación. Los participantes se dividieron al azar en dos grupos: un grupo de participantes sólo recibió atención estándar y los participantes del otro grupo recibieron atención estándar y apoyo a través de llamadas telefónicas para ayudarlos a tomar la medicación para la prevención de la infección por VIH. En términos generales, sólo alrededor de un tercio de los participantes tomó la medicación para la prevención de la infección por VIH durante 28 días. Los participantes que recibieron llamadas telefónicas no presentaron mayor probabilidad de tomar la medicación en comparación con los participantes que sólo recibieron atención estándar. Además, las llamadas telefónicas no redujeron el número de participantes con depresión y no aumentaron el número de participantes que leyeron folletos de información o que regresaron para obtener la medicación para la prevención de la infección por VIH. Sólo un porcentaje mayor de participantes que recibieron las llamadas utilizó un diario de medicación en comparación con los participantes que no recibieron llamadas. No se informaron efectos adversos de la intervención. No fue posible encontrar información acerca de otros resultados relevantes, como la satisfacción de los participantes y de los prestadores de atención sanitaria con la intervención telefónica o los costos. Se necesitan con urgencia más estudios realizados en diversos ámbitos que comparen la efectividad de las llamadas telefónicas con otras formas de administrar las intervenciones para la prevención de las nuevas infecciones por VIH.
Se encontró sólo un ECA, con un riesgo moderado de sesgo, que mostró que la administración de apoyo a la PPE mediante llamadas telefónicas no dio lugar a un cumplimiento mayor de la PPE. Sin embargo, el ECA se realizó en un país de ingresos medios superiores con prevalencia alta de infección por VIH, en una población de alto riesgo y no se conoce la aplicabilidad de los resultados en otros ámbitos y contextos. Se necesitan pruebas consistentes de diversos ámbitos sobre la efectividad del uso de llamadas telefónicas para proporcionar apoyo a la PPE y para otras intervenciones para la prevención de la infección por VIH.
La presente es una de tres revisiones Cochrane que examinan la función del teléfono en los servicios de VIH/SIDA. Aunque la infección por VIH puede prevenirse, todavía se produce un gran número de nuevas infecciones. Se necesitan intervenciones más efectivas para la prevención de la infección por VIH para reducir el número de personas con nueva infección por el virus. Las llamadas telefónicas pueden utilizarse potencialmente para administrar intervenciones para la prevención de la infección por VIH de forma más efectiva. Presentan el potencial de ahorrar tiempo, reducir los costos y lograr un acceso más fácil.
Evaluar la efectividad de las intervenciones para la prevención de la infección por VIH administradas mediante telefonía fija y telefonía móvil en personas con pruebas negativas para el VIH.
Se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados, MEDLINE, PubMed Central, EMBASE, PsycINFO, Web of Science, Cumulative Index to Nursing & Allied Health, the World Health Organization's Global Health Library y Current Controlled Trials desde 1980 hasta junio de 2011. Se hicieron búsquedas en las siguientes fuentes de literatura gris: Dissertation Abstracts International y en la base de datos del Centre for Agricultural Bioscience International Direct Global Health, System for Information on Grey Literature Europe, The Healthcare Management Information Consortium, Google Scholar, Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections database, International AIDS Society conference database, AIDS Education Global Information System y en listas de referencia de artículos.
Ensayos controlados aleatorios (ECA), ensayos controlados cuasialeatorios, estudios controlados de antes y después, y estudios de series de tiempo interrumpido que compararan la efectividad de la administración de la prevención de la infección por VIH mediante llamadas telefónicas con la atención habitual en personas con pruebas negativas para el VIH de forma independiente de las características demográficas y en todos los contextos.
Dos revisores realizaron búsquedas en bases de datos de forma independiente, examinaron las citas, la calidad de los estudios y extrajeron los datos. Un tercer revisor resolvió cualquier desacuerdo. Los resultados primarios fueron el conocimiento acerca de las causas y las consecuencias de la infección por VIH/SIDA, el cambio en el comportamiento, la aceptación de la asistencia sanitaria y los resultados clínicos. Los resultados secundarios fueron las opiniones de los usuarios y los profesionales sobre la intervención, los resultados económicos y los resultados adversos.
De los 14 717 estudios citados, sólo uno cumplió con los criterios de inclusión. El ECA incluido reclutó a mujeres y niñas que recibieron profilaxis posexposición (PPE) después de una violación por parte de los servicios de abuso sexual en Sudáfrica entre agosto de 2007 y mayo de 2008.
Las participantes (n [número]= 274) fueron asignadas al azar a grupos de apoyo telefónico (n= 136) y de control (n= 138). Las participantes del grupo de control recibieron atención habitual (una sesión de información interactiva) por parte del servicio de abuso sexual durante los 28 días en los cuales debían recibir PPE, sin contacto adicional por parte del personal del estudio. Las participantes del grupo de apoyo telefónico recibieron atención estándar y llamadas telefónicas de un consejero a lo largo de los 28 días en los que debían recibir PPE.
En términos generales, el cumplimiento de la PPE no fue significativamente diferente (p = 0,13) entre los grupos de intervención (38,2%) y de control (31,9%). Además, la proporción de los participantes que leyeron folletos, que no regresaron a buscar la medicación o con depresión no fue significativamente diferente entre los grupos de intervención y de control (p = 0,006; p = 0,42; p = 0,72 respectivamente). La proporción de participantes que utilizaron un diario fue significativamente mayor (p = 0,001) en el grupo de intervención (78,8%) versus el grupo de control (69,9%). Los revisores informaron que no hubo ningún evento adverso registrado. El ECA no proporcionó información acerca de los resultados de la evaluación de los participantes y los profesionales, ni los resultados económicos. Un estudio tuvo un bajo riesgo de sesgo.