Pregunta de la revisión
Se examinaron las pruebas sobre los efectos de las monoterapias con supresión de andrógeno (antiandrógenos no esteroideos en comparación con monoterapia con castración médica o quirúrgica) en hombres con cáncer de próstata avanzado.
Antecedentes
El cáncer de próstata está entre los seis cánceres más mortales y el tratamiento implica una alta carga de morbilidad para los pacientes. El cáncer de próstata avanzado se ha diseminado fuera de la glándula prostática o ha hecho metástasis a los ganglios linfáticos, los huesos u otras áreas. Actualmente no se conoce un tratamiento curativo para el cáncer de próstata avanzado, aunque el tratamiento con supresión de andrógeno se utiliza con frecuencia para tratar la enfermedad en este estadio. Se intentó descubrir los efectos de las monoterapias con supresión de andrógeno para el tratamiento de los pacientes con estadios avanzados del cáncer de próstata.
Características de los estudios
Las pruebas están actualizadas hasta diciembre de 2013. Se incluyeron 11 estudios con 3060 participantes asignados al azar, con estadios avanzados del cáncer de próstata. El período de seguimiento de los participantes varió de seis meses a seis años. En siete estudios, los autores informaron de posibles conflictos de intereses. En tres estudios no se declararon conflictos de intereses. En un estudio los autores informaron que habían recibido una subvención educacional del patrocinador, el cual no tenía función alguna en cualquier aspecto del análisis o la interpretación de los datos.
Resultados clave
La administración de antiandrógenos no esteroideos redujo la supervivencia general y aumentó la progresión clínica y el fracaso del tratamiento. Los análisis de subgrupos mostraron que los antiandrógenos no esteroideos, comparados con la castración, fueron menos favorables para la supervivencia general, la progresión clínica y el fracaso del tratamiento en hombres con enfermedad metastásica. Los participantes que recibieron antiandrógenos también tuvieron más probabilidades de interrumpir el tratamiento como resultado de los efectos secundarios. El riesgo de presentar dolor de la mama, aumento de volumen del tejido de la mama o síntomas de debilidad física también aumentó con los antiandrógenos no esteroideos. Los riesgos de sentir calor intenso con sudoración y latidos cardíacos rápidos y hemorragia, necesidad de levantarse por la noche a orinar, pérdida del interés sexual, cansancio extremo y la necesidad de orinar más a menudo que lo habitual aumentaron con la castración. No se observaron diferencias para otros efectos secundarios. El efecto de los antiandrógenos no esteroideos sobre la supervivencia específica del cáncer y la progresión bioquímica aún es incierto.
Calidad de la evidencia
Los estudios incluidos tuvieron una realización deficiente y la calidad de las pruebas se calificó como moderada. Lo anterior significa que es probable que estudios de investigación adicionales tengan un impacto importante sobre la confianza en la exactitud de los resultados.
Las pruebas actualmente disponibles indican que el uso de monoterapia con antiandrógeno no esteroideo comparada con monoterapia con castración médica o quirúrgica para el cáncer de próstata avanzado es menos eficaz en cuanto a la supervivencia general, la progresión clínica, el fracaso del tratamiento y la interrupción del tratamiento debido a eventos adversos. La calidad de las pruebas se consideró moderada según GRADE. Es probable que estudios de investigación adicionales tengan una repercusión importante sobre los resultados de los pacientes con cáncer de próstata avanzado pero no metastásico tratados con monoterapia con antiandrógeno no esteroideo. Sin embargo, se considera que es probable que no sean necesarios estudios de investigación sobre la monoterapia con antiandrógeno no esteroideo para hombres con cáncer de próstata metastásico. Solamente se deben realizar ensayos controlados aleatorios de alta calidad y con seguimiento a largo plazo. Si se planifican estudios de investigación adicionales acerca de la progresión bioquímica, se deben realizar estudios con esquemas de seguimiento estandarizados que utilicen mediciones del antígeno específico de la próstata según las guías actuales.
Los antiandrógenos no esteroideos y la castración son las principales opciones de tratamiento para los estadios avanzados del cáncer de próstata. Sin embargo, continúa el debate sobre el valor de estas opciones terapéuticas.
Evaluar los efectos de la monoterapia con antiandrógeno no esteroideo comparada con los agonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante o la monoterapia con castración quirúrgica para tratar los estadios avanzados del cáncer de próstata.
Se hicieron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Enfermedades de la Próstata y Cáncer Urológico (Cochrane Prostatic Diseases and Urologic Cancers Group) (PROSTATE), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL), MEDLINE, EMBASE, Web of Science with Conference Proceedings, tres registros de ensayos y resúmenes de tres congresos principales hasta el 23 de diciembre de 2013, junto con las listas de referencias y se estableció contacto con expertos en el campo y fabricantes seleccionados.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios que compararon la monoterapia con antiandrógeno no esteroideo con la monoterapia con castración médica o quirúrgica en hombres con estadios avanzados del cáncer de próstata.
Un revisor examinó todos los títulos y resúmenes; solamente las citas que eran claramente irrelevantes se excluyeron en esta etapa. Luego, dos revisores de forma independiente evaluaron los informes de texto completo, identificaron los estudios relevantes, evaluaron la elegibilidad de los estudios para inclusión, evaluaron la calidad de los ensayos y extrajeron los datos. Se estableció contacto con los autores de los estudios para solicitar información adicional. Se utilizó Review Manager 5 para la síntesis de los datos y se utilizó el modelo de efectos fijos cuando la heterogeneidad fue menor del 50%; se utilizó el modelo de efectos aleatorios cuando la heterogeneidad fue significativa o considerable.
Once estudios con 3060 participantes asignados al azar se incluyeron en esta revisión. La calidad de las pruebas está afectada por el riesgo de sesgo. La administración de antiandrógenos no esteroideos disminuyó la supervivencia general (cociente de riesgos instantáneos [CRI] 1,24; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,05 a 1,48; seis estudios, 2712 participantes) y aumentó la progresión clínica (un año: cociente de riesgos [CR] 1,25; IC del 95%: 1,08 a 1,45; cinco estudios, 2067 participantes; 70 semanas: CR 1,26; IC del 95%: 1,08 a 1,45; seis estudios, 2373 participantes; dos años: CR 1,14; IC del 95%: 1,04 a 1,25; tres estudios, 1336 participantes), así como el fracaso del tratamiento (un año: CR 1,19%; IC del 95%: 1,02 a 1,38; cuatro estudios, 1539 participantes; 70 semanas: CR 1,27; IC del 95%: 1,05 a 1,52; cinco estudios, 1845 participantes; dos años: CR 1,14; IC del 95%: 1,05 a 1,24; dos estudios, 808 participantes), en comparación con la castración médica o quirúrgica. La calidad de las pruebas para la supervivencia general, la progresión clínica y el fracaso del tratamiento se consideró moderada según GRADE. Los análisis predefinidos de subgrupos mostraron que la administración de antiandrógenos no esteroideos, comparados con la castración, fue menos favorable para la supervivencia general, la evolución clínica (al año, a las 70 semanas, a los dos años) y el fracaso del tratamiento (al año, a las 70 semanas, a los dos años) en los hombres con enfermedad metastásica. La administración de antiandrógenos no esteroideos también aumentó el riesgo de interrupción del tratamiento debido a eventos adversos (CR 1,82; IC del 95%: 1,13 a 2,94; ocho estudios, 1559 participantes), incluidos eventos como dolor de la mama (CR 22,97; IC del 95%: 14,79 a 35,67; ocho estudios, 2670 participantes), ginecomastia (CR 8,43; IC del 95%: 3,19 a 22,28; nueve estudios, 2774 participantes) y astenia (CR 1,77; IC del 95%: 1,36 a 2,31; cinco estudios, 2073 participantes). El riesgo de otros eventos adversos como sofocos (CR 0,23; IC del 95%: 0,19 a 0,27; nueve estudios, 2774 participantes), hemorragia (CR 0,07; IC del 95%: 0,01 a 0,54; dos estudios, 546 participantes), nicturia (CR 0,38; IC del 95%: 0,20 a 0,69; un estudio, 480 participantes), fatiga (CR 0,52; IC del 95%: 0,31 a 0,88; un estudio, 51 participantes), pérdida del interés sexual (CR 0,50; IC del 95%: 0,30 a 0,83; un estudio, 51 participantes) y polaquiuria (CR 0,22; IC del 95%: 0,11 a 0,47; un estudio, 480 participantes) disminuyó cuando se utilizaron los antiandrógenos no esteroideos. La calidad de las pruebas para el dolor de la mama, la ginecomastia y los sofocos se consideró moderada según GRADE. Los efectos de los antiandrógenos no esteroideos sobre la supervivencia específica del cáncer y la evolución bioquímica aún son inciertos.
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