La enfermedad de Parkinson es uno de los trastornos neurodegenerativos más frecuentes y la disfunción mitocondrial tiene una función importante en la patogénesis. La creatina ha mostrado ayudar a mejorar la función mitocondrial y, por lo tanto, puede ser útil para tratar a los pacientes con enfermedad de Parkinson. Los investigadores de la Colaboración Cochrane examinaron las pruebas sobre si la creatina es eficaz y segura para tratar a los pacientes con enfermedad de Parkinson, utilizada sola o como un tratamiento adyuvante, hasta el 10 de noviembre de 2013.
Se incluyeron dos ensayos controlados aleatorios con 194 pacientes que compararon la creatina con placebo en pacientes con enfermedad de Parkinson. El efecto de la creatina sobre la mejora de la función motora, las actividades cotidianas o la calidad de vida después de uno o dos años de tratamiento para la enfermedad de Parkinson fue incierto debido a la baja calidad de los ensayos y al escaso número de participantes reclutados. No se considera que los eventos adversos graves que ocurrieron en los ensayos estén relacionados con la creatina. Sin embargo, un ensayo informó tasas mayores de efectos gastrointestinales (incluidos diarrea, náuseas y estreñimiento) con la creatina.
Las pruebas basadas en los efectos de la creatina en la enfermedad de Parkinson están limitadas por el riesgo de sesgo, los tamaños de la muestra pequeños y la corta duración de los ensayos elegibles. Las pruebas no proporcionan una base fiable sobre la cual tomar decisiones de tratamiento. Se necesitan ECA futuros bien diseñados con un tamaño de la muestra más grande y seguimiento a largo plazo para evaluar la creatina para la enfermedad de Parkinson.
La enfermedad de Parkinson es uno de los trastornos neurodegenerativos más frecuentes y la disfunción mitocondrial tiene una función importante en la patogénesis. La creatina es eficaz para mejorar la función mitocondrial. Por consiguiente, puede ser útil para retrasar la progresión de la enfermedad de Parkinson.
Evaluar la eficacia y la seguridad de la creatina utilizada sola o como un tratamiento adyuvante para la enfermedad de Parkinson.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Trastornos del Movimiento (Cochrane Movement Disorders Group), CENTRAL (The Cochrane Library 2013, noviembre, número 4), MEDLINE (enero de 1966 hasta el 10 de noviembre de 2013), EMBASE (1974 hasta el 10 de noviembre de 2013) y en dos bases de datos chinas. Se realizaron búsquedas en los registros de ensayos en curso y actas de congresos, se verificaron las listas de referencias y se contactó con los autores de los ensayos incluidos.
Ensayos controlados aleatorios (ECA) que compararon creatina versus placebo para la enfermedad de Parkinson.
Dos autores de la revisión de forma independiente seleccionaron los ensayos para la inclusión, evaluaron su calidad y extrajeron los datos.
Se incluyeron dos ECA con 194 pacientes. Ambos ensayos compararon la creatina con placebo para la enfermedad de Parkinson y ambos tuvieron limitaciones metodológicas. No hubo pruebas claras de un efecto sobre la función motora (DM -0,26; intervalo de confianza [IC] del 95%: -4,39 a 3,88; pruebas de baja calidad), las actividades cotidianas (DM 0,37; IC del 95%: -1,28 a 2,02; pruebas de baja calidad) ni la calidad de vida después de uno o dos años de tratamiento. Un ensayo informó eventos adversos graves que no se atribuyeron a la creatina. Además, un ensayo observó tasas mayores de efectos gastrointestinales a los dos años de seguimiento.