Los métodos de anticoncepción modernos desempeñan una función importante en la salud global; los mismos conceden a las mujeres la posibilidad de evitar un embarazo no deseado, lo cual reduce las muertes evitables y los problemas de salud de las madres y los recién nacidos relacionados con los embarazos no deseados. En los métodos hormonales las pacientes reciben hormonas sexuales femeninas (progestágeno con o sin estrógenos), por vía oral, inyección, anillos vaginales, parches en la piel, dispositivos intrauterinos o dispositivos implantados debajo de la piel que contienen progestágeno. Se sabe que los monos tratados con dosis altas de progestágeno (mayores que las utilizadas para la anticoncepción) presentan probabilidades mayores de contraer infección por VIH. También se sabe que la anticoncepción hormonal altera el sistema inmunológico sistémico y local en el ser humano en formas que podrían aumentar la susceptibilidad a la infección por VIH, y que dicha anticoncepción con progestágeno disminuye los niveles propios de estrógeno de la mujer, lo cual causa el adelgazamiento del recubrimiento de la vagina. En algunos estudios observacionales, pero no en todos, se halló que las mujeres que utilizan anticoncepción hormonal (específicamente DMPA) presentaron una probabilidad mayor de contraer VIH. Sin embargo, debido a que estos ensayos no eran aleatorios, este efecto podría estar relacionado con las características de las mujeres que deciden usar la anticoncepción hormonal, en lugar de un efecto del anticonceptivo en sí.
Esta revisión encontró sólo un ensayo en curso sin datos disponibles hasta la fecha. Por lo tanto, no hay pruebas de alta calidad disponibles sobre si la anticoncepción hormonal se asocia con la adquisición del VIH. Debido a la importancia de la anticoncepción hormonal para la salud de la mujer, ningún cambio en la práctica estaría justificado sin dichas pruebas. Se necesitan ensayos aleatorios apropiados para responder a esta pregunta importante.
Todas las mujeres que utilizan anticoncepción con métodos sin barrera deben tener en cuenta que dicha anticoncepción no protege contra la infección por VIH y que deben tomar precauciones según lo apropiado para sus circunstancias personales.
Actualmente no hay pruebas consistentes de ensayos aleatorios sobre el posible efecto de la anticoncepción hormonal sobre la adquisición del VIH. Se necesitan ensayos de alta calidad en esta área para informar en cuanto al asesoramiento de la paciente individual y la política de salud pública.
Existe inquietud en cuanto a una posible asociación de la anticoncepción hormonal con la adquisición del VIH planteada por tres tipos de pruebas. En primer lugar, el tratamiento con progestágeno en dosis alta aumenta enormemente la adquisición del VIH en primates no humanos hembras. En segundo lugar, la plausibilidad biológica de una conexión entre la anticoncepción hormonal y la adquisición del VIH es proporcionada por pruebas de un estado hipoestrogénico inducido por la anticoncepción con progestágeno con un adelgazamiento de la mucosa vaginal, y por pruebas de los efectos sobre los sistemas inmunitarios humorales y celulares. En tercer lugar, algunos estudios observacionales grandes, aunque no otros, han encontrado un aumento en la adquisición del VIH entre las mujeres que utilizan anticoncepción hormonal.
Determinar, a partir de las mejores pruebas disponibles, el efecto de la anticoncepción hormonal en la adquisición del VIH.
Se utilizó la estrategia de búsqueda del Grupo Cochrane de Regulación de la Fertilidad (Cochrane Fertility Regulation Group).
Ensayos publicados, no publicados y en curso con asignación aleatoria, que compararan métodos hormonales versus no hormonales, otros métodos hormonales o ninguna anticoncepción en pacientes en riesgo de adquisición del VIH.
Los datos se extraerán de los ensayos elegibles a un formulario de extracción de datos y se analizarán mediante el uso de la metodología habitual de la Colaboración Cochrane.
Se identificó un ensayo aleatorio en curso, sin datos disponibles hasta la fecha.