Muchos pacientes presentan dolor a partir de una lesión o una enfermedad que desaparece en el transcurso de tres meses, pero en algunos pacientes el dolor se mantiene. Cuando el dolor incluye cambios en los nervios se le llama dolor "neuropático". Aunque la afección es cada vez más frecuente, los tratamientos que existen solamente ayudan a unos pocos pacientes. Después del tratamiento quirúrgico o farmacológico infructuoso, a los pacientes con dolor crónico se les puede ofrecer rehabilitación psicológica para mejorar su calidad de vida. Aunque lo anterior puede ayudar a los pacientes con otros tipos de dolor crónico, este tratamiento para el dolor neuropático solo ha recibido un poco de atención en estudios de investigación.
En la presente revisión el interés se centró en determinar si las terapias psicológicas mejoran el dolor, la angustia y la discapacidad en los pacientes con dolor neuropático crónico. Se buscó en la bibliografía académica hasta marzo de 2015 y se identificaron dos ensayos controlados aleatorizados (el diseño de referencia para los ensayos clínicos) de intervenciones psicológicas para el dolor neuropático crónico. Los dos estudios incluyeron 105 participantes: un ensayo con 61 pacientes con dolor por lesión de la médula espinal y el otro de 44 pacientes con síndrome de boca urente.
La confianza en los resultados de los ensayos individuales fue limitada debido a diferentes sesgos potenciales sobre cómo se realizaron. No fue posible analizar los resultados de los dos ensayos juntos porque las experiencias de los pacientes con lesión de la médula espinal o boca urente son demasiado diferentes entre sí. Los ensayos fueron demasiado pequeños para permitir realizar cualquier análisis estadístico. Sin embargo, ningún ensayo encontró un efecto beneficioso claro del tratamiento. Se concluye que actualmente no hay evidencia para ayudar a los médicos ni a los pacientes a decidir si utilizar estos tratamientos. En esta revisión se analiza el tipo de estudios que se necesita.
No hay evidencia suficiente de la eficacia ni la seguridad de las intervenciones psicológicas para el dolor neuropático crónico. Los dos estudios disponibles no muestran un efecto beneficioso del tratamiento sobre los grupos control en lista de espera o placebo.
Se considera que el dolor neuropático surge del daño al sistema nervioso somatosensorial. Su prevalencia ha aumentado a la par de muchas afecciones crónicas como la diabetes. Todos los tratamientos tienen efectividad limitada. Debido a la evidencia con respecto al tratamiento psicológico de la angustia y la discapacidad en los pacientes con diversas afecciones de dolor crónico, se deseaba investigar si los tratamientos psicológicos tienen efectos en los pacientes que presentan dolor neuropático crónico.
Evaluar los efectos de las terapias psicológicas sobre la experiencia de dolor, la discapacidad, el estado de ánimo y el uso de la atención sanitaria en pacientes adultos con dolor neuropático crónico.
Se realizaron búsquedas de ensayos controlados aleatorizados (ECA) publicados en cualquier idioma en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL), MEDLINE, EMBASE y PsycINFO, desde la creación de la base de datos hasta marzo de 2015.
Publicaciones completas de ECA sobre intervenciones psicológicas para el dolor neuropático. Los ensayos tenían que haber durado al menos tres meses, tener al menos 20 participantes en cada brazo al final del tratamiento y comparar una intervención psicológica con cualquier intervención activa o inactiva.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane.
Dos estudios pequeños (que reclutaron 105 participantes) cumplieron con los criterios de inclusión. Uno fue un programa estándar de terapia cognitivo-conductual (TCC) en 61 pacientes con dolor por lesión de la médula espinal seguidos durante tres meses y que se comparó con una lista de espera. El otro fue un grupo de psicoterapia semanal en 44 pacientes con síndrome de boca urente, en comparación con un comprimido diario placebo. El riesgo general de sesgo fue alto en ambos ensayos.
El estudio de TCC evaluó a los participantes con respecto al dolor, la discapacidad, el estado de ánimo y la calidad de vida y se observó mejoría en los grupos de tratamiento y control. Sin embargo, no hubo más mejoría en el grupo de tratamiento que en el control en ningún resultado, después del tratamiento o al seguimiento. El estudio del grupo de psicoterapia solamente evaluó el dolor y clasificó a los participantes según la intensidad del dolor. Hay falta de evidencia sobre la eficacia y la seguridad de las intervenciones psicológicas en los pacientes con dolor neuropático.
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