¿Por qué es importante esta revisión?
Muchas personas en las latitudes septentrionales presentan trastorno afectivo estacional (TAE), que se presenta como una reacción a la reducción de la luz solar. Tres cuartos de los afectados son mujeres. Son síntomas frecuentes la letargia, la alimentación excesiva, la necesidad imperiosa de consumir carbohidratos y el estado de ánimo deprimido. En algunas personas, el TAE se convierte en una depresión que afecta seriamente la vida cotidiana. Hasta dos tercios presentan síntomas depresivos cada invierno.
¿Quién puede estar interesado en esta revisión?
Individuos que han padecido el TAE o tienen familiares y amigos que presentaron TAE, así como también investigadores que trabajen en esta área.
¿Qué preguntas pretende contestar esta revisión?
El aspecto estacional previsible del TAE brinda una oportunidad alentadora para la prevención. Sin embargo, se conoce poco acerca de la efectividad y los efectos perjudiciales potenciales de las intervenciones para prevenir el TAE. Esta revisión es una de cuatro realizadas para examinar la eficacia y los efectos secundarios de las intervenciones para prevenir el TAE; esta revisión se centra en la psicoterapia como una intervención preventiva en pacientes con antecedentes de TAE que no presentaban síntomas en el momento en que comenzó la intervención preventiva.
¿Qué estudios se incluyeron en la revisión?
Hasta el 19 de junio 2018 se efectuaron búsquedas en las bases de datos de estudios sobre psicoterapias para prevenir el TAE. En los 3745 registros, se encontró un estudio controlado aleatorio con 46 personas que recibieron una forma de terapia psicológica (terapia cognitiva basada en la atención plena [TCBAP]) o el tratamiento habitual. En el tratamiento habitual, los participantes no recibieron ningún tratamiento preventivo pero se les ofreció comenzar una fototerapia cuando aparecieron los primeros síntomas depresivos. Los individuos de estos estudios tenían antecedentes de depresión invernal y estaban libres de síntomas depresivos cuando comenzó el estudio.
¿Qué revelan las pruebas de esta revisión?
La proporción de participantes que presentaron depresión en el invierno siguiente y la gravedad de estos episodios depresivos fueron similares. Sin embargo, la certeza de la evidencia fue muy baja, por lo que no se pudieron establecer conclusiones válidas de si TCBAP no es realmente efectiva para la prevención del TAE. El estudio incluido no informó datos sobre los efectos secundarios de la intervención. Los médicos deben tratar con los pacientes las ventajas y desventajas de la TCBAP y otras terapias potencialmente preventivas para la depresión invernal, como la fototerapia, las psicoterapias o las intervenciones en el estilo de vida. Dado que ningún estudio disponible comparó estos tratamientos, la selección debe basarse de manera sólida en las preferencias de los pacientes y otras intervenciones preventivas que son apoyadas por la evidencia.
¿Qué debería suceder a continuación?
Los autores de revisión recomiendan que los estudios futuros evalúen la eficacia de distintas psicoterapias para prevenir el TAE en muestras de estudio más grandes y comparar directamente esta intervención versus otros tratamientos efectivos como la fototerapia, los antidepresivos y la agomelatina, para determinar la mejor opción terapéutica de prevención del TAE.
La evidencia sobre las terapias psicológicas para prevenir la aparición de un nuevo episodio depresivo en pacientes con antecedentes de TAE es no concluyente. Se identificó solo un estudio con 46 participantes, que se centró en un tipo de terapia psicológica. Las limitaciones metodológicas y el tamaño de la muestra pequeño impiden establecer conclusiones sobre los efectos beneficiosos y perjudiciales de la TCBAP como una intervención preventiva para el TAE. Como no hay evidencia comparativa para la terapia psicológica versus otras opciones preventivas, la decisión a favor o en contra de iniciar el tratamiento preventivo del TAE y el tratamiento seleccionado debe basarse firmemente en las preferencias de los pacientes y otras intervenciones preventivas que son apoyadas por la evidencia.
El trastorno afectivo estacional (TAE) es un modelo estacional de episodios depresivos graves y recurrentes que ocurren durante el otoño o el invierno y remiten en la primavera. La prevalencia del TAE varía del 1,5% al 9% según la latitud. El aspecto estacional previsible del TAE brinda una oportunidad alentadora para la prevención. Esta revisión es una de cuatro sobre la eficacia y la seguridad de las intervenciones para prevenir el TAE; se centra en las psicoterapias como intervenciones preventivas.
Evaluar la eficacia y la seguridad de las psicoterapias (en comparación con ningún tratamiento, otros tipos de psicoterapia, antidepresivos de segunda generación, fototerapia, melatonina o agomelatina o intervenciones en el estilo de vida) para prevenir el TAE y mejorar los resultados centrados en el paciente en adultos con antecedentes de TAE.
Se efectuaron búsquedas en Ovid MEDLINE (1950-), Embase (1974-), PsycINFO (1967-) y el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (CENTRAL) hasta el 19 de junio 2018. Se realizó una búsqueda anterior de estas bases de datos a través del Registro Cochrane de Ensayos Controlados de Trastornos Mentales Comunes (CCMD-CTR) (hasta el 11 de agosto 2015). Además, se realizaron búsquedas en el Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature, Web of Knowledge, La Biblioteca Cochrane y la Allied and Complementary Medicine Database (hasta el 19 de junio 2018). También se realizó una búsqueda en la literatura gris y se realizaron búsquedas manuales en las listas de referencias de los estudios incluidos y los artículos de revisión relevantes.
Para examinar la eficacia, se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA) en adultos con antecedentes de TAE tipo invernal que no presentaban síntomas al comienzo del estudio. Para examinar los eventos adversos se programó incluir estudios no aleatorios. Se planificó incluir los estudios que compararan la psicoterapia versus ningún tratamiento o cualquier otro tipo de psicoterapia, fototerapia, antidepresivos de segunda generación, melatonina, agomelatina o cambios en el estilo de vida. También se programó comparar la psicoterapia en combinación con cualquiera de las intervenciones de comparación enumeradas anteriormente versus ningún tratamiento o la misma intervención de comparación como monoterapia.
Dos autores de revisión cribaron los resúmenes y las publicaciones de texto completo con respecto a los criterios de inclusión, extrajeron los datos de forma independiente, evaluaron el riesgo de sesgo y calificaron la certeza de la evidencia.
Se identificaron 3745 citas mediante las búsquedas electrónicas y las revisiones de las listas de referencias después de eliminar los duplicados de los resultados de la búsqueda. Se excluyeron 3619 registros debido a la revisión del título y el resumen y se evaluó el texto completo de 126 artículos para la elegibilidad. Se incluyó un estudio controlado que incorporó a 46 participantes. Este ECA se calificó como de alto riesgo en cuanto al sesgo de realización y el sesgo de detección debido a una falta de cegamiento.
El ECA incluido comparó el uso preventivo de la terapia cognitiva basada en la atención plena (TCBAP) con el tratamiento habitual (TH) en participantes con antecedentes de TAE. La TCBAP fue implementada en la primavera en ocho sesiones individuales de 45 a 60 minutos semanales. En el TH, los participantes no recibieron ningún tratamiento preventivo pero se les ofreció comenzar la fototerapia cuando aparecieron los primeros síntomas depresivos. Ambos grupos se evaluaron semanalmente en cuanto a la aparición de un nuevo episodio depresivo medido con el Inventory of Depressive Syptomatology-Self-Report (IDS-SR, intervalo 0-90) desde septiembre 2011 a mediados de abril 2012. La incidencia de un nuevo episodio depresivo en el invierno siguiente fue similar en ambos grupos. En el grupo de TCBAP, un 65% de los 23 participantes presentaron depresión (ID-SR ≥ 20), en comparación con un 74% de 23 individuos del grupo de TH (cociente de riesgos [CR] 0,88; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,60 a 1,30; 46 participantes; evidencia de calidad muy baja).
Para los participantes con episodios depresivos, la gravedad de la depresión fue similar entre los grupos. Los participantes del grupo de TCBAP tuvieron una puntuación media de 26,5 (DE 7) en el ID-SR; y los participantes con TH, una puntuación media de 25,3 (DE 6,3) (diferencia de medias [DM] 1,20; IC del 95%: -3,44 a 5,84; 32 participantes; evidencia de calidad muy baja).
También fue similar la tasa general de interrupción: un 17% interrumpió el tratamiento en el grupo de TCBAP y un 13% en el grupo de TH (CR 1,33; IC del 95%: 0,34 a 5,30; 46 participantes; evidencia de calidad muy baja).
La disminución de la certeza de la evidencia se debió al riesgo de sesgo alto del estudio incluido y a la imprecisión.
Los investigadores no aportaron datos sobre los eventos adversos. No se pudieron hallar estudios que compararan la terapia psicológica con otras intervenciones de interés, como los antidepresivos de segunda generación, la fototerapia, la melatonina o la agomelatina.
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.