Antecedentes
La alimentación complementaria es el período en el que un lactante pasa de recibir sólo leche materna o sucedáneos de la leche materna (como leche maternizada) a recibir los alimentos consumidos por la familia. Es un período crítico en la vida del lactante. Las prácticas inapropiadas de la alimentación complementaria, con sus consecuencias adversas asociadas para la salud, todavía son un problema significativo de salud pública a nivel global. Este hecho se debe a que la práctica inapropiada de la alimentación complementaria, como la introducción de alimentos semisólidos demasiado temprano (antes de los seis meses de vida), la higiene deficiente o la administración de alimentos que no contienen nutrientes adecuados, son causas principales de enfermedades. Dichas enfermedades incluyen desnutrición, diarrea, crecimiento deficiente, infecciones y desarrollo mental deficiente de los niños. La educación se ha propuesto como un medio efectivo para mejorar la práctica de la alimentación complementaria.
Pregunta de la revisión
¿La educación mejora la práctica de la alimentación complementaria por parte de los cuidadores de los lactantes, así como la salud y el crecimiento de los lactantes?
Características de los estudios
Se realizaron búsquedas de ensayos controlados aleatorios (un tipo de experimento en el que las personas son asignadas al azar a uno o más grupos de tratamiento) hasta noviembre de 2017. La búsqueda identificó 23 estudios que incluían a un total de 11 170 cuidadores y sus niños. Las edades de los niños variaron desde el nacimiento hasta los 24 meses de vida. Los cuidadores recibieron intervenciones educativas solamente mientras que el grupo control recibió ninguna intervención, atención habitual u otra intervención no educativa. Los métodos educativos incluyeron materiales impresos como volantes, orientación, sesiones de enseñanza, apoyo entre compañeros, videos y demostraciones prácticas. En general, los mensajes educativos se centraron en la introducción de los alimentos semisólidos a la edad apropiada, los tipos y la cantidad de alimentos complementarios para administrar a los lactantes, y la higiene.
Resultados clave
La educación redujo en hasta un 12% el número de cuidadores que introdujeron alimentos semisólidos a los lactantes antes de los seis meses de vida (evidencia de calidad moderada). Las prácticas de higiene de los cuidadores que recibieron educación también mostraron alguna mejoría en comparación con los que no la recibieron (evidencia de calidad moderada). En los estudios realizados en la comunidad, la educación aumentó la duración de la lactancia materna exclusiva, pero no ocurrió así en los estudios realizados en los centros de salud. No hubo evidencia convincente de un efecto de la educación sobre el crecimiento de los niños (evidencia de calidad baja a muy baja). No fue posible combinar los resultados de diferentes estudios para la diarrea, el conocimiento de los cuidadores ni la adecuación de los alimentos complementarios. Sin embargo, a partir de los informes individuales de los autores de los estudios, la educación dio lugar a una reducción de la diarrea y a una mejoría en el conocimiento de los cuidadores. También dio lugar a una mejoría en la calidad y la cantidad de alimentos complementarios administrados a los lactantes.
En términos generales, se encontró evidencia de que la educación mejora la práctica de la alimentación complementaria.
En términos generales, se encontró evidencia de que la educación mejora la práctica de la alimentación complementaria.
Aunque la alimentación complementaria es una práctica universal, los métodos y la manera en que se practica varía entre las culturas, los individuos y las clases socioeconómicas. El período de alimentación complementaria es un momento de transición crítico en la vida del lactante, y la práctica inapropiada de la alimentación complementaria, con sus consecuencias adversas asociadas para la salud, todavía es un problema significativo de salud pública a nivel global. Se reconoce ampliamente que las intervenciones educativas son efectivas para promover la estrategia de salud pública, y las dirigidas a mejorar la práctica de la alimentación complementaria proporcionan información acerca de la práctica de la alimentación complementaria adecuada para los cuidadores de los lactantes/niños. Por lo tanto, es importante resumir la evidencia sobre la efectividad de las intervenciones educativas para mejorar la práctica de la alimentación complementaria de los cuidadores de los lactantes.
Evaluar la efectividad de las intervenciones educativas para mejorar las prácticas de la alimentación complementaria (destete) de los cuidadores primarios de niños en edad de alimentación complementaria, y los resultados de salud y de crecimiento relacionados en los lactantes.
En noviembre 2017, se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, en otras 10 bases de datos y en dos registros de ensayos. También se hicieron búsquedas en las listas de referencias de estudios y revisiones relevantes para identificar estudios adicionales. No se restringieron las búsquedas por fecha, idioma o estado de la publicación.
Ensayos controlados aleatorios (ECA), que compararon intervenciones educativas con ninguna intervención, la práctica habitual, o intervenciones educativas proporcionadas junto con otra intervención, siempre que la intervención educativa estuviera disponible sólo en el grupo experimental y la intervención coadyuvante estuviera disponible para el grupo control. Los participantes del estudio incluyeron a cuidadores de lactantes de cuatro a 24 meses de vida que recibían alimentación complementaria. También se incluyó a embarazadas que se esperaba que dieran a luz y comenzaran la alimentación complementaria durante el período de estudio.
Dos autores de la revisión extrajeron los datos sobre los participantes, los contextos, las intervenciones, la metodología y los resultados de forma independiente mediante un formulario de extracción de datos específicamente desarrollado y probado. Se calcularon los cocientes de riesgos (CR) y los intervalos de confianza (IC) del 95% para los datos dicotómicos, y las diferencias de medias (DM) y los IC del 95% para los datos continuos. Cuando lo permitieron los datos, se realizó un metanálisis mediante un modelo de efectos aleatorios. Se evaluó el riesgo de sesgo de los estudios incluidos y también se evaluó la calidad de la evidencia mediante el enfoque GRADE.
Se incluyeron 23 estudios (de 35 informes) con un total de 11 170 pares de cuidadores-lactantes que se asignaron al azar a recibir una intervención educativa administrada al cuidador o atención habitual. Diecinueve de los estudios incluidos fueron estudios comunitarios mientras que cuatro fueron estudios basados en establecimientos. Además, 13 de los estudios incluidos tuvieron una asignación al azar grupal, mientras que en los otros la asignación al azar fue individual. En general, las intervenciones se centraron en la introducción de la alimentación complementaria en el momento apropiado, los tipos y la cantidad de alimentos complementarios para administrar a los lactantes, y la higiene. La calidad de la evidencia se evaluó mediante los criterios GRADE y se consideró moderada, principalmente debido a la ocultación de la asignación inadecuada y al cegamiento insuficiente.
Las intervenciones educativas dieron lugar a una mejoría en la práctica de la alimentación complementaria para la edad de introducción de los alimentos complementarios (CR promedio 0,88; IC del 95%: 0,83 a 0,94; cuatro estudios, 1738 niños; evidencia de calidad moderada) y las prácticas de higiene (CR promedio 1,38; IC del 95%: 1,23 a 1,55; cuatro estudios, 2029 participantes; evidencia de calidad moderada). Durante el período de lactancia materna exclusiva, los resultados agrupados fueron compatibles con una reducción y con un aumento en el resultado (CR promedio 1,58; IC del 95%: 0,77 a 3,22; tres estudios, 1544 niños; evidencia de muy baja calidad). Hubo evidencia limitada (de calidad baja a muy baja) de un efecto en todos los resultados del crecimiento.
Calidad de la evidencia
Hay evidencia de calidad moderada a muy baja de que las intervenciones educativas pueden mejorar la práctica de la alimentación complementaria, pero no hay evidencia suficiente para concluir que repercuten en los resultados del crecimiento.
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