Mensajes clave
No hay evidencia clara que indique que los programas de apoyo social o de redes sociales ayuden a las personas con cardiopatías.
Estos programas podrían producir cierta mejora de la calidad de vida y de la presión arterial.
Esta revisión sugiere que, aunque las intervenciones de apoyo social o mediante redes sociales podrían tener potencial para ayudar a las personas con cardiopatías, se necesitan más ensayos de calidad alta, claramente informados, para probar cualquier efectividad.
¿Qué es una cardiopatía?
El término "cardiopatía" se refiere a una serie de trastornos que afectan al corazón, entre ellos: cardiopatía coronaria (enfermedad de los vasos sanguíneos del corazón); problemas del ritmo cardíaco (arritmias, como la fibrilación auricular); infecciones cardíacas; y defectos cardíacos congénitos. Los síntomas más comunes de las cardiopatías son el dolor en el pecho (angina de pecho) y el ataque al corazón (infarto de miocardio). Las cardiopatías son una causa frecuente de muerte prematura en todo el mundo. Los programas modernos de rehabilitación cardíaca habitualmente están diseñados para abordar factores físicos, mentales y sociales, y así apoyar a las personas con cardiopatías en su vida cotidiana.
¿Por qué los programas de apoyo social podrían ayudar a las personas con cardiopatías?
Existe evidencia de que los bajos niveles de apoyo social y el aislamiento social están relacionados con la mala salud de las personas con cardiopatías. Las intervenciones mediante redes sociales o de apoyo social utilizan intencionadamente las relaciones sociales para estimular comportamientos saludables, y podrían implicar a parejas, familiares, amigos, otros compañeros o cuidadores. Aunque algunos estudios de investigación indican que estos programas podrían contribuir a mejorar la salud de las personas con cardiopatías, hasta la fecha no se ha realizado ninguna revisión sistemática de la evidencia.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso averiguar si los programas diseñados para ayudar a las personas con cardiopatías, que incluyen un componente de apoyo social claramente descrito, podrían mejorar:
- las muertes (por cardiopatías o cualquier otra causa);
- los ingresos hospitalarios;
- la calidad de vida relacionada con la salud.
También se quiso averiguar si mejoraban otros factores relacionados, como la salud mental y el bienestar, y el aislamiento social.
¿Qué se hizo?
Se realizaron búsquedas en las bases de datos de ensayos controlados aleatorizados (ECA) de intervenciones mediante redes sociales o apoyo social para personas con cardiopatías.
Se compararon y resumieron los resultados de estos estudios y la confianza en la evidencia se evaluó sobre la base de factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 54 estudios elegibles con 11 445 personas con cardiopatías. Se encontró una gran variación en los tipos de intervenciones incluidas en la revisión, en términos de lo que abarcaban los programas, cómo y quién los llevaba a cabo, y la claridad con la que se informaba de ellos.
La mayoría de los participantes fueron varones, con una edad promedio comprendida entre los 49 y los 76 años. Los estudios incluyeron a personas con insuficiencia cardíaca, después de un infarto de miocardio (ataque al corazón), cardiopatía mixta y después de una revascularización (procedimientos para ensanchar arterias obstruidas o estrechadas).
Se observó que las intervenciones mediante redes sociales o apoyo social no tuvieron un efecto claro sobre las muertes, los ingresos hospitalarios ni la calidad de vida relacionada con la salud.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
La información sobre factores como los programas incluidos, cómo se impartían y cómo se probaban fue muy variable. Esto dificultó la evaluación de la evidencia presentada.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta evidencia está actualizada hasta agosto de 2022.
No se encontró evidencia sólida de la eficacia de dichas intervenciones, aunque se identificaron efectos modestos en relación con la presión arterial. Aunque los datos presentados en esta revisión son indicativos de la posibilidad de efectos positivos, la revisión también destaca la falta de evidencia suficiente para apoyar de manera concluyente tales intervenciones en las personas con cardiopatías. Se necesitan más ECA de calidad alta y bien informados para explorar plenamente el potencial de las intervenciones de apoyo social en este contexto. Los informes futuros de las intervenciones mediante redes sociales y apoyo social para las personas con cardiopatías deben ser significativamente más claros y teorizados de manera más efectiva, a fin de determinar la secuencia de eventos y el efecto sobre los desenlaces.
A nivel mundial, las enfermedades cardiovasculares (ECV, es decir, las enfermedades coronarias [EC] y circulatorias combinadas) contribuyen al 31% de todas las muertes, más que cualquier otra causa. De acuerdo con las guías del Reino Unido y del resto del mundo, los programas de rehabilitación cardíaca se ofrecen de forma generalizada a las personas con cardiopatías e incluyen componentes psicosociales, formativos, de cambio de hábitos de salud y de control de los riesgos. El apoyo social y las intervenciones mediante redes sociales pueden mejorar los desenlaces de estos programas, pero no se sabe muy bien si funcionan ni cómo.
Evaluar la efectividad de las intervenciones mediante redes sociales y apoyo social para ayudar en la rehabilitación cardíaca y la prevención secundaria en el control de las personas con cardiopatías. El comparador fue la atención habitual sin ningún elemento de apoyo social (es decir, prevención secundaria sola o con rehabilitación cardíaca).
Se realizó una búsqueda sistemática en las siguientes bases de datos el 9 de agosto de 2022: CENTRAL, MEDLINE, Embase y Web of Science. También se hicieron búsquedas en ClinicalTrials.gov y en la ICTRP de la OMS. Se revisaron las listas de referencias de las revisiones sistemáticas pertinentes y los estudios primarios incluidos, y se estableció contacto con expertos para identificar estudios adicionales.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) de intervenciones mediante redes sociales o apoyo social en personas con cardiopatías. Se incluyeron los estudios independientemente de la duración del seguimiento, y se incluyeron los publicados como texto completo, los publicados solo como resumen y los datos no publicados.
Mediante Covidence, dos autores de la revisión examinaron de forma independiente todos los títulos identificados. Se identificaron los informes de estudios a texto completo y las publicaciones marcadas como "incluidas", y dos autores de la revisión los examinaron de forma independiente y realizaron la extracción de los datos. Dos autores evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo y valoraron la certeza de la evidencia mediante el método GRADE. Los desenlaces principales fueron la mortalidad por todas las causas, la mortalidad por causas cardiovasculares, los ingresos hospitalarios por todas las causas, los ingresos hospitalarios por causas cardiovasculares y la calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS) medida en > 12 meses de seguimiento.
Se incluyeron 54 ECA (126 publicaciones) que informaron datos para un total de 11 445 personas con cardiopatía. El seguimiento medio fue de siete meses y el tamaño muestral medio fue de 96 participantes. De los participantes del estudio, 6414 (56%) eran varones, y la media de edad oscilaba entre 48,6 y 76,3 años. Los estudios incluyeron pacientes con insuficiencia cardíaca (41%), enfermedad cardíaca mixta (31%), posinfarto de miocardio (13%), posrevascularización (7%), EC (7%) y síndrome X cardíaco (1%). La duración media de la intervención fue de 12 semanas. Se identificó una notable diversidad en las intervenciones mediante redes sociales y apoyo social, en cuanto a qué se suministraba, cómo y quién lo hacía.
Se evaluó el riesgo de sesgo en los desenlaces principales en > 12 meses de seguimiento como "bajo" (2/15 estudios), "incierto" (11/15) o "alto" (2/15). El riesgo de sesgo "incierto" o "alto" se debió a la falta de detalles sobre el cegamiento de los evaluadores de los desenlaces, la falta de datos y la ausencia de planes de análisis estadístico acordados previamente. En particular, los desenlaces de CdVRS tuvieron alto riesgo de sesgo. Mediante el método GRADE se evaluó la certeza de la evidencia como baja o muy baja entre todos los desenlaces.
Las intervenciones mediante redes sociales o apoyo social no tuvieron un efecto claro sobre la mortalidad por todas las causas (razón de riesgos [RR] 0,75; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,49 a 1,13; I 2 = 40%) ni sobre la mortalidad cardiovascular (RR 0,85; IC del 95%: 0,66 a 1,10; I 2 = 0%) a > 12 meses de seguimiento. La evidencia indica que las intervenciones mediante redes sociales o de apoyo social para las cardiopatías podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en los ingresos hospitalarios por todas las causas (RR 1,03; IC del 95%: 0,86 a 1,22; I 2 = 0%) o en los ingresos hospitalarios relacionados con enfermedades cardiovasculares (RR 0,92; IC del 95%: 0,77 a 1,10; I 2 = 16%), con un nivel de certeza bajo. La evidencia fue muy incierta con respecto a la repercusión de las intervenciones mediante redes sociales sobre la CdVRS en > 12 meses de seguimiento (puntuación del componente físico del SF-36: diferencia de medias [DM] 31,53; IC del 95%: -28,65 a 91,71; I 2 = 100%; dos ensayos/comparaciones, 166 participantes; puntuación del componente mental DM 30,62; IC del 95%: -33,88 a 95,13; I 2 = 100%; dos ensayos/comparaciones, 166 participantes).
En cuanto a los desenlaces secundarios, podría haber una disminución tanto de la presión arterial sistólica como de la diastólica con las intervenciones mediante redes sociales o de apoyo social. No se encontró evidencia de impacto sobre el bienestar psicológico, el tabaquismo, el colesterol, el infarto de miocardio, la revascularización, la reincorporación al trabajo/educación, el aislamiento social o la conectividad, la satisfacción del paciente o los eventos adversos.
Los resultados de la metarregresión no indicaron que el efecto de la intervención estuviera relacionado con el riesgo de sesgo, el tipo de intervención, la duración, el contexto y la forma de administración, el tipo de población, la ubicación del estudio, la edad de los participantes ni el porcentaje de participantes varones.
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