La dismenorrea es el nombre médico que se les da a los calambres uterinos dolorosos de origen menstrual, también conocida como dolor menstrual. Hay varias revisiones Cochrane sobre maneras de aliviar este dolor. Jane Chalmers, de la Universidad de Western Sydney en Australia, es autora de una de estas revisiones que investiga los efectos beneficiosos del ejercicio y que se actualizó en septiembre de 2019.
Este podcast ha sido traducido por Victoria Leo y locutado por Salomé Planas del Centro Cochrane Iberoamericano.
La dismenorrea es el nombre médico que se les da a los calambres uterinos dolorosos de origen menstrual, también conocida como dolor menstrual. Hay varias revisiones Cochrane sobre maneras de aliviar este dolor. Jane Chalmers, de la Universidad de Western Sydney en Australia, es autora de una de estas revisiones que investiga los efectos beneficiosos del ejercicio y que se actualizó en septiembre de 2019.
Este podcast ha sido traducido por Victoria Leo y locutado por Salomé Planas del Centro Cochrane Iberoamericano.
La dismenorrea o dolor menstrual, es un gran problema en todo el mundo, informado por más de dos tercios de las mujeres menores de 25 años. Este dolor afecta a la calidad de vida, provocando ausentismo escolar y laboral y una menor participación en actividades deportivas y sociales. La mayoría de las mujeres intenta controlar el dolor con medicamentos de venta sin receta como el ibuprofeno o el paracetamol, o aplican estrategias de autocuidado como el reposo y o el calor, si bien con poco éxito. La actividad física se ha defendido durante mucho tiempo como una alternativa, y el objetivo de esta revisión era comprender mejor la evidencia contradictoria sobre su efectividad, y se encontró que probablemente servía.
Se identificaron 12 ensayos aleatorizados, con casi 900 mujeres. Los estudios procedían en su mayoría de Irán e India (con cuatro y tres estudios respectivamente), pero también de Egipto, Corea, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Se probaron varios tipos de ejercicio: cuatro estudios compararon el ejercicio de alta intensidad con ningún ejercicio; seis compararon el ejercicio de baja intensidad con ningún ejercicio; y uno comparó el ejercicio de baja intensidad con antiinflamatorios no esteroideos o AINE. Las formas de ejercicio incluían entrenamiento en cinta rodante, zumba, yoga, estiramiento y fortalecimiento del “core”. La frecuencia de ejercicio varió de una a seis veces por semana, con sesiones que duraron entre 10 y 60 minutos.
Cuando se combinaron los resultados de los estudios de mayor calidad en un metanálisis, se observó que tanto el ejercicio de baja como de alta intensidad parecen tener grandes efectos sobre la intensidad del dolor menstrual en comparación con ningún ejercicio, aunque el efecto sobre los síntomas generales de la menstruación y la calidad de vida están mucho menos claros. También hay mucha incertidumbre en cuanto a la comparación del ejercicio con los AINE, por lo que no se sabe si el ejercicio reduce el dolor menstrual, el uso de analgésicos de rescate o disminuye el absentismo en el trabajo o colegio en mayor o menor medida que estos medicamentos.
En resumen, se ha demostrado que existe evidencia de calidad baja que sugiere que el ejercicio, realizado durante 45 a 60 minutos al menos tres veces por semana, puede disminuir de manera clínicamente significativa la intensidad del dolor menstrual. Dado este hallazgo, así como los beneficios generales para la salud del ejercicio regular y el riesgo relativamente bajo de eventos adversos informados en la población general, parece razonable que las mujeres consideren el ejercicio para controlar su dolor menstrual. En el futuro, se necesita más investigación de mayor calidad para determinar el tipo, el momento y la dosis de ejercicio óptimos para maximizar este efecto sobre el dolor.
Si desea leer la revisión completa y conocer las actualizaciones, puede acceder a ella de manera gratuita en la Biblioteca Cochrane punto com, y buscar "ejercicio para el dolor menstrual".