La depresión posparto es un problema de salud serio e importante para la salud pública. La finalidad de esta revisión era examinar el efecto de las intervenciones psicosociales y psicológicas para reducir el riesgo de depresión posparto en comparación con la atención habitual. Esta revisión incluye datos de 28 ensayos controlados aleatorizados con casi 17.000 mujeres. Las intervenciones preventivas evaluadas en los ensayos incluidos fueron diversas y las variables de evaluación difirieron ampliamente, sin embargo, la calidad metodológica fue de buena a excelente. Un efecto beneficioso claro en la prevención de la depresión posparto se encontró de un rango de intervenciones psicosociales y psicológicas. Las intervenciones alentadoras incluyeron visitas domiciliarias profesionales posparto, la asistencia telefónica posparto no especializada o no especializada y la psicoterapia interpersonal. Las intervenciones proporcionadas por diversos profesionales de la salud e individuos no especialistas fueron beneficiosas. Las intervenciones individuales fueron beneficiosas como las que incluyeron contactos múltiples. Además, existen pruebas que demuestran que las intervenciones iniciadas luego del parto ayudaron en la prevención de la depresión posparto como lo hicieron aquellas que tenían como objetivo a madres “en riesgo”. Quedan muchas preguntas sin respuesta y se necesita investigación adicional.
En términos generales, las intervenciones psicosociales y psicológicas reducen de manera significativa el número de mujeres que contraen depresión posparto. Las intervenciones alentadoras incluyen la provisión de visitas domiciliarias profesionales posparto, la asistencia telefónica no especializada y la psicoterapia interpersonal.
Los estudios epidemiológicos y los metanálisis de los estudios predictivos han demostrado de manera consistente la importancia de las variables psicosociales y psicológicas como factores de riesgo de la depresión posparto. Aunque las intervenciones basadas en estas variables pueden ser estrategias de tratamiento efectivas, teóricamente también pueden ser utilizadas durante el embarazo y en el comienzo del período posparto para prevenir la depresión.
Primarios: evaluar el efecto de las diversas intervenciones psicosociales y psicológicas en comparación con la atención habitual antes, durante y después del parto para reducir el riesgo de contraer depresión posparto. Secundarios: examinar (1) la efectividad de tipos específicos de intervenciones psicosociales y psicológicas; (2) la efectividad de las intervenciones profesionales versus no profesionales; (3) la efectividad de las intervenciones individuales versus grupales; (4) los efectos del comienzo de la intervención y la duración ; y (5) si las intervenciones resultan más efectivas en mujeres seleccionadas con factores de riesgo específicos.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (30 de noviembre de 2011), se revisaron las referencias secundarias y se contactó con expertos en este ámbito. Se actualizó la búsqueda el 31 de diciembre de 2012 y se agregaron los resultados a la sección de clasificaciones en espera de la revisión para su evaluación en la próxima actualización.
Todos los ensayos controlados aleatorios, publicados o inéditos, de calidad aceptable, que comparaban una intervención psicosocial o psicológica con la atención habitual anterior, durante o posterior al parto.
Los autores de revisiones y un coordinador investigador con experiencia en revisiones Cochrane participaron en la evaluación de la calidad metodológica y en la extracción de los datos. La información adicional se obtuvo de varios investigadores. Se presentaron los resultados mediante el cociente de riesgos (CR) para los datos categóricos y la diferencia de medias (DM) para los datos continuos.
Veintiocho ensayos, con casi 17.000 mujeres, contribuyeron con datos para la revisión. En términos generales, las mujeres que recibieron una intervención psicosocial o psicológica presentaron menor probabilidad de contraer depresión posparto en comparación con las que recibieron atención estándar (CR promedio 0,78; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,66 a 0,93; 20 ensayos, 14.727 mujeres). Varias intervenciones prometedoras incluyen: (1) la provisión de visitas domiciliarias posparto intensivas e individuales a cargo de comadronas o enfermeras de salud pública (CR 0,56; IC del 95%: 0,43 a 0,73; dos ensayos, 1.262 mujeres); (2) asistencia telefónica no especializada (CR 0,54; IC del 95%: 0,38 a 0,77; un ensayo, 612 mujeres); y (3) psicoterapia interpersonal (diferencia de medias estandarizada -0,27; IC del 95%: -0,52 a -0,01; cinco ensayos, 366 mujeres). Las intervenciones profesionales y no profesionales fueron efectivas para reducir el riesgo de desarrollar sintomatología depresiva. Las intervenciones individuales redujeron la sintomatología depresiva durante la evaluación final (CR 0,75; IC del 95%: 0,61 a 0,92; 14 ensayos, 12.914 mujeres) como lo hicieron las intervenciones de contacto múltiple (CR 0,78; IC del 95%: 0,66 a 0,93; 16 ensayos, 11.850 mujeres). Las intervenciones que se iniciaron en el período posparto también redujeron de manera significativa el riesgo de desarrollar sintomatología depresiva (CR 0,73; IC del 95%: 0,59 a 0,90; 12 ensayos, 12.786 mujeres). La identificación de madres "en riesgo" colaboró con la prevención de la depresión posparto (CR 0,66; IC del 95%: 0,50 a 0,88; ocho ensayos, 1.853 mujeres).