La evidencia de esta revisión está actualizada hasta el 26 de febrero 2015
Número de ensayos: 42
Número de participantes: 4577
Mensajes clave:
Esta revisión Cochrane encontró que no hubo suficiente evidencia para determinar si una vía de drenaje vesical tenía más probabilidades de reducir la infección urinaria que otra. La evidencia indica que los participantes con catéteres suprapúbicos tuvieron menos probabilidades de sufrir dolor asociado al catéter, en comparación con los que tenían catéteres uretrales permanentes. La calidad de la evidencia en esta revisión fue baja, y muchos de los ensayos no informaron sobre resultados importantes como la calidad de vida asociada a los catéteres y la facilidad de uso. Los ensayos incluidos informaron pocos efectos adversos, pero no está claro si se debe a que los efectos adversos no se produjeron o que simplemente no se informaron. Debido a la limitada evidencia, se necesitan ensayos adicionales de calidad alta. Es importante que en estos ensayos se informe sobre la infección urinaria sintomática, el dolor por el uso de los catéteres, la calidad de vida, los efectos adversos y la facilidad de uso.
Antecedentes: ¿qué vías existen para el drenaje de la vejiga a corto plazo?
Los catéteres urinarios son tubos que drenan la orina de la vejiga. A menudo se utilizan en pacientes que no pueden ir al baño fácilmente durante su estancia en el hospital. Aproximadamente uno de cada cuatro pacientes hospitalizados requiere un drenaje de la vejiga a corto plazo mediante un catéter urinario. Los catéteres se pueden utilizar de diferentes maneras. Las principales vías para la cateterización urinaria son:
1. Uretral: se inserta un tubo de drenaje en la vejiga a través de la uretra y se deja en su sitio (catéter permanente), o se retira después de vaciar la vejiga (catéter intermitente).
2. Cateterización suprapúbica: se introduce un tubo de drenaje en la vejiga a través de un pequeño corte en la pared abdominal.
Una complicación frecuente del drenaje de la vejiga a corto plazo es la infección urinaria. Las infecciones tienen muchas implicaciones graves para los pacientes y los proveedores de atención médica. La inserción de un catéter suprapúbico también se puede asociar con más riesgos que las vías uretrales, como el sangrado o el daño al intestino.
Resultados clave
La revisión Cochrane examinó los estudios que hicieron una de tres comparaciones:
1. Cateterización interna versus suprapúbica
2. Cateterización permanente versus intermitente
3. Cateterización suprapúbica versus intermitente
1. Veinticinco ensayos (2622 participantes) compararon la cateterización uretral y suprapúbica permanentes. No hubo suficiente evidencia de cinco ensayos para determinar si los pacientes tuvieron menos riesgo de infección urinaria sintomática con la cateterización uretral o suprapúbica permanentes. Hubo evidencia de calidad baja de cuatro ensayos de que los pacientes con catéteres uretrales permanentes tuvieron un mayor riesgo de dolor asociado a los catéteres, en comparación con los participantes con catéteres suprapúbicos. Ninguno de los veinticinco ensayos informó sobre la facilidad de uso, la calidad de vida o los resultados económicos.
2. Catorce ensayos (1.596 participantes) compararon la cateterización uretral permanente e intermitente. Hubo evidencia de calidad muy baja de dos ensayos que informaron sobre la infección urinaria, y la revisión no pudo determinar qué vía de drenaje de la vejiga tuvo un riesgo menor. Ninguno de los catorce ensayos informó sobre el dolor, la facilidad de uso, la calidad de vida o los resultados económicos.
3. Tres ensayos (359 participantes) compararon la cateterización uretral y suprapúbica intermitentes. Solo un ensayo informó sobre la infección urinaria. La evidencia no fue concluyente y fue de calidad baja. Solo un ensayo presentó evidencia sobre el dolor. Una vez más, la evidencia no fue concluyente y la calidad de la evidencia fue muy baja. Ninguno de los tres ensayos informó sobre la facilidad de uso, la calidad de vida o los resultados económicos.
Mensajes finales
Aunque se han realizado muchos ensayos, no se han examinado de manera suficiente los resultados importantes. Todavía hay muchas preguntas sin respuesta sobre el drenaje de la vejiga a corto plazo. ¿Qué vía es la menos probable de causar una infección urinaria? ¿Una vía se asocia con más dolor que las otras? ¿Hay una diferencia significativa en el coste o la conveniencia para los pacientes y los hospitales entre las tres vías? Hasta que estas preguntas se respondan con evidencia de mayor calidad, se necesitan más y mejores ensayos.
La cateterización suprapúbica redujo el número de participantes con bacteriuria asintomática, cateterizaciones y dolor, en comparación con la cateterización uretral permanente. La evidencia de infección urinaria sintomática no fue concluyente.
En el caso de la cateterización uretral permanente versus intermitente, la evidencia no fue concluyente en cuanto a la infección urinaria sintomática y la bacteriuria asintomática. Ningún ensayo informó sobre el dolor.
La evidencia no fue concluyente para la cateterización uretral suprapúbica versus intermitente. Los ensayos deben utilizar una definición estandarizada para la infección urinaria sintomática. Se necesitan ensayos adicionales con un poder estadístico adecuado que comparen todos los tipos de cateterización, en particular la suprapúbica y la uretral intermitentes.
Los catéteres uretrales permanentes se utilizan a menudo para el drenaje de la vejiga en el hospital. La infección urinaria es la que se adquiere con mayor frecuencia en el hospital y una complicación habitual de la cateterización urinaria. El dolor, la facilidad de uso y la calidad de vida son importantes a considerar, así como el análisis económico formal. La cateterización suprapúbica también puede dar lugar a la perforación del intestino y la muerte.
Determinar las ventajas y desventajas de las vías alternativas de cateterización vesical a corto plazo en adultos en cuanto a infección, eventos adversos, reemplazo, duración del uso, satisfacción del participante y coste efectividad. Para el propósito de esta revisión, "a corto plazo" se define como la duración prevista de la cateterización de 14 días o menos.
Se hicieron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Incontinencia (Cochrane Incontinence Group), que contiene ensayos identificados del Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL), MEDLINE, MEDLINE In-Process, ClinicalTrials.gov, la WHO ICTRP y búsquedas manuales en revistas y actas de congresos (búsquedas 26 de febrero 2015) y CINAHL (27 de enero 2015) y en las listas de referencias de los artículos relevantes.
Se incluyeron todos los ensayos aleatorizados y cuasialeatorizados que compararon diferentes vías de cateterización para el uso a corto plazo en adultos hospitalizados.
Al menos dos autores de la revisión extrajeron los datos y realizaron una evaluación del "riesgo de sesgo" de los ensayos incluidos. Se le pidió aclaración a los autores de los ensayos cuando se necesitó información adicional.
En esta revisión sistemática se incluyeron 42 ensayos.
Veinticinco ensayos compararon la cateterización uretral y suprapúbica permanentes. No hubo evidencia suficiente de infección urinaria sintomática (riesgo relativo [RR] 1,01; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,61 a 1,69; cinco ensayos, 575 participantes; evidencia de calidad muy baja). En los participantes con catéteres permanentes hubo más casos de bacteriuria asintomática (RR 2,25; IC del 95%: 1,63 a 3,10; 19 ensayos, 1894 participantes; evidencia de calidad muy baja) y más participantes informaron de dolor (RR 5,62; IC del 95%: 3,31 a 9,55; cuatro ensayos, 535 participantes; evidencia de calidad baja). La duración de la cateterización fue más corta en el grupo de cateterización uretral permanente (DM -1,73; IC del 95%: -2,42 a -1,05; dos ensayos, 274 participantes).
Tres ensayos compararon la cateterización uretral permanente con la intermitente. Dos ensayos presentaron datos sobre la infección urinaria sintomática que fueron adecuados para el metanálisis. Debido a la evidencia de una significativa heterogeneidad clínica y estadística no se agruparon los resultados, que no fueron concluyentes, y la calidad de la evidencia fue muy baja. La principal fuente de heterogeneidad fue el motivo de la hospitalización, ya que Hakvoort y colegas reclutaron a participantes que se sometieron a cirugía urogenital; mientras que en el ensayo realizado por Tang y colegas se reclutaron mujeres de edad avanzada en la sala de rehabilitación geriátrica. La evidencia tampoco fue concluyente para la bacteriuria asintomática (RR 1,04; IC del 95%: 0,85 a 1,28; 13 ensayos, 1333 participantes; evidencia de calidad muy baja). Casi el triple de los pacientes desarrollaron retención urinaria aguda con la cateterización intermitente (16% con la uretral versus 45% con la intermitente; RR 0,45, IC del 95%: 0,22 a 0,91; cuatro ensayos, 384 participantes).
Tres ensayos compararon la cateterización intermitente con la suprapúbica, en participantes femeninas solamente. La evidencia no fue concluyente para la infección sintomática del tracto urinario, la bacteriuria asintomática, el dolor o el coste.
Ninguno de los ensayos informó de los siguientes resultados críticos: calidad de vida, facilidad de uso y análisis de coste-utilidad.
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