¿Cuál es el objetivo de esta revisión?
Esta revisión sistemática procuró sintetizar la mejor evidencia disponible con respecto a la efectividad y la seguridad de la oclusión convencional (parche) y el control con atropina (gotas) como tratamientos para la ambliopía (ojo perezoso).
Mensajes clave
Se encontró evidencia que indica que los parches convencionales y las gotas de atropina produjeron una mejoría similar en la visión.
¿Qué se estudió en la revisión?
La ambliopía (ojo perezoso) es una afección frecuente en la infancia y se define como visión deficiente en uno o ambos ojos. El ojo perezoso está presente sin problemas claros en la vía visual y no se repara inmediatamente con el uso de lentes. El tratamiento del ojo perezoso por lo general comienza con la prescripción de lentes necesarios para corregir cualquier defecto óptico seguido de la promoción del uso del ojo perezoso (más débil). Esta revisión sistemática comparó dos tratamientos utilizados para promover el uso del ojo más débil: cubrir el ojo más fuerte durante un número determinado de horas al día y gotas de atropina (sulfato de atropina) para nublar la visión del ojo con mejor visión.
¿Cuáles son los principales resultados de la revisión?
La actualización de la versión anterior de esta revisión incluyó siete ensayos con un total de 1177 ojos ambliópicos. La evidencia de seis ensayos (uno de buena calidad metodológica) indica que tanto la oclusión como las gotas de atropina producen una mejoría en la agudeza visual a corto plazo (uno a seis meses) y a largo plazo (24 meses) del ojo más débil después del inicio del tratamiento. No se encontraron diferencias entre los dos tratamientos en el enderezamiento de los ojos, la percepción de la profundidad ni en la visión en el ojo más sano. Ambos tratamientos fueron bien tolerados. Las gotas de atropina se administraron de forma más frecuente que el uso del parche y se asociaron con una mejor calidad de vida, aunque la visión borrosa y la sensibilidad a la luz fueron más frecuentes en los ojos tratados con atropina. La irritación de la piel, el párpado o la conjuntiva fueron más comunes entre los participantes que utilizaron parches que entre los que recibieron atropina.
¿Cuál es el grado de actualización de esta revisión?
Esta revisión está actualizada hasta el 7 de septiembre de 2018.
Tanto la oclusión convencional como el control con atropina producen mejoría de la agudeza visual del ojo ambliópico. El control con atropina parece presentar la misma efectividad que la oclusión convencional, aunque la magnitud de la mejoría difirió entre los ensayos analizados.
La ambliopía se define como un defecto de la agudeza visual en uno o ambos ojos, sin una anomalía demostrable de la vía visual, y que no se resuelve de forma inmediata con el uso de lentes.
Al realizar esta revisión sistemática se procuró sintetizar la mejor evidencia disponible con respecto a la efectividad y la seguridad del tratamiento con oclusión convencional comparado con el control con atropina para el tratamiento de la ambliopía.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (que contiene el Registro de de Ensayos del Grupo Cochrane de Trastornos de los Ojos y la Visión [Cochrane Eyes and Vision Trials Register]) (2018, número 8); Ovid MEDLINE; Ovid Embase; LILACS BIREME; ClinicalTrials.gov; ISRCTN; y la ICTRP de la OMS el 7 de septiembre de 2018.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados y cuasialeatorizados que comparaban la oclusión convencional con el control con atropina para la ambliopía.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los resúmenes y los artículos de texto completo, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo.
Se incluyeron siete ensayos (cinco ensayos controlados aleatorizados y dos ensayos controlados cuasialeatorizados) realizados en seis países (China, India, Irán, Irlanda, España y los Estados Unidos) con un total de 1177 ojos ambliópicos. Tres de estos siete ensayos provinieron de la versión original de 2009 de la revisión. Se consideró que dos ensayos tenían un riesgo bajo de sesgo a través de todos los dominios y que los cinco ensayos restantes tenían un riesgo de sesgo incierto o alto para algunos dominios.
Debido a que se utilizaron diferentes modalidades de oclusión, regímenes de control con atropina y poblaciones en los ensayos incluidos, no se realizó ningún metanálisis debido a la heterogeneidad clínica y estadística. La evidencia de seis ensayos (dos en riesgo bajo de sesgo) indica que el control con atropina presenta la misma efectividad que la oclusión convencional para mejorar la agudeza visual. Se informó una mejoría similar en la agudeza visual en todos los puntos temporales en los que se evaluó, desde cinco semanas (mejoría de una línea) hasta diez años (mejoría de más de tres líneas). A los seis meses, aunque la mayoría de los participantes (363/522) provienen de un ensayo en riesgo bajo de sesgo y una estimación precisa (diferencia de medias [DM] 0,03; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,00 a 0,06), otros dos ensayos en riesgo alto de sesgo produjeron estimaciones inconsistentes e intervalos de confianza amplios (DM -0,02; IC del 95%: -0,11 a 0,07 y DM -0,14; IC del 95%: -0,23 a -0,05; evidencia de certeza moderada). A los 24 meses, se encontró una mejoría adicional en ambos grupos, aunque no hubo diferencias significativas entre los que recibieron la oclusión y los que recibieron tratamientos con atropina (evidencia de certeza moderada).
No se encontraron diferencias de la alineación ocular, la agudeza de ambos ojos y la agudeza visual del ojo sano entre los grupos de oclusión y de control con atropina (evidencia de certeza moderada). Ambos tratamientos fueron bien tolerados. La atropina se asoció con una mejor adherencia (evidencia de certeza moderada) y calidad de vida (evidencia de certeza moderada), pero también con un mayor riesgo informado de eventos adversos en cuanto a la reducción leve de la agudeza visual del ojo sano que no requiere tratamiento y la sensibilidad a la luz (evidencia de certeza alta). La irritación de la piel, el párpado o la conjuntiva fueron más frecuentes entre los participantes que utilizaron parches que entre los que recibieron atropina (evidencia de certeza alta). El control con atropina cuesta menos que la oclusión convencional.
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