Desde los años ochenta, las organizaciones de salud nacionales e internacionales han promovido las asociaciones entre los servicios de salud y otros servicios públicos a nivel local para mejorar la salud de la población. Esta revisión buscó evidencia sobre si la colaboración funciona o no en comparación con los servicios estándar.
De los dos estudios de buena calidad identificados, uno no mostró evidencia de que la colaboración entre los servicios locales mejorara la salud y el otro mostró una modesta mejora en algunas áreas. De los estudios restantes, en los que se informó de beneficios para la salud, éstos fueron a menudo modestos, incoherentes con otras conclusiones y podrían haber sido el resultado de financiación o recursos adicionales. Dos de los tres estudios que analizaron los cambios ambientales reportaron algunos beneficios para la salud.
Estos hallazgos indican que cuando se comparan las asociaciones colaborativas locales entre organismos de salud y gubernamentales con los convenios estándar de trabajo, generalmente no hay diferencias en los resultados de salud.
La colaboración entre las dependencias gubernamentales locales y sanitarias locales habitualmente se considera la mejor práctica. Sin embargo, la revisión no identificó ninguna evidencia fiable de que la colaboración interinstitucional, en comparación con los servicios estándar, conduzca necesariamente a una mejora de la salud. Algunos estudios identificaron beneficios del componente pero éstos no se reflejaron en las puntuaciones generales de resultado y podrían haber sido el resultado del uso de recursos adicionales significativos. Aunque las dependencias muestren entusiasmo acerca de la colaboración, las deficiencias metodológicas en los estudios primarios y la implementación incompleta de las iniciativas han impedido el desarrollo de una base de evidencia sólida. Si estas deficiencias se abordan en estudios futuros (por ejemplo, proporcionando mayores detalles sobre la ejecución de los programas; utilizando diseños más sólidos, evaluaciones integradas del proceso para mostrar lo bien que han trabajado juntos los asociados de la colaboración, y la medición de los resultados en materia de salud), se podría comprender mejor lo que podría funcionar y por qué. Es posible que las asociaciones de colaboración locales que realizan intervenciones ambientales puedan dar lugar a un beneficio para la salud, pero la base de evidencia para ello es muy limitada.
Las evaluaciones de los acuerdos de colaboración interinstitucional se enfrentan a muchos problemas. Los resultados demuestran que se pueden establecer asociaciones comunitarias de colaboración para realizar las intervenciones, pero es importante acordar objetivos, métodos de trabajo, supervisión y evaluación antes de la ejecución para proteger la fidelidad del programa y aumentar las posibilidades de efectividad.
En muchos países se han introducido colaboraciones inter e intradependencias nacionales, regionales y locales para mejorar los resultados de salud. Se necesita evidencia sobre la efectividad de las asociaciones desarrolladas localmente que están dirigidas a lograr cambios en los resultados y comportamientos de salud.
Evaluar los efectos de la colaboración interinstitucional entre los organismos locales de salud y los organismos gubernamentales locales en los resultados sanitarios de cualquier población o grupo de edad.
Se hicieron búsquedas en el Registro Especializado del Grupo Cochrane de Salud Pública (Cochrane Public Health Group), AMED, ASSIA, CENTRAL, CINAHL, DoPHER, EMBASE, ERIC, HMIC, IBSS, MEDLINE, MEDLINE In-Process, OpenGrey, PsycINFO, Rehabdata, Social Care Online, Social Services Abstracts, Sociological Abstracts, TRoPHI y Web of Science desde 1966 hasta enero de 2012. Se utilizaron métodos de "bola de nieve", como el contacto con expertos, el seguimiento de citas, la búsqueda en sitios web y el seguimiento de listas de referencias.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA), ensayos clínicos controlados (ECC), estudios controlados del tipo antes y después (ECAD) y series de tiempo interrumpido (STI) en los que el estudio informara de resultados de salud individuales derivados de la colaboración interinstitucional entre los organismos de salud y los organismos gubernamentales locales en comparación con la atención estándar. Los estudios se seleccionaron de forma independiente y por duplicado, sin restricción de subgrupos de población o enfermedades.
Dos autores realizaron de forma independiente la extracción de datos y evaluaron el riesgo de sesgo de cada estudio.
Se identificaron 16 estudios (28.212 participantes). Sólo dos se consideraron de bajo riesgo de sesgo. Once estudios aportaron datos a los meta-análisis, pero se realizó una síntesis narrativa de los 16 estudios. Seis estudios examinaron las iniciativas de salud mental, de los cuales uno mostró beneficios para la salud, cuatro mostraron una modesta mejora en uno o más de los resultados medidos pero no hubo un claro aumento de la salud en general, y uno no mostró evidencia de aumento de la salud. Cuatro estudios consideraron las mejoras en el estilo de vida, de los cuales uno mostró algunas mejoras limitadas a corto plazo, dos no lograron mostrar mejoras en la salud de la población de intervención, y uno mostró más comportamientos de estilo de vida poco saludables que persistían en la población de intervención. Tres estudios consideraron el manejo de enfermedades crónicas y todos fallaron en demostrar los beneficios para la salud. Tres estudios consideraron las mejoras y ajustes ambientales, de los cuales dos mostraron algunas mejoras en la salud y uno no.
El metanálisis de tres estudios que exploraban el efecto de la colaboración sobre la mortalidad no mostró ningún efecto (riesgo relativo agrupado de 1,04 a favor del control, IC del 95%: 0,92 a 1,17). El análisis de cinco estudios (con alta heterogeneidad) que observaron el efecto de la colaboración sobre la salud mental dio como resultado una diferencia de medias estandarizada de -0,28, un efecto pequeño que favorece la intervención (IC del 95%: -0,51 a -0,06). A partir de dos estudios, hubo una mejoría estadísticamente significativa pero clínicamente modesta en la escala de puntuación de la evaluación global de los síntomas de la función, con una diferencia de medias combinada (en una escala de 1 a 100) de -2,63 a favor de la intervención (IC del 95%: -5,16 a -0,10).
Para la salud física (6 estudios) y la calidad de vida (4 estudios) los resultados no fueron estadísticamente significativos, las diferencias de medias estandarizadas fueron -0,01 (IC del 95%: -0,10 a 0,07) y -0,08 (IC del 95%: -0,44 a 0,27), respectivamente.
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