¿Las anfetaminas aumentan la presión arterial?

Mensajes clave

• Las anfetaminas son sustancias que aumentan la actividad en el cerebro y el sistema nervioso central. Tomarlas todos los días por vía oral durante al menos ocho semanas aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
• En los estudios que administraron a los participantes anfetaminas o placebo (una sustancia inactiva), más personas que recibieron anfetaminas abandonaron los estudios debido a efectos no deseados o perjudiciales que las personas que recibieron placebo.

¿Qué son las anfetaminas y para qué se prescriben?

Las anfetaminas son medicamentos que tienen un efecto estimulante sobre el cerebro. Pueden hacer que estés más alerta, mejorar la concentración y aumentar tus niveles de energía. Los médicos prescriben anfetaminas a niños, adolescentes y adultos con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y otras enfermedades.

¿Cuáles son algunos posibles daños de las anfetaminas?

Como todos los medicamentos, las anfetaminas pueden causar efectos adversos, es decir, efectos no deseados o perjudiciales. Dos posibles efectos adversos son el aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. La presión arterial elevada y la frecuencia cardíaca de larga duración aumentan el riesgo de ictus, infarto, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal.

¿Qué se quiso averiguar?

Se intentó averiguar si quienes reciben anfetaminas por vía oral cada día experimentaron un aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca o los efectos adversos que provocaban la interrupción del tratamiento.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan anfetaminas con placebo y que midieran la presión arterial de los participantes. El objetivo principal fueron los resultados de la presión arterial. Además, si los estudios midieron la frecuencia cardíaca y el número de participantes que se retiraron del estudio debido a los efectos adversos, también se incluyeron esos hallazgos en el análisis. Se combinaron los resultados de los estudios (presión arterial, frecuencia cardíaca, retiradas) y se evaluó la confianza en la evidencia según factores como la metodología y el diseño de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se incluyeron 56 estudios con 10 583 personas. Casi dos tercios (64%) de los participantes recibieron un tipo de anfetamina, mientras que el resto recibió placebo. Un tercio (33%) de los participantes eran niños y dos tercios (67%) eran adultos. Los participantes tomaron anfetaminas durante períodos variables, pero la duración promedio fue de un mes.

¿Cuáles son los principales resultados?

Se observó que, en comparación con el grupo placebo, quienes recibieron anfetaminas tuvieron una presión arterial y una frecuencia cardíaca mayores (cuatro latidos por minuto más). Las anfetaminas también dieron lugar a que más personas se retiraran de los estudios debido a los efectos adversos: por cada 1000 personas que recibieron placebo, 25 se retiraron, mientras que por cada 1000 personas que recibieron anfetaminas, 68 se retiraron (54 a 85 personas).

¿Cuáles son las principales limitaciones de la evidencia?

Se tiene confianza en que las anfetaminas aumentan la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el número de retiradas por efectos adversos. En general, los estudios se ejecutaron bien y no hubo dudas acerca de los métodos que utilizaron, que pudieran haber disminuido la confianza en la evidencia.

Vigencia de la evidencia

La evidencia está actualizada hasta marzo de 2023.

Conclusiones de los autores: 

Las anfetaminas orales diarias aumentan la presión arterial, la frecuencia cardíaca y las retiradas por efectos adversos, y estos efectos se observan en todos los puntos temporales, incluidas las duraciones más cortas (≤ cuatro semanas) y más largas (> cuatro semanas a < ocho semanas; ≥ ocho semanas) de consumo. Los ensayos futuros deben medir la presión arterial mediante monitorización ambulatoria de 24 horas y evaluar el efecto del uso a largo plazo.

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Antecedentes: 

La ingesta diaria de anfetaminas es frecuente, ya que se prescriben ampliamente para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y otros diagnósticos. Las personas también consumen anfetaminas de forma recreativa o para aumentar el rendimiento cognitivo o atlético. Las anfetaminas tienen el potencial de aumentar la presión arterial, y no se sabe si los beneficios a largo plazo del uso diario de anfetaminas superan a los posibles efectos perjudiciales.

Objetivos: 

Principal: cuantificar los cambios en la presión arterial sistólica y diastólica en niños y adultos que toman anfetaminas, en comparación con placebo.

Secundarios: cuantificar los cambios en la frecuencia cardíaca en niños y adultos que toman anfetaminas, en comparación con placebo; cuantificar el número de retiradas debido a los efectos adversos de la anfetamina, en comparación con placebo.

Métodos de búsqueda: 

Se utilizó el Registro especializado del Grupo Cochrane de Hipertensión (Cochrane Hypertension), CENTRAL, MEDLINE, Embase y otros dos registros de ensayos clínicos, junto con la comprobación de referencias y el contacto con autores de los estudios para identificar los estudios incluidos en la revisión. No se impusieron restricciones de idioma, año de publicación ni estado de publicación. La última fecha de búsqueda fue en marzo de 2023.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararan los efectos de las anfetaminas orales diarias versus placebo sobre la presión arterial. No hubo restricciones sobre la edad ni el género de los participantes.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los métodos estándar previstos por Cochrane. Los desenlaces principales fueron el cambio en la presión arterial sistólica y diastólica (medida en milímetros de mercurio [mmHg] por encima de la presión atmosférica; variables continuas). Los desenlaces secundarios fueron la frecuencia cardíaca (medida como latidos por minuto; variable continua) y las retiradas debido a efectos adversos (variable dicotómica). Las variables continuas se expresaron como diferencias de medias (DM) con intervalos de confianza (IC) del 95%. Las retiradas debido a efectos adversos se expresaron como razón de riesgos con IC del 95%. Se utilizó un modelo de efectos fijos para agrupar las magnitudes del efecto de todos los estudios.

Resultados principales: 

En esta revisión se incluyeron 56 ECA con un total de 10 583 participantes, niños y adultos. La mayoría de los estudios se realizaron en Norteamérica (principalmente en Estados Unidos) seguido de Europa. Algunos estudios se realizaron en Asia (Japón) y Australia. Los estudios evaluaron anfetamina racémica, dextroanfetamina, sales de anfetamina mixtas, lisdexamfetamina dimesilato, metilendioximetanfetamina (MDMA) y metilfenidato. Las anfetaminas se prescribieron para el TDAH, la pérdida de peso y otras indicaciones. En 48 ECA, la presión arterial se midió dentro de las 24 horas de la última dosis.

Según los datos de todos los estudios incluidos, las anfetaminas aumentaron la presión arterial sistólica (PAS) en 1,93 mmHg (IC del 95%: 1,54 a 2,31) y la presión arterial diastólica (PAD) en 1,84 mmHg (IC del 95%: 1,51 a 2,16) (56 estudios, 10 583 participantes; evidencia de certeza alta para ambas). Las anfetaminas aumentaron la frecuencia cardíaca en 3,71 latidos por minuto (IC del 95%: 3,27 a 4,14; 47 estudios, 10 075 participantes; evidencia de certeza alta). En un análisis de subgrupos limitado a los estudios que administraron anfetaminas a los participantes durante al menos ocho semanas, los efectos fueron similares, lo que sugiere que se trata de efectos mantenidos. Estos hallazgos indican que quienes toman anfetaminas orales diarias tienen un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos. Los participantes del grupo de anfetaminas también tuvieron más probabilidades de retirarse del estudio debido a los efectos adversos en comparación con los que recibieron placebo (razón de riesgos 2,69; IC del 95%: 2,13 a 3,40; aumento del riesgo absoluto del 4,3% durante un mes de media; 42 estudios, 8952 participantes; evidencia de certeza alta).

En general, los estudios estuvieron bien ejecutados y la metodología fue sólida. Se consideró que la mayoría de estudios tuvieron bajo riesgo de sesgo en la mayoría de los dominios. El sesgo de selección (generación de la secuencia aleatoria y ocultación de la asignación) fue el dominio calificado con mayor frecuencia como en riesgo incierto de sesgo, porque no se informaron los métodos utilizados. Se consideró que 13 estudios (23%) tenían un alto riesgo de sesgo en al menos uno de los siete dominios, principalmente debido a las altas tasas de abandono, lo que dio lugar a un alto riesgo de sesgo de desgaste.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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