Esta revisión examinó los ensayos clínicos sobre terapias psicológicas y medicamentos antidepresivos en personas con arteriopatía coronaria y depresión. El objetivo fue determinar los efectos de estos tratamientos sobre la depresión, la mortalidad, los eventos cardíacos como otro ataque al corazón o la cirugía cardíaca.
Se identificaron 37 ensayos como relevantes para la revisión. Quince ensayos investigaron terapias psicológicas y 21 investigaron intervenciones farmacológicas que incluyesen antidepresivos.
En general, las terapias psicológicas comparadas con controles, y los antidepresivos comparados con placebo (medicamento inactivo), podrían dar lugar a una reducción de los síntomas de depresión al final del tratamiento; sin embargo, la evidencia por lo general es de certeza baja. La evidencia es muy poco clara en cuanto a si las terapias psicológicas comparadas con el control y los antidepresivos comparados con el placebo reducen la mortalidad y los episodios cardiovasculares.
La evidencia está actualizada hasta agosto de 2020.
En personas con AC y depresión, existe evidencia de certeza baja de que las intervenciones psicológicas podrían dar lugar a una reducción de los síntomas de la depresión al final del tratamiento. También hubo evidencia de certeza baja de que las intervenciones farmacológicas podrían dar lugar a una gran reducción de los síntomas de la depresión al final del tratamiento. La evidencia de certeza moderada indica que las intervenciones farmacológicas probablemente dan lugar a un aumento moderado a grande de la remisión de la depresión al final del tratamiento. Todavía falta evidencia sobre los efectos en el mantenimiento y la durabilidad de estos hallazgos a corto plazo. La evidencia de los desenlaces principales y secundarios, aparte de los síntomas de depresión al final del tratamiento, sigue siendo escasa debido a los pocos ensayos por desenlace y a la heterogeneidad de las poblaciones e intervenciones examinadas. Dado que las intervenciones psicológicas y farmacológicas pueden tener aparentemente un efecto grande, pequeño o nulo sobre la depresión, es necesario realizar más estudios de investigación que se centren en determinar aquellas técnicas capaces de mejorar sustancialmente la depresión en personas con AC y depresión.
Con frecuencia las personas con arteriopatía coronaria (AC) presentan depresión y está asociada con un mal pronóstico.
Determinar los efectos de las intervenciones psicológicas y farmacológicas para la depresión en los pacientes con AC y depresión concomitante.
Se hicieron búsquedas en las bases de datos CENTRAL, MEDLINE, Embase, PsycINFO y CINAHL hasta agosto de 2020. También se buscó en tres registros de ensayos clínicos en septiembre de 2021. Se examinaron las listas de referencias de los ensayos controlados aleatorizados (ECA) incluidos y se estableció contacto con los autores principales. No se aplicaron restricciones de idioma.
Se incluyeron los ECA que investigaron intervenciones psicológicas y farmacológicas para la depresión en adultos con AC y depresión concomitante. Los desenlaces principales fueron la depresión, la mortalidad y los eventos cardíacos. Los desenlaces secundarios fueron los costes y el uso de la asistencia sanitaria, la calidad de vida relacionada con la salud, las constantes vitales cardiovasculares, los biomarcadores de activación plaquetaria, los parámetros de onda del electrocardiograma, los eventos adversos no cardíacos y los efectos secundarios farmacológicos.
Dos autores de la revisión examinaron de forma independiente los artículos identificados para su inclusión y extrajeron los datos de los estudios incluidos. Se realizaron metanálisis según un modelo de efectos aleatorios para computar las estimaciones globales de los desenlaces del tratamiento.
Treinta y siete ensayos cumplieron los criterios de inclusión. Las intervenciones psicológicas podrían dar lugar a una reducción de los síntomas de depresión al final del tratamiento en comparación con los controles (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,55; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,92 a -0,19; I2 = 88%; evidencia de certeza baja; diez ensayos; n = 1226). No se evidenció ningún efecto sobre los síntomas de depresión a medio plazo entre uno y seis meses después del final del tratamiento (DME -0,20; IC del 95%: -0,42 a 0,01; I2 = 69%; siete ensayos; n = 2654). La evidencia sobre los síntomas de depresión a largo plazo y la respuesta a la depresión fue escasa para esta comparación. Existe evidencia de certeza baja de que las intervenciones psicológicas podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la remisión de la depresión (odds ratio [OR] 2,02; IC del 95%: 0,78 a 5,19; I2 = 87%; evidencia de certeza baja; tres ensayos; n = 862). Según uno o dos ensayos por desenlace, no se encontraron de manera consistente efectos beneficiosos sobre la mortalidad ni los eventos cardíacos de las intervenciones psicológicas versus el control. La evidencia fue muy incierta en cuanto a los efectos al final del tratamiento sobre la mortalidad por todas las causas, y no se proporcionaron datos sobre la mortalidad cardiovascular al final del tratamiento ni sobre la incidencia de infarto de miocardio en esta comparación.
En los ensayos que examinaron una comparación directa de diversas intervenciones psicológicas o del tratamiento clínico, la evidencia acerca del efecto sobre los síntomas de depresión al final del tratamiento es muy incierta para: la terapia cognitivo-conductual comparada con el apoyo para el control del estrés; la terapia conductual comparada con la terapia centrada en la persona; la terapia cognitivo-conductual y la terapia de bienestar comparadas con el tratamiento clínico. Existe evidencia de certeza baja de un ensayo de que la terapia cognitivo-conductual podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la remisión de la depresión al final del tratamiento en comparación con el apoyo para el control del estrés (OR 1,81; IC del 95%: 0,73 a 4,50; evidencia de certeza baja; n = 83). Según uno o dos ensayos por desenlace, no se encontraron de manera consistente efectos beneficiosos sobre la remisión de la depresión, la respuesta de la depresión, las tasas de mortalidad ni sobre los eventos cardíacos en las comparaciones directas entre las intervenciones psicológicas o el tratamiento clínico.
La revisión indica que la intervención farmacológica podría tener un gran efecto sobre los síntomas de depresión al final del tratamiento (DME -0,83; IC del 95%: -1,33 a -0,32; I2 = 90%; evidencia de certeza baja; ocho ensayos; n = 750). Es probable que las intervenciones farmacológicas den lugar a un gran aumento de la remisión de la depresión (OR 2,06; IC del 95%: 1,47 a 2,89; I2 = 0%; evidencia de certeza moderada; cuatro ensayos, n = 646). Se encontró un efecto que favorece la intervención farmacológica versus el placebo en la respuesta de la depresión al final del tratamiento, aunque no se calificó la solidez de la evidencia (OR 2,73; IC del 95%: 1,65 a 4,54; I2 = 62%; cinco ensayos; n = 891). Según de uno a cuatro ensayos por desenlace, no se encontraron de forma consistente efectos beneficiosos sobre la mortalidad ni los eventos adversos en los ensayos de intervención farmacológica versus placebo, y la evidencia con respecto a los efectos al final del tratamiento sobre la mortalidad por todas las causas y sobre el infarto de miocardio fue muy incierta.
En los ensayos que examinaron una comparación directa de diversos fármacos, la evidencia fue muy incierta en cuanto a los efectos al final del tratamiento sobre los síntomas de la depresión. La evidencia de los efectos de los diferentes fármacos sobre los síntomas de la depresión al final del tratamiento es muy incierta para la simvastatina versus la atorvastatina; la paroxetina versus la fluoxetina; y el escitalopram versus Bu Xin Qi.
Ningún ensayo se consideró elegible para la comparación de un intervención psicológica con una intervención farmacológica.
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