Antecedentes
El apoyo conductual (como el asesoramiento breve y la orientación) y la medicación (que incluye la vareniclina, el bupropión y los tratamientos de reemplazo de nicotina como parches o chicles) ayudan a los pacientes a dejar de fumar. Muchas guías recomiendan la combinación de medicación y apoyo conductual para ayudar a los pacientes a dejar de fumar, aunque no está claro si algunas combinaciones son más efectivas que otras, o si la combinación de medicación y apoyo conductual funciona mejor en algunos contextos o grupos que en otros.
Características de los estudios
En julio de 2015 se buscaron estudios que analizaron combinaciones de apoyo conductual y medicación para ayudar a los fumadores a dejar el hábito comparadas con atención habitual o un breve apoyo conductual. Se reclutaron fumadores principalmente en ámbitos de asistencia sanitaria. Algunos ensayos solamente incluyeron a pacientes que dijeron que querían intentar dejar de fumar, mientras que otros incluyeron a personas que no tenían planeado el abandono del hábito. Los estudios debían informar cuántas personas habían dejado de fumar después de al menos seis meses.
Resultados
Se encontraron 53 estudios con un total de 25 000 participantes. Un estudio muy grande halló un gran beneficio. Proporcionó un apoyo intensivo incluyendo chicles de nicotina, sesiones grupales múltiples y contacto a largo plazo para ayudar a las personas a continuar sin fumar o promover intentos adicionales de abandono. Debido a que no fue típico de la mayoría de los programas de tratamiento, no se incluyó cuando se calcularon los beneficios probables, aunque muestra que el apoyo intensivo de este tipo puede ser muy efectivo. Según los 52 estudios restantes se encontró evidencia de calidad alta de que el uso de una combinación de apoyo conductual y medicación aumenta las posibilidades de abandonar el hábito de fumar de forma exitosa tras al menos seis meses. La combinación de los resultados sugiere que la probabilidad de éxito aumenta entre un 70 y un 100 por cien en comparación con un breve asesoramiento o apoyo. Hubo cierta evidencia de que el efecto tendía a ser mayor cuando los participantes se reclutaron en diversos contextos de asistencia sanitaria. No hubo evidencia clara de que proporcionar más contacto aumentara el número de personas que dejaron de fumar a los seis meses o más.
Las intervenciones farmacoterapéuticas y de apoyo conductual combinadas aumentan el éxito del abandono del hábito de fumar en comparación con una intervención mínima o la atención habitual. La actualización de esta revisión con otros 12 estudios (5000 participantes) no cambió materialmente la estimación del efecto. Aunque los ensayos difirieron en los detalles de sus poblaciones e intervenciones, no se detectó ningún factor que modificara los efectos del tratamiento aparte del contexto de reclutamiento. No se encontraron pruebas a partir de comparaciones indirectas de que ofrecer apoyo conductual más intensivo se asociara con efectos más grandes del tratamiento.
Las intervenciones de apoyo conductual (que incluyen el asesoramiento breve y la orientación) y las farmacoterapéuticas (que incluyen el tratamiento de reemplazo de nicotina [TRN], la vareniclina y el bupropión) son efectivas para ayudar a los pacientes a dejar de fumar. De ser posible se recomienda la combinación de ambos enfoques terapéuticos, aunque aún no se conoce el tamaño del efecto del tratamiento con diferentes combinaciones y en diferentes contextos y poblaciones.
Evaluar el efecto de la combinación de apoyo conductual y medicación para ayudar al abandono del hábito de fumar, en comparación con una intervención mínima o atención habitual, e identificar si hay diferentes efectos según las características del contexto del tratamiento, la intervención, la población tratada, o la aceptación del tratamiento.
Se realizaron búsquedas en el Registro Especializado del Grupo Cochrane de Adicción al Tabaco (Cochrane Tobacco Addiction Group) en julio de 2015 para obtener los registros con cualquier mención a intervenciones farmacoterapéuticas, incluido cualquier tipo de TRN, bupropión, nortriptilina o vareniclina.
Ensayos controlados aleatorios o cuasialeatorios que evaluaran combinaciones de intervenciones farmacoterapéuticas y de apoyo conductual para el abandono del hábito de fumar, en comparación con un control que recibió atención habitual o asesoramiento breve o apoyo conductual menos intensivo. Se excluyeron los ensayos que solamente reclutaron mujeres embarazadas, los ensayos que solamente reclutaron adolescentes y los ensayos con menos de seis meses de seguimiento.
Un autor de la revisión verificó previamente los resultados de la búsqueda y dos autores de la revisión acordaron la inclusión o exclusión de los ensayos potencialmente relevantes. Un autor de la revisión extrajo los datos y otro los verificó.
La medida de resultado principal fue la abstinencia de fumar después de al menos seis meses de seguimiento. Se utilizó la definición más rigurosa de abstinencia para cada ensayo, y cuando fue posible, las tasas de validación bioquímicas. Se calculó el cociente de riesgos (CR) y el intervalo de confianza (IC) del 95% para cada estudio. Cuando fue apropiado, se realizó un metanálisis con el modelo de efectos fijos de Mantel-Haenszel.
Cincuenta y tres estudios con más de 25 000 participantes cumplieron los criterios de inclusión. En una gran parte los estudios seleccionaron a los pacientes en ámbitos de asistencia sanitaria o con necesidades de salud específicas. La mayoría de los estudios administraron TRN. Las intervenciones de apoyo conductual habitualmente fueron proporcionadas por especialistas en orientación sobre el abandono, quienes ofrecieron entre cuatro y ocho sesiones de contacto. La duración máxima planificada del contacto habitualmente fue mayor de 30 minutos pero menor de 300 minutos. En general, los estudios tuvieron un riesgo bajo o incierto de sesgo y los resultados no fueron sensibles a la exclusión de ninguno de los seis estudios considerados con riesgo alto de sesgo en un dominio. Un estudio grande (Lung Health Study) contribuyó con heterogeneidad debido a un efecto del tratamiento significativamente mayor que el observado en otros estudios (CR 3,88; IC del 95%: 3,35 a 4,50). Debido a que este estudio utilizó una intervención particularmente intensiva que incluyó disponibilidad prolongada de chicles de nicotina, sesiones grupales múltiples y contactos de mantenimiento y reciclaje a largo plazo, es posible que los resultados no sean comparables con los de las intervenciones utilizadas en otros estudios, y por lo tanto no se agrupó en otros análisis. Según los 52 estudios restantes (19 488 participantes) hubo evidencia de calidad alta (mediante GRADE) de un efecto beneficioso de la farmacoterapia combinada y de la terapia conductual en comparación con la atención habitual, el asesoramiento breve o el apoyo conductual menos intensivo (CR 1,83; IC del 95%: 1,68 a 1,98) con heterogeneidad estadística moderada (I² = 36%).
La estimación agrupada de 43 ensayos que reclutaron a los participantes en ámbitos de asistencia sanitaria (CR 1,97; IC del 95%: 1,79 a 2,18) fue mayor que en ocho ensayos que reclutaron a los participantes en la comunidad (CR 1,53; IC del 95%: 1,33 a 1,76). En comparación con la primera versión de la revisión, ha desaparecido la evidencia débil de diferencias que había con respecto a otros análisis de subgrupos. No se detectaron diferencias entre los subgrupos definidos por la motivación para dejar de fumar, el proveedor del tratamiento, el número o la duración de las sesiones de apoyo ni la aceptación del tratamiento.
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