Con frecuencia el trasplante de órganos es la mejor opción de tratamiento para los pacientes con enfermedades terminales renales, de páncreas, corazón, hepáticas y pulmonares. Un riesgo importante para los receptores de trasplante es el rechazo del órgano. Aunque los fármacos antirrechazo mejoran la supervivencia, debilitan el sistema inmunitario y aumentan el riesgo de infección, cáncer y enfermedad cardiovascular.
Prevenir y controlar la infección es un desafío importante en los receptores de trasplante de órganos. La tuberculosis (TB) es de especial interés porque los receptores de trasplante de órganos tienen hasta 300 veces más probabilidades de contraer esta infección que los pacientes de la población general. La tuberculosis puede ser difícil de diagnosticar porque se puede desarrollar en diferentes órganos y tejidos corporales además de los pulmones.
Se investigó si los fármacos para prevenir la TB después del trasplante podrían reducir la enfermedad en el período posterior al trasplante. Se encontraron tres estudios que analizaron 558 receptores de trasplante renal en la India y Pakistán, donde las tasas de TB son altas.
Se encontró que tomar el fármaco isoniazida (un comprimido) durante el primer año después del trasplante renal proporcionó protección contra el desarrollo de la TB. Sin embargo, este fármaco también aumentó significativamente el riesgo de daño hepático. La mayoría del daño hepático relacionado con el fármaco ocurrió en pacientes que ya presentaban problemas hepáticos causados por la hepatitis B o C. También se encontró que no hubo diferencias en el número de muertes por cualquier causa entre los que recibieron el fármaco antituberculoso y los que no lo recibieron.
Aunque se encontró que en las áreas donde se conoce que la TB es un riesgo se les debe administrar isoniazida a los receptores de trasplante renal, se necesitan estudios adicionales en pacientes que hayan recibido otros trasplantes de órganos como hígado, pulmones y corazón, y donde las tasas de tuberculosis sean bajas, para determinar los mayores efectos beneficiosos y perjudiciales de los fármacos antituberculosos.
La profilaxis con isoniazida en los receptores de trasplante renal redujo el riesgo de desarrollar TB posterior al trasplante. Los receptores de trasplante renal en contextos con alta prevalencia de tuberculosis deben recibir isoniazida durante el primer año posterior al trasplante. Sin embargo, hay un riesgo significativo de daño hepático, particularmente entre los pacientes que tienen pruebas positivas para la hepatitis B o C. Se necesitan estudios adicionales entre los receptores de otros trasplantes de órganos sólidos y en contextos con baja prevalencia de tuberculosis para determinar los efectos beneficiosos y perjudiciales de la profilaxis contra la tuberculosis en estas poblaciones.
Los receptores de trasplante de órganos tienen mayor riesgo de infección debido a la inmunosupresión causada involuntariamente por el tratamiento médico. La tuberculosis (TB) es una infección desafiante para tratar entre los receptores de trasplante de órganos que puede transmitirse de pacientes infectados o desencadenarse a partir de una infección latente. Se ha informado que los receptores de trasplante de órganos tienen hasta 300 veces más probabilidades de presentar TB que la población general. No se ha logrado un consenso acerca de la profilaxis con antibióticos para la prevención de la TB posterior al trasplante de órgano sólido.
Esta revisión evaluó los efectos beneficiosos y perjudiciales de la profilaxis con antibióticos para la prevención de la TB posterior al trasplante de órgano sólido.
Se realizaron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Riñón (Cochrane Renal Group) (hasta el 30 abril de 2013) a través del contacto con el coordinador de búsqueda de ensayos y mediante términos de búsqueda relevantes para esta revisión. Los estudios contenidos en el Registro especializado se identifican mediante estrategias de búsqueda específicamente diseñadas por CENTRAL, MEDLINE y EMBASE y búsquedas manuales en actas de congresos.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) y cuasialeatorios de profilaxis con antibióticos en comparación con placebo o ninguna intervención para los receptores de trasplantes de órganos sólidos.
Dos revisores de forma independiente evaluaron los estudios para inclusión y extrajeron los datos. Se calcularon los cocientes de riesgos (CR) para los datos dicotómicos y las diferencias de medias (DM) para los datos continuos, con los intervalos de confianza (IC) del 95%. El riesgo de sesgo metodológico se evaluó con la herramienta Cochrane de riesgo de sesgo.
Se identificaron tres estudios (diez informes) que incluyeron 558 receptores de trasplante renal y que cumplieron los criterios de inclusión. Todos los estudios se realizaron en países con alta prevalencia de tuberculosis (India y Pakistán) e investigaron la isoniazida, un fármaco antibacteriano oral. El control en todos los estudios fue ninguna profilaxis con antibióticos. La administración profiláctica de isoniazida redujo el riesgo de desarrollar TB posterior al trasplante (tres estudios, CR 0,35; IC del 95%: 0,14 a 0,89) y no hubo efectos significativos sobre la mortalidad por cualquier causa (dos estudios, CR 1,39; IC del 95%: 0,70 a 2,78). Sin embargo, hubo un riesgo significativo de daño hepático (tres estudios, CR 2,74; IC del 95%: 1,22 a 6,17).
El informe de los parámetros de calidad metodológica fue incompleto en los tres estudios. En general el riesgo de sesgo se evaluó como subóptimo.
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.