Antecedentes
La "transición" describe el proceso de planificación y traslado de los servicios para niños a los servicios para adultos. Si este proceso no se realiza de forma adecuada, los adolescentes con enfermedades a largo plazo a veces caen en una brecha en los servicios, que puede dar lugar al deterioro de su salud.
Pregunta de la investigación
Esta revisión evaluó la efectividad de las intervenciones para mejorar la transición de la atención para los adolescentes con afecciones crónicas y necesidades de asistencia sanitaria continua, mientras eran transferidos de los servicios sanitarios para niños a los servicios sanitarios para adultos.
Características de los estudios
Se hicieron búsquedas en la literatura hasta el 19 de junio 2015 y se encontraron cuatro estudios (N = 238 participantes) para esta revisión. Los estudios evaluaron cuatro tipos diferentes de intervenciones educacionales, todas dirigidas a adolescentes con diferentes afecciones clínicas. Todos intentaron mejorar el conocimiento y las aptitudes de autocuidado de los adolescentes en preparación para la transición a la atención para adultos.
Resultados clave
Tres de los programas de atención transitoria encontraron que la intervención puede mejorar ligeramente la predisposición a la transición en los jóvenes, y permitirles lograr un mejor autocontrol y adaptarse a utilizar los servicios sanitarios para adultos. Un programa de atención transitoria que evaluó un taller de dos días para jóvenes con espina bífida encontró poca o ninguna diferencia en las medidas de predisposición a la transición. Los programas de atención transitoria pueden mejorar ligeramente el conocimiento de los pacientes jóvenes de su trastorno y el uso apropiado de los servicios sanitarios. Los programas de atención transitoria dieron lugar a poca o ninguna diferencia en el estado de salud, la calidad de vida o el bienestar o en las tasas de transferencia de los servicios sanitarios para niños a los servicios sanitarios para adultos.
Certeza de las pruebas
Aunque hay una variedad amplia de programas de transición que se desarrollan en diferentes países, a menudo dentro de especialidades clínicas concretas, esta revisión solamente identificó cuatro estudios pequeños que proporcionaron pruebas poco confiables acerca de las intervenciones educacionales dirigidas a los participantes adolescentes, y ningún estudio de intervenciones dirigidas a la organización de la atención (por ejemplo, consultorios asociados o provisión de un trabajador clave). Otras limitaciones con las pruebas incluyen el número pequeño de adolescentes seleccionados, el número limitado de trastornos clínicos estudiados, el seguimiento corto (12 meses o menos) y el hecho de que solamente dos de los estudios incluidos informaron el resultado primario (o sea, los resultados clínicos específicos del trastorno). A pesar de los retos al diseñar los estudios que pueden analizar este tipo de intervenciones, como la evaluación de una intervención compleja, se necesita una base de pruebas más sólidas para informar el desarrollo de estos servicios.
Las pruebas disponibles (cuatro estudios pequeños; n = 238), incluyeron un rango limitado de intervenciones desarrolladas para facilitar la transición en un número limitado de trastornos clínicos, con solamente cuatro hasta los 12 meses de seguimiento. Estos períodos de seguimiento pueden no ser lo suficientemente largos para que cualquier posible cambio se vuelva evidente debido a que la transición es un proceso prolongado. Hubo pruebas de una mejoría en el conocimiento del paciente en cuanto a su trastorno en un estudio, y mejorías en la autoeficacia y la confianza en otro, aunque debido a que pocos estudios fueron elegibles para esta revisión y a que la confianza general en este grupo de pruebas es baja, no es posible establecer conclusiones firmes acerca de la efectividad de las intervenciones evaluadas. Es muy probable que los estudios de investigación adicionales tengan una repercusión importante sobre la confianza en el efecto de la intervención y cambien las conclusiones. Hay un potencial considerable para la evaluación rigurosa de otros modelos de atención transitoria que informen sobre resultados clínicos con seguimientos a más largo plazo.
Hay pruebas de que el proceso de transición de los servicios sanitarios pediátricos (niños) a los servicios sanitarios para adultos a menudo se asocia con un deterioro en la salud de los adolescentes con trastornos crónicos."Atención transitoria" es el término utilizado para describir los servicios que intentan cerrar esta brecha en la atención. Se ha definido como "el movimiento planificado y con buenos propósitos de los adolescentes y los adultos jóvenes con trastornos físicos y médicos crónicos de los sistemas de asistencia sanitaria centrados en los niños a los orientados a los adultos". Para desarrollar servicios apropiados para los adolescentes, se necesitan pruebas de qué funciona y de qué factores actúan como barreras y facilitadores de las intervenciones efectivas.
Evaluar la efectividad de las intervenciones diseñadas para mejorar la transición de la atención a adolescentes de los servicios sanitarios pediátricos a los servicios sanitarios para adultos.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) número 1, 2015, (incluyendo el registro especializado del Grupo Cochrane para una Práctica y Organización Sanitaria Efectivas [Cochrane Effective Practice and Organisation of Care Group]), MEDLINE, EMBASE, PsycINFO, y en Web of Knowledge hasta el 19 junio 2015. También se buscó en las listas de referencias de los estudios incluidos y revisiones relevantes, y se contactó con expertos y autores de estudios para obtener estudios adicionales.
Se consideraron los ensayos controlados aleatorios (ECA), los estudios controlados tipo antes y después (before- and after-studies) (CAD) y los estudios de series de tiempo interrumpido (STI) que evaluaron la efectividad de cualquier intervención (modelo de atención o vía clínica), y que tuvieron como objetivo mejorar la transición de la atención a adolescentes de los servicios sanitarios pediátricos a los servicios sanitarios para adultos. Se consideraron los adolescentes con cualquier afección crónica que requerían atención clínica continua, que dejaban los servicios pediátricos y estaban por recibir servicios en unidades de asistencia sanitaria para adultos, y sus familias. Los profesionales participantes incluyeron a todos los profesionales de la salud responsables de la atención de los jóvenes.
Dos revisores, de forma independiente, extrajeron los datos de los artículos incluidos, evaluaron el riesgo de sesgo de cada estudio y evaluaron la certeza de las pruebas para las comparaciones principales mediante GRADE. Las discrepancias se resolvieron mediante discusión. Se contactó con los autores para obtener datos que faltaban. Los hallazgos de los estudios se informaron como medias pre y posintervención y se calculó el cambio absoluto no ajustado desde el inicio con intervalos de confianza (IC) del 95%.
Se incluyeron cuatro ECA (N = 238 participantes) que exploraron: una preparación para la transición de dos días basada en un taller que entrenaba a adolescentes con espina bífida; una sesión de enseñanza personalizada dirigida por personal de enfermería con el apoyo adicional de un "pasaporte de salud" para los adolescentes con cardiopatía; una intervención educacional basada en la web y en SMS para adolescentes con una variedad de trastornos diferentes; y un programa estructurado integral de transición con un coordinador de transición para adolescentes con diabetes tipo 1.
Un estudio que evaluó una intervención personalizada dirigida por personal de enfermería y uno que evaluó una intervención basada en tecnología indicaron que estas intervenciones pueden dar lugar a mejorías leves en la predisposición a la transición y en el autocuidado de las enfermedades crónicas medidas a los seis a ocho meses de seguimiento (pruebas poco confiables). Los resultados con la herramienta de autocuidado TRAQ fueron: DM 0,20; IC del 95%: -0,16 a 0,56 y DM 0,43; IC del 95%: -0,09 a 0,95; con la herramienta de autorrepresentación TRAQ: DM 0,37; IC del 95%: -0,06 a 0,80; y con la herramienta PAM fueron: DM 10; IC del 95%: 2,96 a 17,04. Por el contrario, el entrenamiento de preparación para la transición administrado mediante un taller de dos días para los pacientes con espina bífida puede dar lugar a poca o ninguna diferencia en las medidas de la práctica del autocuidado y los comportamientos de salud generales según lo medido con DSCPI-90©.
Dos estudios evaluaron el uso de los servicios sanitarios. Un estudio evaluó una intervención basada en tecnología y otro un programa de transición integral; estas intervenciones pueden dar lugar a que ligeramente más jóvenes den pasos positivos para iniciar el contacto con profesionales sanitarios por sí mismos (Riesgo relativo [RR] 4,87; IC del 95%: 0,24 a 98,12 y RR 1,50; IC del 95%: 0,32; 6,94, respectivamente; pruebas poco confiables.
El conocimiento de los jóvenes de su enfermedad puede mejorar ligeramente con una intervención personalizada dirigida por personal de enfermería para preparar a los jóvenes para la transición a un programa de cardiopatía congénita para adultos (DM 14; IC del 95%: 2,67 a 25,33; un estudio; pruebas poco confiables).
En dos estudios se informaron medidas de resultado específicas de la enfermedad, y ambos dieron lugar a poca o ninguna diferencia en los resultados (pruebas poco confiables). Un estudio encontró poca o ninguna diferencia entre los grupos de intervención y control. Un segundo estudio encontró que el seguimiento de la HbA1c en los jóvenes con diabetes mellitus tipo 1 aumentó el 1,2% por cada aumento de porcentaje de la HbA1c inicial, independientemente del grupo de tratamiento (1,2%; IC del 95%: 0,4 a 1,9; P = 0,01).
Las intervenciones de transición pueden dar lugar a poca o ninguna diferencia en el bienestar o la calidad de vida según lo medido con la PARS III o el PedsQ (dos estudios; pruebas poco confiables). La intervención basada en tecnología y el taller de dos días para los jóvenes con espina bífida encontraron poca o ninguna diferencia entre los grupos de intervención y control (DM 1,29; IC del 95%: -4,49 a 7,07). Un estudio no informó los datos.
Cuatro llamadas de apoyo telefónico de un coordinador de la transición pueden dar lugar a poca o ninguna diferencia en las tasas de transferencia de los servicios pediátricos de atención de la diabetes a los servicios para adultos (un estudio; pruebas poco confiables). A los 12 meses de seguimiento hubo poca o ninguna diferencia entre los grupos de jóvenes que recibieron atención habitual o apoyo telefónico (RR 0,80; IC del 95%: 0,59 a 1,08). Pueden reducir ligeramente el riesgo de ingreso hospitalario relacionado con las enfermedades a los 12 meses de seguimiento (RR 0,29; IC del 95%: 0,03 a 2,40).