Antecedentes
Los cánceres en la sangre y los ganglios linfáticos se denominan neoplasias hematológicas. Estos son tipos de cáncer que afectan la sangre, la médula ósea y otras partes del sistema linfático. Los más frecuentes son los linfomas, las leucemias y los mielomas. Según la clase de cáncer y lo lejos que se ha diseminado, hay muchas opciones diferentes para tratar la enfermedad. Generalmente para tratar la enfermedad se utiliza la quimioterapia, la radioterapia o una combinación de ambas. Si el cáncer se ha diseminado, el trasplante de las propias células de la médula ósea del paciente combinado con quimioterapia agresiva puede ser una opción de tratamiento.
Con mucha frecuencia los pacientes con cáncer presentan gran angustia emocional, ansiedad, fatiga, depresión y problemas para dormir. Estos síntomas pueden persistir incluso cuando ha concluido el tratamiento. Con el objetivo de controlar y enfrentar dichas afecciones, cada vez más pacientes utilizan terapias complementarias y alternativas.
Yoga
El yoga, que se originó de una tradición india de miles de años, se ha popularizado cada vez más. Hay cientos de estilos de yoga diferentes, pero en el mundo occidental, el entrenamiento yoga consiste principalmente en tres elementos principales: posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación. Un número cada vez mayor de pacientes con cáncer utiliza el yoga como una forma adicional para mejorar su bienestar. Sin embargo, todavía es necesario realizar una evaluación sistemática acerca de los efectos del yoga en el tratamiento de las neoplasias hematológicas.
Objetivos
Se revisaron las pruebas acerca de los efectos del yoga en pacientes con neoplasias hematológicas. También se consideraron la supervivencia general, la angustia, la fatiga, la depresión, la ansiedad, la calidad del sueño y los eventos adversos como resultados importantes. Los pacientes que presentaban neoplasias hematológicas tratados con yoga y atención estándar del cáncer se compararon con pacientes tratados con atención estándar del cáncer solamente.
Hallazgos
En la revisión se incluyó un solo ensayo con 39 participantes (20 en el grupo de yoga y 19 en el grupo control). El ensayo consideró un programa de siete semanas de yoga tibetano en un grupo de pacientes con linfoma Hodgkin y no Hodgkin. El promedio de edad fue 51 años. El ensayo incluyó pacientes que recibían en ese momento tratamiento anticanceroso, así como pacientes que no recibían tratamiento activo. El ensayo no encontró datos suficientes para evaluar la eficacia del yoga sobre la angustia, la fatiga, la depresión y la ansiedad en comparación con los pacientes que no practicaban yoga. El yoga puede mejorar la calidad del sueño de los pacientes. El ensayo no proporcionó información acerca de la calidad de vida relacionada con la salud, la supervivencia general ni los eventos adversos.
Según los criterios GRADE, la calidad general de las pruebas para el yoga con respecto a los resultados angustia, fatiga, ansiedad, depresión y calidad del sueño se calificó como "muy baja".
Conclusión
No hay datos suficientes para determinar la eficacia del yoga en el tratamiento de las neoplasias hematológicas. Por lo tanto, todavía es incierta la función del yoga en las neoplasias hematológicas. Se necesitan ensayos controlados aleatorios adicionales, más grandes y de alta calidad.
Las pruebas están actualizadas hasta el 4 de febrero de 2014.
Los datos actualmente disponibles proporcionan escasa información acerca de la efectividad de las intervenciones con yoga en los pacientes que presentan neoplasias hematológicas. El hallazgo de que el yoga puede tener efectos beneficiosos en la calidad del sueño de los pacientes se basa en un grupo de pruebas muy pequeño. Por lo tanto, la función del yoga como tratamiento adicional para las neoplasias hematológicas todavía es incierta. Se necesitan ensayos controlados aleatorios adicionales de alta calidad con un gran número de participantes para hacer una declaración definitiva.
Las neoplasias hematológicas son neoplasias malignas de las líneas celulares mieloides o linfáticas que incluyen la leucemia, el linfoma y el mieloma. Para controlar los aspectos físicos y psicológicos de la enfermedad y su tratamiento, cada vez se centra más la atención en las terapias complementarias como el yoga. Sin embargo, la efectividad de la práctica del yoga en los pacientes que presentan neoplasias hematológicas todavía es incierta.
Evaluar los efectos de la práctica del yoga además del tratamiento estándar del cáncer en pacientes con neoplasias hematológicas.
La estrategia de búsqueda incluyó el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL), MEDLINE (1950 hasta el 4 de febrero de 2014), bases de datos de ensayos en curso (controlled-trials.com; clinicaltrials.gov), actas de congresos de la American Society of Clinical Oncology, la American Society of Hematology, la European Haematology Association, el European Congress for Integrative Medicine, y Global Advances in Health and Medicine. Se realizaron búsquedas manuales en las referencias de estos estudios de ensayos identificados y artículos de revisión relevantes. Dos revisores analizaron los resultados de la búsqueda de forma independiente.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios (ECA) de yoga además de atención estándar para las neoplasias hematológicas en comparación con atención estándar sola. No se limitó a cualquier estilo específico de yoga.
Dos revisores de forma independiente extrajeron los datos de los estudios elegibles y evaluaron el riesgo de sesgo según criterios predefinidos. Se evaluaron la angustia, la fatiga, la ansiedad, la depresión y la calidad del sueño. Los resultados adicionales que se planificó evaluar fueron la calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS), la supervivencia general (SG) y los eventos adversos (EA), pero no hubo datos disponibles.
Las estrategias de búsqueda proporcionaron 149 referencias potencialmente relevantes, pero solamente un único estudio pequeño cumplió los criterios de inclusión. El estudio incluido se publicó como un artículo de texto completo e investigó la factibilidad y el efecto del yoga tibetano además de la atención estándar (n = 20; un paciente abandonó antes de asistir a cualquier clase y no se obtuvieron datos) en comparación con la atención estándar sola (n = 19). El estudio incluyó pacientes con todos los estadios de linfoma Hodgkin y no Hodgkin, con y sin tratamiento del cáncer en ese momento. La media de edad fue 51 años.
El riesgo general de sesgo se consideró alto ya que se encontró un alto riesgo de realización, detección y desgaste. Además, el sesgo potencial de informe de resultado no se pudo descartar por completo. Al seguir las recomendaciones GRADE, la calidad general del grupo de pruebas de todos los resultados predefinidos se calificó como "muy baja" debido a las limitaciones metódicas y al tamaño muy pequeño de la muestra.
No se informó la influencia del yoga en la CdVRS ni la SG. No existen pruebas de que el yoga además de la atención estándar en comparación con la atención estándar sola pueda mejorar la angustia en los pacientes con neoplasias hematológicas (diferencia de medias [DM] -0,30; intervalo de confianza [IC] del 95%: -5,55 a 4,95; p = 0,91). De manera similar no existen pruebas de una diferencia entre cualquiera de los grupos para la fatiga (DM 0,00; IC del 95%: -0,94 a 0,94; p = 1,00), la ansiedad (DM 0,30; IC del 95%: -5,01 a 5,61; p = 0,91) o la depresión (DM -0,70; IC del 95%: -3,21 a 1,81; p = 0,58).
Hay pruebas de calidad muy baja de que el yoga mejora la calidad general del sueño (DM -2,30; IC del 95%: -3,78 a -0,82; p = 0,002). La puntuación total de los grupos de yoga en el Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI) fue 5,8 (± 2,3 DE) y mejor que la puntuación total del grupo control (8,1 (± 2,4 DE]). Una puntuación total del PSQI de 0 a 5 indica buen sueño mientras que la puntuación total del PSQI de 6 a 21 puntos indica perturbaciones significativas del sueño. No se informó la aparición de EA.