Antecedentes
La artritis inflamatoria (AI), también llamada reumatismo, es un grupo de enfermedades que causan dolor prolongado, rigidez e inflamación en las articulaciones. Estos síntomas dificultan la movilidad y causan sensación de cansancio, que a su vez pueden dificultar la actividad laboral. Los tipos más frecuentes de AI son: la artritis reumatoide, la artritis psoriásica y la espondilitis anquilosante. En todo el mundo alrededor del 3% de las personas tienen AI. La enfermedad generalmente comienza cuando los pacientes tienen entre 30 y 40 años de edad, en un momento en que todavía les quedan muchos años de vida laboral. Por lo tanto, es importante saber si hay formas efectivas para ayudar a los pacientes con AI a mantener el puesto de trabajo. Esta Revisión Cochrane se centra en las intervenciones no farmacológicas.
Ensayos encontrados
Se realizaron búsquedas en la literatura disponible hasta el 30 de abril de 2014. Se incluyeron tres ensayos controlados aleatorios con 414 participantes con AI que estaban en riesgo de perder su puesto de trabajo. Estos ensayos evaluaron en primer lugar la forma en que podría adaptarse el ambiente laboral y luego proporcionaron orientación, asesoramiento o educación relacionados con los problemas laborales. Un ensayo administró dos sesiones de 1,5 horas durante cinco meses. Otro ensayo proporcionó dos consultas y tratamientos multidisciplinarios durante tres meses. El tercer ensayo proporcionó seis a ocho sesiones individuales o grupales durante seis meses. Los ensayos incluidos compararon los efectos de las intervenciones con atención habitual (dos ensayos) o con información escrita solamente (un ensayo). Dos de los ensayos incluidos midieron el efecto de la intervención en la pérdida del empleo (382 participantes) y el tercero midió el efecto sobre el ausentismo laboral y el funcionamiento en el trabajo (32 participantes).
Lo que dice la investigación
Cuando se consideraron en conjunto, las pruebas de los tres ensayos fueron de muy baja calidad. Dos ensayos encontraron diferentes resultados en la pérdida del puesto de trabajo medida a los dos años de seguimiento: un ensayo sobre la orientación relacionada con el trabajo encontró una reducción grande en los pacientes que perdieron el empleo y el otro ensayo encontró efectos similares en ambos grupos. Otro ensayo no encontró un efecto considerable sobre el ausentismo a los seis meses de seguimiento aunque encontró una mejoría moderada en el funcionamiento en el trabajo.
Conclusiones
Debido a los resultados positivos de un ECA con un seguimiento a largo plazo, se observa el potencial de las intervenciones de prevención de la pérdida del empleo para ayudar a los trabajadores con artritis inflamatoria a mantener el puesto de trabajo. La certeza de estos resultados se ve limitada en general por las pruebas de calidad muy baja de los tres ECA.
Esta revisión Cochrane de tres ECA halló pruebas de muy baja calidad en general sobre el efecto de las intervenciones para la prevención de la pérdida del empleo sobre la pérdida del empleo, el ausentismo laboral y el funcionamiento en el trabajo en los trabajadores con artritis inflamatoria. Aunque esta revisión destaca la necesidad de ECA adicionales de alta calidad, los resultados sugieren que estas estrategias tienen el potencial de ser efectivas.
La participación en el trabajo por parte de los pacientes con artritis inflamatoria (AI) es importante no sólo económicamente sino también para la salud física y psicológica. Hasta la fecha no hay ninguna Revisión Cochrane sobre los estudios de las intervenciones no farmacológicas específicamente dirigidas a la prevención de la pérdida de puestos de trabajo en pacientes con AI.
Evaluar los efectos de las intervenciones no farmacológicas para prevenir la pérdida del empleo y el ausentismo laboral o mejorar el funcionamiento en el trabajo para los empleados con AI (artritis reumatoide [AR], espondilitis anquilosante [EA], artritis psoriásica [APs], otra espondilartritis [EpA] o AI asociada con enfermedades del tejido conjuntivo, como el lupus eritematoso sistémico [LES]).
Se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos, desde su inicio hasta el 30 de abril 2014; The Cochrane Library (incluyendo el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados [Cochrane Central Register of Controlled Trials], es decir, CENTRAL y DARE), MEDLINE (PubMed), EMBASE (Embase.com), CINAHL (EbSCOhost), ClinicalTrials.gov y PsycINFO (ProQuest). No se impuso ninguna restricción de idioma en las búsquedas.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA) que evaluaron las intervenciones para prevenir la pérdida del empleo en adultos en edad activa (18 a 65 años de edad) con diagnóstico de AI, incluida la AR, la EA, la APs, la EpA u otros tipos de AI. Los resultados primarios fueron la pérdida del empleo y el ausentismo por enfermedad, y el resultado secundario fue el funcionamiento en el trabajo.
Dos autores de la revisión seleccionaron de forma independiente los ensayos para la inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo en los ECA incluidos.
Se incluyeron tres ECA con un total de 414 participantes en riesgo de perder el empleo. La mayoría de los participantes presentaba AI, principalmente AR y EA en un grado menor. Las intervenciones procuraron prevenir la pérdida delempleo y mejorar el funcionamiento en el trabajo de varias maneras: en primer lugar al evaluar los cambios o las adaptaciones en el trabajo y en segundo lugar al proporcionar cualquier intervención dirigida a la persona incluida la orientación vocacional, el asesoramiento o la educación. Las intervenciones directamente dirigidas al ambiente de trabajo fueron mínimas e incluyeron visitas al lugar de trabajo (un ensayo) o cualquier acción realizada por un médico ocupacional (un ensayo). La duración o la dosis de las intervenciones varió de dos sesiones de 1,5 horas (un ECA) durante cinco meses, dos consultas y tratamientos multidisciplinarios durante tres meses (un ECA), hasta seis a ocho sesiones individuales o grupales durante seis meses (también un ECA). Todos los participantes fueron reclutados por consultorios de reumatología, tanto dentro como fuera de los hospitales. Los ensayos incluidos investigaron la pérdida del empleo (n = dos ECA; 382 participantes), el ausentismo laboral y el funcionamiento en el trabajo (n = un ECA; 32 participantes). En general, se evaluaron los dos ensayos más pequeños como de alto riesgo de sesgo y el ensayo más amplio como de bajo riesgo de sesgo. Los ensayos mostraron diferencias marcadas en cuanto a cómo manejaron los ítems del riesgo de sesgo, en particular el sesgo de realización.
La calidad de las pruebas se evaluó mediante el enfoque GRADE y se consideró que había pruebas de calidad muy baja entre los tres resultados informados. De los dos ECA que investigaban la pérdida del puesto de trabajo, el más amplio (n = 242 participantes) informó una reducción grande estadísticamente significativa en la pérdida del puesto de trabajo (riesgo relativo [RR] = 0,35, intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,18 a 0,68) y el otro ECA (n = 140) informó efectos similares en ambos grupos, aunque el IC fue muy amplio (RR = 1,05; IC del 95%: 0,53 a 2,06). El último probablemente presentó un sesgo de realización y se juzgó como en alto riesgo de sesgo. El único ensayo pequeño que investigó el ausentismo por enfermedad encontró resultados inciertos a los seis meses de seguimiento (DM = -2,42 días, IC del 95%: -5,03 a 0,19). Finalmente, en el mismo ensayo pequeño que investigó el funcionamiento en el trabajo mediante la Rheumatoid Arthritis-Work Instability Scale (RA-WIS), hubo una mejoría moderada en el funcionamiento en el trabajo a plazo intermedio (seis meses; rango de la escala 0 a 23; mejoría media -4,67 puntos, IC del 95%: -8,43 a -0,91). No se identificaron efectos adversos en las publicaciones de los tres ensayos.