Pregunta de la revisión
Los pacientes que sufren de vértigo por diferentes causas, ¿obtienen beneficios con el fármaco betahistina?
Antecedentes
El vértigo es un síntoma en el cual los pacientes experimentan una falsa sensación de movimiento. Se cree que este tipo de mareos se origina en el órgano del equilibrio (oído interno) o en sus conexiones con el cerebro. Es un síntoma que se presenta con frecuencia y que puede causar trastornos importantes en el desempeño de las actividades cotidianas. La betahistina es un fármaco que puede actuar mejorando el flujo sanguíneo hacia el oído interno. Esta revisión investiga si la betahistina es más efectiva que el placebo (falso medicamento) para tratar los síntomas de vértigo por diferentes causas en pacientes de todas las edades.
Características de los estudios
Se incluyeron 17 estudios con 1025 participantes. Dieciséis estudios que incluyeron a 953 pacientes compararon betahistina con placebo; los estudios tuvieron un riesgo de sesgo alto a poco claro. Todos los estudios con datos analizables duraron tres meses o menos. Un estudio con alto riesgo de sesgo incluyó a 72 pacientes con vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) y comparó betahistina con placebo; todos los pacientes también poseían maniobras de reposicionamiento de partículas. La calidad general de la evidencia se consideró baja.
Los estudios variaron considerablemente en cuanto a los tipos de participantes, los diagnósticos, las dosis de betahistina y el tiempo de consumo del fármaco, los métodos del estudio y la forma en que se midieron todos los síntomas de vértigo.
Resultados clave
Si se analizan todos los estudios en conjunto, la proporción de pacientes que informó una reducción en los síntomas de vértigo fue significativamente mayor en el grupo de betahistina que en el de placebo. Sin embargo, hubo una variabilidad significativa en los resultados de los estudios; por lo tanto, los resultados deben interpretarse con cautela.
La proporción de pacientes que informó efectos secundarios del fármaco fue similar en ambos grupos: 16% en los grupos de betahistina y 15% en los grupos de placebo. En general, 16% de los pacientes de ambos grupos se retiraron de los estudios.
La información sobre los efectos de la betahistina en las pruebas objetivas de la función del órgano del equilibrio del oído interno fue insuficiente. No hubo información sobre el efecto de la betahistina en la calidad de vida general ni en las caídas.
Calidad de la evidencia
Se estableció que la calidad de la evidencia de los estudios incluidos era baja; esto significa que las estimaciones de los efectos de la betahistina podrían ser imprecisas. La evidencia está actualizada hasta septiembre 2015.
Conclusión
Una baja calidad de la evidencia indica que los pacientes que sufren de vértigo por diferentes causas podrían obtener algún beneficio con la betahistina, en cuanto a la reducción de los síntomas de vértigo. En general, la betahistina es bien tolerada. Las futuras investigaciones acerca del manejo de los síntomas del vértigo deberán utilizar una metodología más rigurosa e incluir criterios de valoración relevantes para los pacientes y sus familias.
La evidencia de baja calidad sugiere que los pacientes que sufren de vértigo por diferentes causas podrían tener un efecto positivo con la betahistina en cuanto a la reducción de los síntomas del vértigo. La betahistina por lo general es bien tolerada y posee un bajo riesgo de eventos adversos. Las futuras investigaciones acerca del manejo de los síntomas del vértigo deberán utilizar una metodología más rigurosa e incluir criterios de valoración relevantes para los pacientes y sus familias.
El vértigo es un síntoma en el cual los pacientes experimentan una falsa sensación de movimiento. Se cree que este tipo de mareos se origina en el laberinto acústico interno o en las correspondientes conexiones neuronales. Es un síntoma que se presenta con frecuencia y que puede causar trastornos importantes en el desempeño de las actividades cotidianas. La betahistina es un fármaco que puede actuar mejorando el flujo sanguíneo hacia el oído interno. Esta revisión analiza si la betahistina resulta más efectiva que el placebo para tratar los síntomas del vértigo por diferentes causas.
Evaluar los efectos de la betahistina en pacientes con síntomas de vértigo por diferentes causas.
El Especialista en Información del Grupo Cochrane de Enfermedades de Oído, Nariz y Garganta (Cochrane ENT Group Information Specialist) realizó búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Enfermedades de Oído, Nariz y Garganta; el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Register of Controlled Trials, CENTRAL, 2015, número 8); PubMed, EMBASE; CINAHL; Web of Science; ClinicalTrials.gov; ICTRP y fuentes adicionales para obtener ensayos publicados y no publicados. También se estableció contacto con fabricantes e investigadores en el área. La fecha de la búsqueda fue el 21 de septiembre de 2015.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados de betahistina versus placebo en pacientes de todas las edades con vértigo debido a cualquier diagnóstico neurotológico, en cualquier contexto.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. El criterio de valoración principal fue la proporción de pacientes con una reducción en los síntomas de vértigo (considerando en forma conjunta la intensidad, la frecuencia y la duración de estos síntomas).
Se incluyeron 17 estudios, con un total de 1025 participantes; 12 estudios estaban publicados (567 pacientes) y cinco no estaban publicados (458 pacientes). Dieciséis estudios que incluyeron a 953 pacientes compararon betahistina con placebo. Todos los estudios con datos analizables duraron tres meses o menos. La mayoría poseía un alto riesgo de sesgo, pero en algunos el riesgo de sesgo fue incierto. Un estudio con alto riesgo de sesgo incluyó a 72 pacientes con vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) y comparó betahistina con placebo; todos los pacientes también poseían maniobras de reposicionamiento de partículas. Los estudios variaron considerablemente en relación con los tipos de participantes, los diagnósticos, la dosis de betahistina y la duración de su consumo, los métodos de estudio y la manera en que se midieron las diferentes mejorías en los síntomas de vértigo. Con el sistema GRADE, se determinó que la calidad global de la evidencia era baja para dos criterios de valoración (proporción de pacientes con mejoría y proporción de pacientes con eventos adversos).
Los datos agrupados revelaron que la proporción de pacientes que informó una reducción global en los síntomas del vértigo fue mayor en el grupo tratado con betahistina que en el grupo de placebo: riesgo relativo [RR] 1,30; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,05 a 1,60; 606 participantes, 11 estudios). Este resultado debería interpretarse con cautela, ya que la prueba de la heterogeneidad estadística medida con el valor I2 fue alta.
Los efectos adversos (sobre todo los síntomas gastrointestinales y la cefalea) fueron frecuentes, pero en el estudio los eventos médicamente graves fueron poco frecuentes y aislados y no hubo diferencias en la frecuencia de efectos adversos entre los grupos de betahistina y placebo, en los que las tasas fueron 16% y 15% respectivamente (valores ponderados, RR 1,03, IC del 95%: 0,76 a 1,40; 819 participantes; 12 estudios).
Un 16% de los pacientes tanto de los grupos de betahistina como de placebo se retiraron (abandonaron) de los estudios (RR 0,96; IC del 95%: 0,65 a 1,42;481 participantes; ocho estudios).
Tres estudios investigaron pruebas objetivas de la función vestibular como criterio de valoración; las cantidades de participantes fueron pequeñas, las técnicas de medición difirieron y el informe de los detalles fue escaso, de manera que el análisis de esta variable fue inconcluyente.
Se buscó información sobre las caídas y la calidad de vida genérica, pero ninguno de los estudios informó estos desenlaces.
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