Pregunta de la revisión
Se deseaba determinar si la información escrita reduce la administración de antibióticos para las infecciones de las vías respiratorias superiores agudas (resfriados, dolor de garganta, tos o dolor de oídos).
Antecedentes
La mayoría de los resfriados, dolores de garganta, tos y dolores de oídos son provocados por virus. Aunque los antibióticos no actúan contra los virus, a veces se indican. Se deseaba determinar si el suministro de información escrita acerca de los antibióticos inmediatamente antes o durante las consultas médicas, en conjunto con la atención habitual, cambió la administración de antibióticos en comparación con la práctica habitual del médico o algún otro resultado. También se deseaba saber si: los pacientes tendrían mayores probabilidades de regresar al médico; los síntomas mejorarían antes; mejoraría el conocimiento de los pacientes acerca de los antibióticos; los pacientes estaban satisfechos con la atención del médico; y si hubo complicaciones.
Fecha de la búsqueda
Se hicieron búsquedas en la literatura hasta julio 2016.
Características de los estudios
Se encontraron dos estudios que incluyeron a niños con infecciones de las vías respiratorias superiores: en uno participaron 558 niños que se reclutaron de 61 consultas generales en Inglaterra y Gales; y en el otro consistió en 269 médicos que aportaron datos sobre 33 792 consultas paciente-médico de Kentucky, EE.UU. Los participantes fueron niños acompañados de un adulto. Un estudio adiestró a médicos generales (MG) para analizar la información escrita con los padres, y en el otro los médicos distribuyeron a los padres copias de folletos patrocinados por el gobierno.
Fuentes de financiación de los estudios
Ambos estudios fueron financiados por organismos gubernamentales y uno también fue financiado por Pfizer (una compañía farmacéutica).
Resultados clave
El suministro de un folleto y la explicación de un médico especialmente adiestrado redujeron el número de niños que recibieron antibióticos en el 20% (del 42% al 22%) sin afectar la satisfacción de los padres con la consulta ni el número de visitas de retorno por la misma enfermedad. En comparación con la práctica habitual del médico, dos estudios mostraron que el suministro de un folleto redujo la proporción de niños a los que se les indicó un antibiótico del 9% al 21%. Cuando a los médicos también se les dieron indicaciones sobre la prescripción de antibióticos junto con el suministro de un folleto a los padres, la proporción de niños a los que se les prescribió un antibiótico aumentó en el 6% (del 44% al 50%). Ninguno de los estudios incluidos evaluó si los pacientes estuvieron mejor informados, por cuánto tiempo persistieron los síntomas o si los pacientes tuvieron complicaciones.
Calidad de las pruebas
La calidad de las pruebas fue moderada a baja. Los médicos y los padres sabían cuándo se utilizó información escrita. Un estudio tuvo alto riesgo de sesgo porque los grupos de estudio no fueron comparables al inicio, de manera que no es posible tener seguridad con respecto a los resultados.
Los estudios se realizaron en el Reino Unido y los EE.UU., por lo que los resultados no son aplicables a los países de menores ingresos ni a diferentes servicios primarios de asistencia sanitaria, incluidos los contextos donde las recetas no son necesarias para obtener antibióticos.
En comparación con la atención habitual, pruebas de calidad moderada de un estudio mostraron que los MG adiestrados que proporcionaron información escrita a los padres de los niños con IVRS agudas en la atención primaria pueden reducir el número de antibióticos utilizados por los pacientes sin una repercusión negativa sobre las tasas de nueva consulta ni la satisfacción paterna con la consulta. Pruebas de baja calidad de dos estudios indican que, en comparación con la atención habitual, los MG prescriben menos antibióticos para las IVRS agudas. Sin embargo, prescriben más antibióticos cuando se brinda información escrita junto con indicaciones sobre la prescripción (en comparación con las indicaciones sobre la prescripción solas). No hubo pruebas sobre la resolución de los síntomas del paciente, el conocimiento del paciente acerca de los antibióticos para las IVRS agudas o la frecuencia de las complicaciones.
Para completar las brechas en las pruebas, los estudios futuros deben considerar la posibilidad de evaluar la información escrita sobre la administración de antibióticos en los adultos con IVRS agudas en ámbitos de bajos y altos ingresos proporcionada sin el adiestramiento de los médicos y presentados en diferentes formatos (como el formato electrónico). Los diseños de los estudios futuros se deben esforzar en asegurar que los evaluadores de los resultados estén cegados. Los objetivos de los estudios deben incluir la medición del efecto de la información escrita sobre el número de antibióticos utilizados por los pacientes y prescritos por los médicos, la satisfacción de los pacientes, la necesidad de nueva consulta, el conocimiento de los pacientes acerca de los antibióticos, la resolución de los síntomas y las complicaciones.
Con frecuencia las infecciones de las vías respiratorias superiores (IVRS) agudas se controlan en los ámbitos de atención primaria. Aunque muchas son virales y existe un aumento del problema de la resistencia a los antibióticos, todavía se indican antibióticos para las IVRS. La información escrita para los pacientes puede ser una manera sencilla de reducir la administración de antibióticos para las IVRS agudas.
Evaluar si la información escrita para los pacientes (o padres de pacientes pediátricos) reduce la administración de antibióticos para las IVRS agudas en la atención primaria.
Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL, LILACS, Web of Science, clinical trials.gov, y en el World Health Organization (WHO) trials registry hasta julio 2016, sin restricciones de idioma ni de publicación.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA) que incluyeron a pacientes (o padres de pacientes pediátricos) con IVRS agudas y compararon la información escrita para los pacientes proporcionada de forma inmediata antes o durante la prescripción, con ninguna información. Para ser incluidos los ECA debían haber medido el resultado primario (administración de antibióticos).
Dos autores de la revisión examinaron los estudios, extrajeron los datos datos y evaluaron la calidad de los estudios. No fue posible realizar un metanálisis de los estudios incluidos debido a la heterogeneidad metodológica y estadística significativas; Se resumieron los datos de forma narrativa.
Dos ECA cumplieron los criterios de inclusión, con un total de 827 participantes. Ambos estudios sólo reclutaron a niños con IVRS agudas (ningún estudio incluyó adultos): 558 niños de 61 consultas generales en Inglaterra y Gales; y 269 médicos de atención primaria que aportaron datos sobre 33 792 consultas paciente-médico de Kentucky, EE.UU. El estudio del Reino Unido tuvo un alto riesgo de sesgo debido a la falta de cegamiento y el estudio aleatorio grupal de los EE.UU. tuvo un alto riesgo de sesgo porque los métodos de asignación de los participantes a los grupos de tratamiento no estuvieron claros y hubo pruebas de desequilibrios iniciales.
En ambos estudios, durante las consultas de atención primaria los médicos proporcionaron información escrita a los padres de los pacientes pediátricos: uno adiestró a los médicos generales (MG) para analizar con los padres un folleto de ocho páginas; el otro realizó un ensayo factorial con dos grupos de comparación (información escrita en comparación con atención habitual e información escrita más indicaciones sobre la prescripción a los médicos en comparación con indicaciones sobre la prescripción solas). Los médicos de los brazos de información escrita recibieron 25 copias de folletos de dos páginas, patrocinados por el gobierno, para distribuir entre los padres.
En comparación con la atención habitual, se encontraron pruebas de calidad moderada (un estudio) de que la información escrita redujo significativamente el número de antibióticos utilizados por los pacientes (CR 0,53; IC del 95%: 0,35 a 0,80; reducción del riesgo absoluto [RRA] 20% [22% versus 42%]) y no tuvo un efecto significativo sobre las tasas de nueva consulta (CR 0,79; IC del 95%: 0,47 a 1,32) ni la satisfacción de loa padres con la consulta (CR 0,95; IC del 95%: 0,87 a 1,03). Pruebas de calidad baja (dos estudios) demostraron que la información escrita también redujo la prescripción de antibióticos por los médicos (CR 0,47; IC del 95%: 0,28 a 0,78; RRA 21% [20% versus 41%]; y CR 0,84; IC del 95%: 0,81 a 0,86; RRA 9% [45% versus 54%]). Ningún estudio midió la resolución de los síntomas, el conocimiento de los pacientes acerca de los antibióticos para las IVRS agudas o las complicaciones para esta comparación.
En comparación con las indicaciones sobre la prescripción se encontraron pruebas de calidad baja de que la información escrita más indicaciones sobre la prescripción aumentaron significativamente el número de antibióticos prescritos por los médicos (CR 1,13; IC del 95%: 1,09 a 1,17; aumento del riesgo absoluto 6% (50% versus 44%)). Ningún estudio midió la tasa de nueva consulta, la resolución de los síntomas, el conocimiento de los pacientes acerca de los antibióticos para las IVRS agudas, la satisfacción de los pacientes con la consulta o las complicaciones para esta comparación.