Pregunta de la revisión
Esta revisión examina si administrar líquido intravenoso extra a los pacientes durante la anestesia general previene las náuseas y los vómitos después de realizar la cirugía.
Antecedentes
Las náuseas y los vómitos son una complicación frecuente después de la administración de un anestésico general para la cirugía. Cerca del 30% de los pacientes sufren náuseas y vómitos después de la cirugía, incluso después de recibir una medicación concebida para su prevención.
Durante la cirugía, un paciente recibe líquido que contiene sal mediante un goteo intravenoso y la cantidad de líquido administrado puede afectar la manera en la que se sienten después. Algunas complicaciones como las náuseas y los vómitos se pueden reducir después de que el paciente recibe líquido intravenoso extra durante la cirugía. Algunas complicaciones como la disnea pueden ser peores cuando se administra líquido extra.
Fecha de la búsqueda
La búsqueda se actualizó hasta agosto de 2018.
Características de los estudios
Se examinaron los estudios en los que los pacientes recibieron anestesia general para la cirugía y recibieron cantidades mayores o menores de líquido intravenoso, y luego se examinaron para determinar si desarrollaron náuseas y vómitos después que se realizó la cirugía. Se encontraron 41 estudios, con 4224 participantes analizados en la revisión.
Resultados clave
La revisión indica que administrar a los pacientes líquido intravenoso extra durante la cirugía bajo anestesia general probablemente reduce el riesgo de tener náuseas o vómitos después de la cirugía, y probablemente reduce la necesidad de medicación para tratar las náuseas.
No está claro de qué manera la administración de líquido intravenoso extra afecta al riesgo de necesitar de manera inesperada ingreso hospitalario después de una cirugía menor. Ningún estudio examinó si el líquido intravenoso extra hace que empeoren otras complicaciones.
Certeza de la evidencia
Hay dos razones por las cuales las conclusiones de esta revisión pueden no ser exactamente correctas. Primero, muchos de los estudios no se diseñaron de una manera perfecta. Segundo, los estudios no coincidieron con respecto a exactamente cuán útiles fueron los líquidos intravenosos extra para prevenir las náuseas y los vómitos. La mayoría de los estudios encontraron que esta intervención fue al menos algo útil.
Hay evidencia de certeza moderada de que la administración de cristaloides intravenosos suplementarios perioperatorios reduce las NPO y los VPO en los pacientes clase I a II de la ASA que reciben anestesia general durante procedimientos quirúrgicos ambulatorios o con una estancia hospitalaria corta. La intervención probablemente también reduce el riesgo de tratamiento farmacológico para las NVPO. El efecto de la intervención sobre el riesgo de ingreso posoperatorio no intencional al hospital no está claro. El riesgo de eventos adversos graves debidos a la administración de cristaloides intravenosos perioperatorios suplementarios no se conoce, ya que ningún estudio informó sobre este resultado. El único estudio en espera de clasificación puede alterar las conclusiones de la revisión una vez evaluado.
Las náuseas y los vómitos posoperatorios (NVPO) son una complicación frecuente después de la anestesia general. Se pueden asociar con insatisfacción del paciente, aumento de los costos del tratamiento e ingreso no intencional al hospital.
La administración de cristaloides intravenosos suplementarios en el período perioperatorio puede ser una intervención sencilla para prevenir las NVPO.
Evaluar si la administración de cristaloides intravenosos suplementarios previene las NVPO en los pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos bajo anestesia general.
Se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL; 2018, número 7), MEDLINE (1946 hasta agosto 2018), Embase (1947 hasta agosto 2018), y en la Cumulative Index of Nursing and Allied Health Literature (CINAHL; 1971 hasta agosto 2018). Se hicieron búsquedas de estudios en curso y completados no publicados en registros de ensayos clínicos (agosto 2018), se hicieron búsquedas manuales en actas de conferencias de sociedades de anestesiologia, como se publicaron en tres revistas principales (British Journal of Anaesthesia, European Journal of Anaesthesiology, y en Anesthesiology; agosto de 2018) y se realizó una búsqueda retrospectiva y prospectiva en las citas de los artículos relevantes.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios de participantes con más de seis meses de edad sometidos a procedimientos quirúrgicos bajo anestesia general y a los que se les administraron cristaloides intravenosos perioperatorios suplementarios, definido como un volumen mayor que el recibido por un grupo comparador, para prevenir las NVPO.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar descritos por Cochrane.
Se incluyeron 41 estudios (4224 participantes). Los participantes fueron sometidos a procedimientos quirúrgicos ambulatorios o con una estancia hospitalaria corta, y fueron predominantemente de clase I o II de la American Society of Anesthesiology (ASA). Hay un estudio en espera de clasificación y tres estudios en curso. Todos los estudios se realizaron en centros quirúrgicos y en ámbitos geográficamente diversos. El riesgo de sesgo por lo general fue incierto para todos los dominios.
La administración de cristaloide intravenosos suplementarios probablemente reduce el riesgo acumulativo de náuseas posoperatorias (NPO) (cociente de riesgos [CR] 0,62; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,51 a 0,75; 18 estudios; 1766 participantes; evidencia de certeza moderada). Cuando el período posoperatorio se dividió en temprano (primeras seis horas posoperatorias) y tardío (en el punto temporal más cercano a o que incluye las 24 horas posoperatorias), la intervención redujo el riesgo de NPO tempranas (CR 0,67; IC del 95%: 0,58 a 0,78; 20 estudios; 2310 participantes; evidencia de certeza moderada) y NPO tardías (CR 0,47; IC del 95%: 0,32 a 0,69; 17 estudios; 1682 participantes; evidencia de certeza moderada).
La administración de cristaloides intravenosos suplementarios probablemente reduce el riesgo de vómitos posoperatorios (VPO) (CR 0,50; IC del 95%: 0,40 a 0,63; 20 estudios; 1970 participantes; evidencia de certeza moderada). La intervención redujo específicamente los VPO tempranos (CR 0,56; IC del 95%: 0,41 a 0,76; 19 estudios; 1998 participantes; evidencia de certeza moderada) y los VPO tardíos (CR 0,48; IC del 95%: 0,29 a 0,79; 15 estudios; 1403 participantes; evidencia de certeza moderada).
La administración de cristaloides intravenosos suplementarios probablemente reduce la necesidad de tratamiento farmacológico de las NVPO (CR 0,62; IC del 95%: 0,51 a 0,76; 23 estudios; 2416 participantes; evidencia de certeza moderada).
El efecto de la administración de cristaloides intravenosos suplementarios sobre el riesgo de ingreso posoperatorio no planificado al hospital no está claro (CR 1,05; IC del 95%: 0,77 a 1,43; tres estudios; 235 participantes; evidencia de certeza baja).
Ningún estudio informó de eventos adversos graves que pueden ocurrir después de la administración de cristaloides intravenosos suplementarios perioperatorios (es decir, ingreso a la unidad de alta dependencia, complicaciones cardíacas o respiratorias posoperatorias, o muerte).
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