Antecedentes
Algunos pacientes con depresión tienen dificultades para tomar los medicamentos para la depresión (a menudo llamados «antidepresivos») que les prescribe el médico. Este hecho puede dar lugar a que los medicamentos no funcionen de forma correcta y a que los pacientes no mejoren o incluso empeoren. Existe la posibilidad de que los farmacéuticos y sus equipos puedan ayudar a los pacientes con su tratamiento de la depresión en formas en que el médico de cabecera (médico general) no puede hacerlo. Las farmacias están ubicadas dentro de la comunidad, son de acceso más fácil y los pacientes pueden sentirse más cómodos al contarle a un farmacéutico sobre su estado de ánimo. Sin embargo, no hay muchos estudios que declaren si lo anterior funciona.
Características de los estudios
Se realizaron búsquedas en las bases de datos médicas de estudios bien diseñados que compararan a un grupo de adultos con depresión que recibieron ayuda adicional con los medicamentos para la depresión por parte de su farmacia con un grupo de adultos con depresión que recibieron el tratamiento habitual.
La evidencia está actualizada hasta el 14 de diciembre 2018.
Resultados clave y certeza de la evidencia
Se encontraron 12 estudios con más de 2000 participantes adultos. Se comparó el apoyo del personal de farmacia con el tratamiento habitual, por ejemplo, información básica sobre los medicamentos o la indicación de otros servicios solamente. Se encontró que el apoyo adicional proporcionado por el farmacéutico no fue mejor para reducir la depresión de los pacientes que el tratamiento habitual. Los estudios también mostraron que a los individuos les pueden haber gustado ambos enfoques por igual, aunque no existe seguridad en cuanto a los resultados ya que la evidencia fue de certeza baja.
Los estudios mostraron que los individuos que recibieron apoyo de la farmacia presentaron más probabilidades de tomar los antidepresivos según lo prescrito. No fue posible combinar la información de los estudios incluidos sobre otros resultados de interés (diagnóstico de depresión, frecuencia de las citas de asistencia sanitaria, calidad de vida, funcionalidad social o efectos secundarios).
No se encontraron diferencias en la efectividad cuando los pacientes con depresión recibieron apoyo adicional de un farmacéutico en comparación con el tratamiento habitual.
No se encontró evidencia de una diferencia entre el tratamiento basado en la intervención del personal de farmacia para la depresión en adultos comparado con el tratamiento habitual para facilitar el cambio en los síntomas de depresión. Sobre la base del número de participantes que abandonaron los ensayos de forma temprana, puede no haber diferencias en la aceptabilidad entre el tratamiento basado en la intervención del personal de farmacia y los controles. Sin embargo, hubo incertidumbre debido a la evidencia de certeza baja.
Es común que los pacientes no tomen la medicación antidepresiva como se ha prescrito, y en alrededor del 50% hay probabilidades de interrumpir la medicación de forma prematura después de seis meses. Los farmacéuticos de la comunidad pueden estar bien situados para desempeñar un papel en el manejo de los antidepresivos debido a su conocimiento farmacoterapéutico único y a la facilidad de acceso para las personas. Los farmacéuticos están en una posición ideal para ofrecer intervenciones proactivas a los pacientes con depresión o síntomas depresivos. Sin embargo, aún no se comprenden del todo la efectividad y la aceptabilidad de las intervenciones existentes basadas en los farmacéuticos. Hasta la fecha, no está claro el grado en que la intervención del profesional de farmacia en un tratamiento podría ser beneficioso, aceptable para las personas y efectivo como parte del tratamiento general para los pacientes con depresión. Una revisión sistemática de los ensayos controlados aleatorizados (ECA) ayudará a responder estas preguntas y a agregar un conocimiento importante a la base de la evidencia, actualmente escasa.
Examinar los efectos de las intervenciones de tratamiento con el apoyo del personal de farmacia comparadas con el control activo (p.ej. materiales de información para el paciente o cualquier otra intervención activa administrada por alguien que no sea el farmacéutico o el equipo de farmacia), lista de espera o tratamiento habitual (p.ej. asesoramiento estándar del farmacéutico o educación sobre antidepresivos, indicación para el apoyo disponible en los servicios de atención primaria, asesoramiento breve sobre la medicación o [auto]monitorización de la adherencia a la medicación ofrecida por un profesional de la salud fuera del equipo de farmacia) para mejorar los resultados de la depresión en adultos.
Se hicieron búsquedas en el Registro de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Trastornos Mentales Comunes (CCMD-CTR) hasta junio 2016; en la Biblioteca Cochrane (número 11, 2018); y en Ovid MEDLINE, Embase y PsycINFO hasta diciembre 2018. Se realizaron búsquedas en bases de datos de tesis y disertaciones y en registros internacionales de ensayos para encontrar ensayos no publicados/en curso. No se aplicaron restricciones de fecha, idioma o estado de publicación en la búsqueda.
Se incluyeron todos los ECA y ECA grupales en que se comparó una intervención basada en la farmacia con el tratamiento habitual, la lista de espera o una intervención alternativa para el tratamiento de la depresión en adultos mayores de 16 años de edad. Los estudios elegibles tenían que informar de al menos uno de los siguientes resultados en cualquier punto temporal: cambio en los síntomas de depresión, aceptabilidad de la intervención, diagnóstico de depresión, falta de adherencia a la medicación, frecuencia de las citas de atención primaria, calidad de vida, funcionalidad social o eventos adversos.
Dos autores, de forma independiente y por duplicado, realizaron todos los estadios de la selección de estudios, la extracción de datos y la evaluación de la calidad (incluidos los criterios GRADE). Se discutieron los desacuerdos dentro del equipo hasta que se logró un consenso. En los casos en que los datos no permitieron realizar metanálisis, se sintetizaron los resultados de forma narrativa.
Doce estudios (2215 participantes) cumplieron con los criterios de inclusión y compararon el tratamiento basado en la intervención del profesional de farmacia con el tratamiento habitual. Dos estudios (291 participantes) también incluyeron un control activo (ambos utilizaron folletos informativos para los pacientes que proporcionaban información sobre el antidepresivo prescrito). Ninguno de estos estudios informó de cambios en los síntomas de depresión. Una síntesis narrativa de los resultados sobre la aceptabilidad de la intervención no fue concluyente, ya que un estudio informó de una mejor aceptabilidad del tratamiento basado en la farmacia y el otro una mejor aceptabilidad del control activo. Un estudio informó que los participantes del grupo de tratamiento basado en la intervención del personal de farmacia tuvieron una mejor adherencia a la medicación que los participantes del control. Un estudio informó de los eventos adversos sin diferencias entre los grupos. Los estudios no informaron de otros resultados.
Los metanálisis que compararon el tratamiento basado en la intervención del personal de farmacia con el tratamiento habitual no mostraron evidencia de una diferencia en el efecto de la intervención sobre el cambio en los síntomas de depresión (datos dicotómicos; mejoría en los síntomas sí/no: riesgo relativo [RR], 0,95; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,86 a 1,05; 4 ECA, 475 participantes; evidencia de calidad moderada; datos continuos: diferencia de medias estandarizada [DME] -0,04, IC del 95%: -0,19 a 0,10; 5 ECA, 718 participantes; evidencia de certeza alta), o la aceptabilidad de la intervención (RR 1,09, IC del 95%: 0,81 a 1,45; 12 ECA, 2072 participantes; evidencia de certeza moderada). El riesgo de falta de adherencia se redujo en los participantes que recibieron tratamiento basado en la intervención del personal de farmacia (RR 0,73; IC del 95%: 0,61 a 0,87; 6 ECA; 911 participantes; evidencia de certeza alta). No fue posible realizar el metanálisis de los datos sobre el diagnóstico de la depresión, la frecuencia de las citas de atención primaria, la calidad de vida o la funcionalidad social.
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