Mensajes clave
- Las intervenciones psicosociales de apoyo a la lactancia materna podrían prevenir algunos casos de depresión posparto en las madres entre uno y tres meses después de haber recibido el apoyo y aumentar la duración de la lactancia materna entre siete y 12 meses después de haber recibido el apoyo. La evidencia es muy incierta con respecto al efecto sobre otros desenlaces de salud mental y la lactancia materna.
- La evidencia es muy incierta con respecto al efecto de las intervenciones alternativas de lactancia materna (en concreto la conciencia plena o “mindfulness”) sobre la depresión posparto y otros desenlaces relacionados con la salud mental y la lactancia.
- Los estudios no declararon eventos adversos relacionados directamente con las intervenciones, pero, en la mayoría de los estudios, no se sabe si se midió este desenlace.
- Los futuros estudios de intervenciones de lactancia materna se deben llevar a cabo con mucho cuidado para reducir su riesgo de sesgo, y deben ser lo suficientemente grandes como para detectar diferencias entre las madres en su salud mental.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto es un trastorno de salud mental que se produce después del parto y se caracteriza por un estado de ánimo deprimido o la pérdida de placer o interés en las actividades durante períodos de tiempo prolongados. Es una afección que puede tener un grave efecto en la madre, el recién nacido y la familia en su conjunto.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso saber si las intervenciones de apoyo a la lactancia materna dirigidas a la depresión eran mejores que la atención posparto estándar para prevenir la depresión posparto y reducir sus síntomas. También se quiso averiguar si las intervenciones de apoyo a la lactancia materna tenían algún efecto secundario perjudicial.
¿Qué se hizo?
En junio de 2024 se hizo una revisión bibliográfica de ensayos controlados aleatorizados (estudios en los que las participantes se asignaron al azar a un grupo de intervención o de control) para ver si las intervenciones de apoyo a la lactancia materna podían prevenir la depresión posparto. La revisión incluye 10 estudios, de los cuales nueve evaluaron a madres que recibían apoyo psicosocial (una combinación de educación, ayuda psicológica y apoyo social) y uno evaluó una intervención para reducir el estrés y promover la relajación. En total, los 10 estudios incluyeron 1573 participantes y se llevaron a cabo en seis países diferentes: dos en los Estados Unidos, dos en Canadá, tres en China, uno en Irán, uno en España y uno en Sudáfrica.
Hubo interés en averiguar si las intervenciones de lactancia materna podrían prevenir la aparición de depresión o reducir sus síntomas, y si hubo algún efecto secundario perjudicial. También interesaba saber si las intervenciones de lactancia materna podían repercutir en la ansiedad y el estrés de la madre, durante cuánto tiempo las madres daban el pecho y su satisfacción con la lactancia materna, así como cuántos bebés se alimentaban solo de leche materna.
Resultados principales
En esta revisión se incluyeron 10 estudios con 1573 madres. Nueve de los estudios analizaron intervenciones psicosociales de lactancia materna y uno analizó una intervención alternativa de lactancia materna.
Las intervenciones psicosociales de apoyo a la lactancia materna podrían prevenir algunos casos de depresión posparto cuando se miden poco después de proporcionar el apoyo. Sin embargo, no está nada claro si las intervenciones psicosociales de lactancia materna tienen algún efecto en la reducción de los síntomas depresivos.
Las intervenciones psicosociales de lactancia materna podrían reducir los síntomas de ansiedad, aunque la evidencia es muy incierta. No se encontraron diferencias entre las madres que recibieron intervenciones de apoyo a la lactancia materna y las que no en cuanto a si alimentaron a sus bebés con lactancia materna exclusiva (como se recomienda hasta los seis meses). La evidencia para este desenlace también es muy incierta. Se encontró evidencia de certeza baja de que las intervenciones psicosociales de lactancia materna podrían aumentar la duración de la lactancia materna a largo plazo. Los estudios de intervenciones psicosociales de lactancia materna no midieron el estrés.
No está claro si las intervenciones alternativas de apoyo a la lactancia materna, en concreto la conciencia plena (mindfulness), tienen algún efecto sobre la prevención de la depresión o la reducción de la ansiedad o el estrés. La exclusividad de la lactancia materna y la duración de la misma no se midieron.
No se informó de efectos perjudiciales relacionados con cualquiera de las intervenciones. En la mayoría de los estudios, se desconoce si esto se debe a que no los hubo o a que no se midieron o informaron.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
La evidencia de las intervenciones de apoyo a la lactancia materna para prevenir la depresión posparto es limitada. El resultado de que las intervenciones psicosociales de apoyo a la lactancia materna podrían prevenir algunos casos de depresión posparto poco después de proporcionar el apoyo proviene de un estudio pequeño. Se consideró que este resultado es de “certeza baja”. La evidencia de que las intervenciones de apoyo a la lactancia materna podrían aumentar la duración de la lactancia materna también proviene de un estudio y es de “certeza baja”. Para los demás desenlaces, la evidencia es muy incierta.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia se basa en búsquedas de estudios hechas en junio de 2024.
Existe evidencia de certeza baja de que las intervenciones psicosociales de lactancia materna podrían prevenir la depresión posparto a corto plazo y aumentar la duración de la lactancia materna a largo plazo. La evidencia es muy incierta con respecto al efecto de las intervenciones psicosociales de lactancia materna en otros desenlaces.
La evidencia es muy incierta con respecto al efecto de las intervenciones alternativas de lactancia materna en la depresión posparto y otros desenlaces.
Los estudios incluidos no informaron sobre eventos adversos relacionados directamente con las intervenciones, pero no está claro si este desenlace se midió en la mayoría de los estudios.
Los futuros ensayos de intervenciones de lactancia materna se deben llevar a cabo con cuidado para reducir su riesgo de sesgo, y deben ser lo suficientemente grandes como para detectar diferencias entre las madres en su salud mental.
La depresión posparto es un trastorno de salud mental debilitante que se produce en aproximadamente el 6% al 13% de las mujeres que dan a luz en países de ingresos altos. Es una causa de gran sufrimiento para las mujeres y puede tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo infantil. La depresión posparto también puede influir de forma negativa en la duración de la lactancia materna y en la exclusividad de la lactancia materna (es decir, alimentar al lactante solo con leche materna). Sin embargo, una experiencia positiva temprana y continuada de lactancia materna podría reducir el riesgo de depresión posparto. Las intervenciones de lactancia materna que aumentan la duración y la exclusividad de la lactancia materna podrían ayudar a prevenir o reducir los síntomas depresivos posparto.
El objetivo principal de esta revisión fue evaluar los efectos (beneficiosos y perjudiciales) de las intervenciones de apoyo a la lactancia materna, en comparación con la atención perinatal estándar, sobre la depresión posparto materna.
El objetivo secundario fue evaluar si las intervenciones de apoyo a la lactancia materna tuvieron un efecto sobre los síntomas de depresión y si el efecto dependió de la duración y la exclusividad de la lactancia materna.
Se hicieron búsquedas en CENTRAL (Wiley), MEDLINE ALL (Ovid), Embase (Ovid), PsycINFO (Ovid), CINAHL Complete (Ebsco) y en varias otras bases de datos bibliográficas y registros de ensayos. La búsqueda más reciente se realizó en junio de 2024.
Los ensayos controlados aleatorizados (ECA) elegibles para inclusión fueron aquellos que evaluaron intervenciones educativas, psicosociales, farmacológicas, alternativas (cualquier intervención de apoyo a la lactancia materna que promueva la relajación y reduzcan el estrés) o con plantas medicinales de apoyo a la lactancia materna dirigidas a la prevención o reducción de la depresión posparto.
Dos autores, de forma independiente, examinaron cada título y resumen identificados. Dos autores de la revisión examinaron de forma independiente los textos completos para decidir si el estudio cumplía con los criterios de inclusión. De ser así, extrajeron los datos de los estudios incluidos mediante el programa Covidence. Dos autores de la revisión también realizaron de forma independiente una evaluación del riesgo de sesgo de cada estudio mediante la herramienta RoB 2. En caso de ser necesario, se estableció contacto con los autores de los estudios para obtener información adicional. Se realizaron metanálisis utilizando modelos de efectos aleatorios.
En esta revisión se incluyeron 10 ECA con 1573 participantes. En todos los estudios la depresión se midió con la Edinburgh Postnatal Depression Scale (EPDS), donde las puntuaciones varían entre 0 y 30 (las puntuaciones más altas indican más síntomas depresivos). Los estudios utilizaron una puntuación mayor de 10 como valor de corte para un diagnóstico de depresión.
Desenlace principal
Existe mucha incertidumbre con respecto a si las intervenciones psicosociales de lactancia materna tuvieron algún efecto sobre la incidencia de depresión posparto inmediatamente después de la intervención (RR 0,78; IC del 95%: 0,23 a 2,70; un estudio, 30 participantes), pero se encontró evidencia de certeza baja de que las intervenciones psicosociales de lactancia materna podrían prevenir la incidencia de la depresión posparto a corto plazo (uno a tres meses) después de la intervención (razón de riesgos [RR] 0,37; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,14 a 0,93; un estudio, 82 participantes).
La incertidumbre es muy grande con respecto a si las intervenciones alternativas de lactancia materna tuvieron algún efecto en la prevención de la incidencia de depresión posparto inmediatamente después de la intervención (RR 0,64; IC del 95%: 0,27 a 1,54; un estudio, 60 participantes). No se midió el punto temporal a corto plazo.
Desenlaces secundarios
Existe mucha incertidumbre con respecto a si las intervenciones psicosociales de lactancia materna tuvieron algún efecto de reducción de los síntomas depresivos inmediatamente después de la intervención (diferencia de medias [DM] –0,67; IC del 95%: –1,63 a 0,28; cuatro estudios, 512 participantes). Hay evidencia de certeza muy baja de que las intervenciones psicosociales de lactancia materna podrían reducir los síntomas de ansiedad inmediatamente después de la intervención, según lo medido con la Self-rating Anxiety Scale (SAS) de Zung, en la que puntuaciones de entre 45 y 59 sobre 80 indican ansiedad leve a moderada, puntuaciones de entre 60 y 74, niveles de ansiedad graves marcados y > 75, niveles de ansiedad extrema (DM –2,30; IC del 95%: –4,36 a –0,24; un estudio, 100 participantes). No hubo diferencias en las tasas de lactancia materna exclusiva inmediatamente después de la intervención entre las participantes que recibieron una intervención psicosocial de lactancia materna y las que recibieron atención estándar, pero la evidencia es muy incierta (RR 1,20; IC del 95%: 0,96 a 1,51; I 2 = 29%; 571 participantes; evidencia de certeza muy baja). Se encontró evidencia de certeza baja de que una intervención psicosocial de lactancia materna podría aumentar la duración de la lactancia materna a largo plazo (RR 1,64; IC del 95%: 1,08 a 2,50; 129 participantes; evidencia de certeza baja).
En la comparación de la intervención alternativa de lactancia materna versus la atención estándar (que se evaluó en solo un estudio), no hubo diferencias entre los grupos inmediatamente después de la intervención en la ansiedad medida con el State-Trait Anxiety Inventory (STAI); intervalo de 20 a 80; puntuaciones más altas indican síntomas de ansiedad más graves (DM 1,80; IC del 95%: –9,41 a 13,01; 60 participantes; evidencia de certeza muy baja), ni en el estrés medido con la Perceived Stress Scale (PSS)-NICE; intervalo de 1 a 230; las puntuaciones más altas indican niveles más altos de estrés (DM 1,90; IC del 95%: –10,28 a 14,08; 60 participantes; evidencia de certeza muy baja), pero la evidencia es muy incierta.
No se comunicaron eventos adversos relacionados con la intervención en sí en ninguno de los ensayos, pero, para la mayoría de los estudios, se desconoce si esto se debe a que no los hubo o a que no se midieron o informaron.
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