La prescripción de estatinas para reducir el colesterol está muy extendida y es importante saber cuáles son las mejores estrategias de ayuda para que los pacientes las tomen. En una revisión Cochrane actualizada en diciembre de 2016, Mieke van Driel, de la Universidad de Queensland de Australia, examina las pruebas.
Este podcast ha sido traducido y grabado por Andrea Cervera del Centro Cochrane Iberoamericano.
La prescripción de estatinas para reducir el colesterol está muy extendida y es importante saber cuáles son las mejores estrategias de ayuda para que los pacientes las tomen. En una revisión Cochrane actualizada en diciembre de 2016, Mieke van Driel, de la Universidad de Queensland de Australia, examina las pruebas.
El colesterol alto es uno de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y los médicos pueden decidir tratarlo si el riesgo es elevado. Los fármacos que reducen el colesterol (o los lípidos) en sangre también reducen el riesgo de infarto e ictus, así como la mortalidad. Estos fármacos reductores de lípidos, es decir, hipolipemiantes, incluyen diferentes tipos como las estatinas, los fibratos y las resinas, pero habitualmente se hace referencia a ellos de forma colectiva como ‘estatinas’, las más extendidas.
A pesar de que las pruebas recopiladas indican que los fármacos hipolipemiantes son efectivos, estos están infrautilizados y menos de la mitad de las personas que reciben tratamiento hipolipemiante alcanzan concentraciones ideales de colesterol; tan solo uno de cada cuatro pacientes continúa medicándose a largo plazo. Esta mala adherencia a la medicación está directamente relacionada con aumentos de la mortalidad o recurrencia de episodios cardiovasculares en personas con alto riesgo, por lo que mejorar la adherencia podría beneficiar tanto a las personas individualmente como a la salud del conjunto de la población.
Existen muchos factores que pueden influir sobre la adherencia, incluidos los efectos adversos, la negación, un conocimiento insuficiente acerca del tratamiento, los problemas de memoria, y una actitud no receptiva hacia el tratamiento. Las personas con colesterol alto no suelen experimentar ningún síntoma, lo cual hace que sea especialmente difícil motivarles para que tomen la medicación.
Anteriormente se intentaron varios métodos para mejorar la adherencia a estos tratamientos hipolipemiantes, pero las versiones anteriores de esta revisión Cochrane no mostraron un claro beneficio de ningún método en concreto. Sin embargo, actualmente vivimos en la era digital y se actualizó la revisión para comprobar si alguno de los nuevos métodos podría mejorar la adherencia y parece que así podría ser.
Se hallaron 24 ensayos nuevos que compararon intervenciones para mejorar la adherencia con atención estándar, lo que hace un total de 35 estudios incluidos. Los más de 90 000 participantes de estos estudios fueron adultos de más de 18 años en un contexto ambulatorio para los cuales se recomendó un tratamiento hipolipemiante.
Dieciséis intervenciones de los 35 estudios se categorizaron como ‘atención intensificada al paciente’. Incluyeron recordatorios electrónicos, intervenciones guiadas por farmacéuticos y formación del profesional sanitario para ayudar a recordar a las personas que tomaran la medicación.
Este tipo de intervenciones mostraron tasas de adherencia significativamente mejores que la atención estándar tanto en los primeros seis meses como a largo plazo. Además, las concentraciones de colesterol fueron mejores en aquellos a los que se les ofreció la intervención. Esto sugiere que los sistemas de salud que puedan implementar una intensificación en equipo de las intervenciones de atención al paciente podrían mejorar la adherencia de este a los fármacos hipolipemiantes, lo cual ayudaría a alcanzar los beneficios de dichos fármacos.
Si desea leer más acerca de estas intervenciones y sus efectos sobre la adherencia, puede consultar la revisión en la Biblioteca Cochrane buscando 'fármacos hipolipemiantes y adherencia'.