¿Cuál es el problema?
Los recién nacidos pueden tener un bajo peso al nacer si nacen de forma prematura, antes de las 37 semanas de gestación, o nacen pequeños porque la madre tuvo una nutrición deficiente a lo largo del embarazo. La pobreza puede provocar desnutrición, condiciones de vida insalubres, mayor riesgo de infección y mayor estrés en la vida cotidiana. El estigma social asociado con la marginalidad social también es una causa de estrés. Los recién nacidos con crecimiento restringido durante el embarazo tienen mayores probabilidades de morir alrededor del parto o de presentar problemas de salud.
¿Por qué es esto importante?
Muchos países ofrecen programas que proporcionan atención especial a las pacientes que se consideran en mayor riesgo de dar a luz a recién nacidos de bajo peso al nacer. Estos programas pueden incluir apoyo emocional, atención directa como visitas domiciliarias, transporte para asistir a las consultas médicas o ayuda con las responsabilidades domésticas, así como apoyo informativo como asesoramiento y orientación. Esta revisión se propuso evaluar los efectos de los programas que ofrecen apoyo social adicional en comparación con atención habitual, para las embarazadas que se consideran con alto riesgo de parto de recién nacidos de bajo peso al nacer.
¿Qué evidencia se encontró?
Se buscó la evidencia el 5 febrero de 2018. Se identificaron 21 ensayos controlados aleatorios con 11 246 pares de madres-recién nacidos que contribuyeron con resultados para esta revisión. Los ejemplos del apoyo social adicional incluyen información, visitas domiciliarias, llamadas telefónicas y control del estrés. La calidad general de la evidencia para la mayoría de los resultados fue moderada. No fue posible cegar a las pacientes con respecto al grupo al que se asignaron.
Se encontró que las pacientes que recibieron apoyo social adicional durante el embarazo pueden tener ligeramente menos probabilidades de tener un recién nacido con bajo peso al nacer (16 estudios, 11 770 recién nacidos), o dar a luz de forma muy prematura (14 estudios, 12 282 recién nacidos). La cantidad de recién nacidos que murieron alrededor del momento del parto fue similar en ambos grupos de pacientes (15 estudios, 12 091 recién nacidos). Sin embargo, las pacientes que recibieron apoyo social adicional posiblemente tuvieron menos probabilidades de tener un ingreso hospitalario durante el embarazo (cuatro estudios, 787 mujeres) o de tener un parto por cesárea (15 estudios, 9550 mujeres). Las pacientes con apoyo social adicional pueden tener menos probabilidades de presentar depresión (un estudio, 1008 mujeres). Los hallazgos relacionados con la satisfacción con la atención fueron mixtos; un estudio informó que el grupo de apoyo estaba más satisfecho, mientras que otro estudio indicó que las pacientes del grupo atención habitual estaban más satisfechas. Los hallazgos no parecieron ser diferentes si el apoyo social lo proporcionaron personas no profesionales formadas o profesionales sanitarios formados.
¿Qué significa esto?
Aunque es poco probable que los programas que ofrecen apoyo social adicional durante el embarazo impidan que el embarazo dé lugar a un recién nacido de bajo peso al nacer o a un parto prematuro, antes de las 37 semanas de gestación, pueden ser útiles para reducir la probabilidad de ingresos hospitalarios prenatales y la necesidad de partos por cesárea.
El apoyo social adicional no es lo suficientemente potente como para mejorar los resultados del embarazo durante el cual se proporciona dicho apoyo, medidos a través de los resultados considerados en esta revisión. Los factores que contribuyen a la deprivación requieren un cambio social para mejorar la salud de las madres y los recién nacidos.
Las embarazadas necesitan el cuidado de familiares, amigos y profesionales sanitarios. Aunque es poco probable que los programas que ofrecen apoyo social adicional durante el embarazo tengan una repercusión grande sobre la proporción de recién nacidos de bajo peso al nacer o el parto antes de las 37 semanas de gestación y no tengan repercusión sobre los mortinatos o la muerte neonatal, pueden ser útiles para reducir la probabilidad de parto por cesárea y el ingreso hospitalario prenatal.
Los estudios muestran de forma sistemática una relación entre la desventaja social y el bajo peso al nacer. Muchos países tienen programas que ofrecen atención especial a las pacientes que se consideran en riesgo de parto de un lactante de bajo peso al nacer. Estos programas, que en esta revisión se consideran en conjunto como apoyo social adicional, pueden incluir apoyo emocional, que le da a la persona la sensación de ser amada y cuidada, apoyo tangible/instrumental, en forma de atención directa/visitas domiciliarias, y apoyo informativo, a través del que se proporciona asesoramiento, orientación y consejo. Los programas los pueden proporcionar equipos multidisciplinarios de profesionales sanitarios, trabajadores no profesionales especialmente formados o una combinación de trabajadores no profesionales y profesionales. Ésta es una actualización de una revisión publicada por primera vez en 2003 y actualizada en 2010.
El objetivo primario fue evaluar los efectos de los programas que ofrecen apoyo social adicional (emocional, instrumental/tangible e informativo) en comparación con atención habitual, para las embarazadas que se consideran con alto riesgo de parto de recién nacidos prematuros (la gestación de menos de 37 semanas) o pesar menos de 2500 g, o ambos, al nacer. Los objetivos secundarios fueron determinar si la efectividad del apoyo estuvo mediada por el momento de inicio (temprano versus tardío en el embarazo) o el tipo de profesional (profesional sanitario o trabajador no profesional).
Para esta actualización, se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth’s Trials Register), ClinicalTrials.gov, en la WHO International Clinical Trials Registry Platform (ICTRP) el 5 febrero 2018, y en las listas de referencias de los estudios recuperados.
Ensayos aleatorios de apoyo social adicional durante el embarazo en riesgo por un profesional (asistente social, comadrona o personal de enfermería) o trabajador no profesional especialmente formado, en comparación con atención habitual. El apoyo social adicional se definió como alguna forma de apoyo emocional (p.ej., cuidado, empatía, confianza), apoyo tangible/instrumental (p.ej., transporte para asistir a las consultas médicas, visitas domiciliarias complementadas con llamadas telefónicas, ayuda con las responsabilidades domésticas) o apoyo informativo (asesoramiento y orientación acerca de la nutrición, el reposo, control del estrés, consumo de alcohol / drogas recreativas).
Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron los estudios para la inclusión y el riesgo de sesgo, extrajeron los datos y verificaron su exactitud. La calidad de la evidencia se evaluó con los criterios GRADE.
Esta revisión actualizada incluye 25 estudios, con datos de resultado de 11 246 madres y recién nacidos reclutados en 21 estudios. El riesgo general de sesgo de los estudios incluidos se consideró bajo o incierto, principalmente debido al informe limitado o la falta de certeza con respecto a la forma en la que se generó u ocultó la asignación al azar (lo que hizo que la calidad de la mayoría de los resultados se disminuyera a moderada) y la impracticabilidad de cegar a las participantes.
En comparación con la atención habitual, los programas que ofrecen apoyo social adicional a las embarazadas en riesgo pueden reducir ligeramente la cantidad de recién nacidos con un peso al nacer menor de 2500 g de 127 por 1000 a 120 por 1000 (cociente de riesgos [CR] 0,94; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,86 a 1,04; 16 estudios, n = 11 770; evidencia de calidad moderada) y la cantidad de recién nacidos con una edad gestacional menor de 37 semanas al parto de 128 por 1000 a 117 por 1000 (CR 0,92; IC del 95%: 0,84 a 1,01; 14 estudios, n = 12 282; evidencia de calidad moderada), aunque los intervalos de confianza del efecto agrupado de ambos resultados cruzan la línea de ningún efecto, lo que indica que cualquier efecto no es grande. Podría haber poca o ninguna diferencia entre las intervenciones en el resultado mortinato / muerte neonatal (CR 1,11; IC del 95%: 0,88 a 1,41; 15 estudios, n = 12 091; evidencia de baja calidad). Los resultados secundarios de calidad moderada indicaron que probablemente hay una reducción de la cesárea (de 215 por 1000 a 194 por 1000; CR 0,90; IC del 95%: 0,83 a 0,97; 15 estudios, n = 9550), una reducción de la cantidad de ingresos hospitalarios prenatales por participante (CR 0,78; IC del 95%: 0,68 a 0,91; cuatro estudios; n = 787), y una reducción del número medio de episodios de hospitalización (diferencia de medias -0,05; IC del 95%: -0,06 a -0,04; un estudio, n = 1525) en el grupo de apoyo social, en comparación con los controles.
La depresión posnatal y la satisfacción de las pacientes se informaron de diferentes maneras en los estudios que consideraron estos resultados, por lo que los datos no se pudieron incluir en un metanálisis. En un estudio la depresión posnatal pareció ser ligeramente inferior en el grupo de apoyo en las pacientes que se evaluaron con la Edinburgh Postnatal Depression Scale a las ocho a 12 semanas posnatales (CR 0,74; IC del 95%: 0,55 a 1,01; un estudio, n = 1008; evidencia de calidad moderada). En otro estudio, una vez más la depresión posnatal pareció ser ligeramente inferior en el grupo de apoyo a partir de una medida autoinformada evaluada a las seis semanas posnatales (CR 0,85; IC del 95%: 0,69 a 1,05; un estudio, n = 458; evidencia de baja calidad). Una mayor proporción de pacientes de un estudio informó que la atención prenatal fue muy útil en el grupo que recibió apoyo (CR 1,17; IC del 95%: 1,05 a 1,30; un estudio, n = 223; evidencia de calidad moderada), aunque en otro estudio los resultados fueron similares. Otro estudio evaluó la satisfacción con la atención prenatal como "no buena" en 51 de 945 del grupo de apoyo adicional, en comparación con 45 de 942 en el grupo de atención habitual.
Ningún estudio consideró la morbilidad a largo plazo del lactante. Ningún resultado se informó un todos los estudios. El análisis de subgrupos demostró la consistencia del efecto cuando el apoyo lo proporcionaron un profesional sanitario o un trabajador no profesional formado.
Las descripciones del apoyo social adicional por lo general fueron consistentes a través de todos los estudios e incluyeron apoyo emocional, apoyo tangible como las visitas domiciliarias y apoyo informativo.
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