Antecedentes
Alrededor del 70% de los pacientes con epilepsia pueden dejar de presentar convulsiones al recibir tratamiento farmacológico antiepiléptico. El 30% restante de los pacientes con epilepsia puede no responder a los fármacos antiepilépticos y puede continuar presentando convulsiones. Los fármacos más antiguos no previenen las convulsiones en todos los pacientes, y tienen efectos secundarios adversos. Se han desarrollado nuevos fármacos para tratar a los pacientes que no responden a los fármacos más antiguos y para tratar de limitar los efectos secundarios. Estos nuevos fármacos se pueden tomar junto con la medicación que toma el paciente, como un tratamiento "complementario".
Resultados clave
Las búsquedas en seis bases de datos encontraron ocho ensayos controlados aleatorizados (1636 participantes), que comparaban la adición del fármaco antiepiléptico zonisamida a uno o más fármacos antiepilépticos con un placebo, durante un período de 12 semanas, en pacientes con epilepsia focal no controlada.
Al considerar toda la evidencia de los ensayos, se encontró que la frecuencia de las convulsiones se redujo significativamente en los pacientes con epilepsia focal si se agregaba la zonisamida al tratamiento habitual. Los participantes tratados con 300 mg a 500 mg/día de zonisamida tuvieron el doble de probabilidades que los pacientes a los que se les administraron tabletas placebo además de su tratamiento habitual, de presentar una reducción de al menos el 50% en la frecuencia de las convulsiones. Sin embargo, el agregado de la zonisamida al tratamiento habitual se asoció con un aumento de los efectos secundarios, como problemas de coordinación (ataxia), somnolencia (somnolencia), agitación y anorexia.
Certeza de la evidencia
Se consideró que el riesgo de sesgo en los ensayos individuales era bajo, o no hubo suficiente información para decidir. Cinco de los ocho estudios fueron patrocinados por las compañías farmacéuticas que producen la zonisamida. La certeza de la evidencia de los principales desenlaces se consideró moderada. Es probable que las investigaciones posteriores tengan un impacto importante en la confianza en la estimación del efecto y puedan cambiar la estimación. Se necesitan más investigaciones que se concentren en evaluar la respuesta de las diferentes dosis de zonisamida.
La evidencia está actualizada hasta septiembre de 2019.
Cuando se utilizó como tratamiento complementario en pacientes con epilepsia focal no controlada por uno o más fármacos antiepilépticos concomitantes, evidencia de certeza moderada demostró que la zonisamida tuvo más éxito que placebo en la reducción de la frecuencia de las convulsiones en al menos un 50%. No fue posible identificar las dosis mínimas efectivas ni las máximas toleradas. Los ensayos incluidos evaluaron una fase de dosis estable máxima de 18 semanas, por lo que los resultados no se pueden utilizar para confirmar períodos más largos de eficacia en el control de las convulsiones. Los resultados no se pueden extrapolar a la monoterapia ni a pacientes con otros tipos de convulsiones o síndromes de epilepsia.
La mayoría de los pacientes con epilepsia tienen un buen pronóstico y las convulsiones pueden ser bien controladas con la administración de un único agente antiepiléptico; sin embargo, el 30% de estos pacientes desarrolla epilepsia refractaria, especialmente aquellos con convulsiones parciales. En esta revisión, se resumió la evidencia de los ensayos controlados aleatorizados (ECA) de la zonisamida, utilizada como tratamiento complementario para la epilepsia focal no controlada con uno o más fármacos antiepilépticos concomitantes.
Esta es una versión actualizada de la revisión Cochrane publicada anteriormente en 2018.
Evaluar la eficacia y la tolerabilidad de la zonisamida, cuando se utiliza como tratamiento complementario para pacientes con epilepsia focal no controlada por uno o más fármacos antiepilépticos concomitantes.
Para la última actualización, se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane de Estudios (CRS Web) y en MEDLINE Ovid (septiembre de 2019). Además, se estableció contacto con Eisai Limited (fabricantes y licenciatarios de zonisamida) y con expertos en la materia para buscar cualquier estudio en curso o no publicado.
Ensayos controlados aleatorizados, en los que se comparó la zonisamida complementaria con un placebo u otro fármaco antiepiléptico en pacientes con epilepsia focal, no controlada con uno o más fármacos antiepilépticos concomitantes.
Dos autores de la revisión seleccionaron de forma independiente los ensayos para la inclusión, extrajeron los datos, evaluaron el riesgo de sesgo mediante la herramienta Cochrane "Riesgo de sesgo" y evaluaron la calidad de la evidencia mediante el enfoque GRADE. El desenlace principal fue una reducción de al menos el 50% de la frecuencia total de las convulsiones; los desenlaces secundarios fueron: 1) la tolerabilidad; y 2) los efectos adversos. Para los análisis primarios, se utilizó un enfoque por intención de tratar (intention-to-treat analysis). Se calcularon los riesgos relativos (RR) para cada desenlace. Se presentó un resumen de las estimaciones de los efectos y de la certeza de la evidencia de cada desenlace en una tabla de "Resumen de los hallazgos".
No se encontraron estudios nuevos desde la última versión de esta revisión. Se incluyeron ocho estudios (1636 participantes) de versiones anteriores de esta revisión.
El RR general con intervalo de confianza (IC) del 95% para una reducción de al menos el 50% en la frecuencia de las convulsiones para 300 mg a 500 mg/día de zonisamida en comparación con el placebo fue de 1,90 (IC del 95%: 1,63 a 2,22; siete ensayos, 1371 participantes; evidencia de certeza moderada). El RR para la reducción del 50% de la frecuencia de las convulsiones en comparación con placebo para cualquier dosis de zonisamida (100 mg a 500 mg/día) fue 1,86 (IC del 95%: 1,60 a 2,17; siete ensayos, 1429 participantes; evidencia de certeza moderada). El número necesario a tratar para obtener un desenlace beneficioso adicional fue seis (IC del 95%: 4,1 a 6,8). Dos ensayos proporcionaron evidencia de una relación dosis-respuesta para este desenlace. El RR de retirada del tratamiento para 300 mg a 500 mg/día de zonisamida en comparación con placebo fue 1,59 (IC del 95%: 1,18 a 2,13; seis ensayos, 1099 participantes; evidencia de certeza moderada), y para 100 mg a 500 mg/día fue 1,44 (IC del 95%: 1,08 a 1,93; seis ensayos, 1156 participantes; evidencia de certeza moderada). El número necesario a tratar para un desenlace perjudicial adicional fue 15 (IC del 95%: 9,3 a 36,7). Los siguientes efectos adversos tuvieron más probabilidades de asociarse con la zonisamida que con placebo: ataxia (RR 3,85; IC del 99%: 1,36 a 10,93; cuatro ensayos, 734 participantes; evidencia de certeza baja); somnolencia (RR 1,52; IC del 99%: 1,00 a 2,31; ocho ensayos, 1636 participantes; evidencia de certeza moderada); agitación (RR 2,35; IC del 99%: 1,05 a 5,27; cuatro ensayos, 598 participantes; evidencia de certeza baja) y anorexia (RR 2,74; IC del 99%: 1,64 a 4,60; seis ensayos, 1181 participantes; evidencia de certeza baja).
Los dominios de riesgo de sesgo de ocho estudios se consideraron con riesgo de sesgo bajo o incierto, excepto dos estudios que se consideraron con un alto riesgo de sesgo de desgaste. Cinco de los ocho estudios fueron patrocinados por las compañías farmacéuticas que producían zonisamida.
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