Antecedentes
Los fumadores tienen mayores probabilidades de abandonar el hábito cuando lo abandonan otros de su círculo social. También tienen más probabilidades de tener éxito cuando reciben apoyo activo para el abandono. Las parejas, los familiares, los amigos y otros son fuentes viables de apoyo. Esta revisión investigó si las intervenciones diseñadas para preparar o guiar a los individuos que apoyan a los fumadores que tratan de abandonar el hábito ayudaron a más fumadores a abandonar el hábito que los programas para dejar de fumar sin un elemento de apoyo de un compañero.
Características de los estudios
Ésta es una actualización de revisiones anteriores. Se buscaron estudios publicados hasta abril de 2018, y se encontraron tres nuevos estudios que se pudieron incluir, dando un total de 14 estudios con 3370 participantes. Los estudios tenían que ser ensayos controlados aleatorios que reclutaran a fumadores que trataban de abandonar el hábito y midieron si los participantes habían dejado de fumar al menos seis meses después del comienzo del estudio. El estudio tenía que incluir al menos un grupo que formara parte de un programa para dejar de fumar que aumentara el apoyo de un compañero y al menos un grupo que recibiera un programa equivalente para dejar de fumar sin apoyo de un compañero. La mayoría de los estudios se realizaron en Estados Unidos. Al reclutamiento, la cantidad promedio que fumaban los participantes estuvo entre 13 a 29 cigarrillos al día entre los estudios. El estado de fumador del compañero que proporcionó el apoyo varió, pero en su mayoría eran no fumadores. Las técnicas de intervención variaron de intensidad baja a alta; en algunos casos la ayuda se proporcionó mediante un folleto de autoayuda y, en otros casos, mediante asesoramiento presencial. En algunos estudios los investigadores no tuvieron contacto directo con el "compañero" y a los fumadores se les recomendó encontrar un "colega", pero en otros estudios tanto el fumador y su "colega" recibieron apoyo presencial.
Resultados clave
Se combinaron 12 estudios (2818 participantes) para medir el éxito del abandono a los seis a nueve meses de seguimiento y siete estudios (2573 participantes) para medir el abandono a los 12 meses de seguimiento. El apoyo de un compañero no aumentó las probabilidades de dejar de fumar en cualquiera de los puntos temporales. En cada análisis los estudios también se dividieron según el tipo de compañero que proporcionó el apoyo (familiares/amigos/colegas de trabajo versus cónyuges/concubinos versus compañeros del programa para abandonar el hábito). No hubo diferencias en las tasas de abandono entre los grupos de estudio, independientemente del tipo de compañero que proporcionó el apoyo. Solo un estudio informó que el apoyo de un compañero mejoró más en el grupo que proporcionó la intervención de apoyo de un compañero que en el grupo donde no se proporcionó una intervención de apoyo de un compañero. Otro estudio informó que el apoyo de un compañero mejoró más en una intervención más intensiva de apoyo de un compañero que en una intervención menos intensiva de apoyo de un compañero.
Calidad de la evidencia
La calidad general de la evidencia se calificó como baja. Esto se debe a que hubo problemas con el diseño de algunos de los estudios. Algunos estudios importantes solo utilizaron el informe por el participante para medir si había dejado fumar, y existe la posibilidad de que estos informes hayan sido inexactos. Además, muy pocos estudios encontraron que la intervención en realidad aumentó el nivel de apoyo del compañero que recibieron los participantes. Por lo tanto, esta revisión no puede asegurar si recibir más apoyo de un compañero puede ayudar a las personas a dejar de fumar.
Las intervenciones que procuran mejorar el apoyo de un compañero parecen no tener repercusión sobre el aumento de la abstinencia del tabaquismo a largo plazo. Sin embargo, la mayoría de las intervenciones que evaluaron el apoyo de un compañero no mostraron evidencia de que las intervenciones lograran su objetivo, ni de que aumentaran el apoyo del compañero para el abandono del hábito de fumar. Por lo tanto, los estudios de investigación futuros se deben centrar en el desarrollo de intervenciones conductuales que en realidad aumenten el apoyo de un compañero, y probarlas en estudios a pequeña escala, antes de que se pueda justificar la realización de ensayos grandes que evalúen la repercusión sobre el abandono del hábito de fumar.
Aunque están disponibles muchos programas para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito, los estudios de investigación indican que el apoyo individual de un compañero, familiar o de un "colega" puede promover la abstinencia.
Determinar si una intervención para mejorar el apoyo directo de un compañero a los fumadores que intentan abandonar el hábito mejora los resultados de abandono de fumar, en comparación con las intervenciones para abandonar el hábito que carecen de un componente de apoyo de un compañero.
Se limitó la búsqueda al registro especializado del Grupo Cochrane de Adicción al Tabaco (Cochrane Tobacco Addiction Group Specialised Register), que se actualizó en abril de 2018. Esto incluye los resultados de las búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (CENTRAL); MEDLINE (vía OVID); Embase (vía OVID); y en PsycINFO (vía OVID). Los términos de búsqueda utilizados fueron "smoking" ("prevention", "control", "therapy"), "smoking cessation" y "support" ("family", "marriage", "spouse", "partner", "sexual partner", "buddy", "friend", "cohabitant" y "co-worker"). También se revisaron las bibliografías de todos los artículos incluidos para encontrar ensayos adicionales.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios que reclutaron a personas fumadoras. Los ensayos fueron elegibles si tenían al menos un brazo de tratamiento que incluyó una intervención de abandono del hábito de fumar con un componente de apoyo de un compañero, en comparación con una condición control que proporcionó apoyo conductual de intensidad similar, sin el componente de apoyo de un compañero. También se requirió que los ensayos informaran sobre el abandono del hábito de fumar a los seis meses de seguimiento o más.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, identificaron los estudios incluidos a partir de los resultados de la búsqueda y extrajeron los datos de forma estructurada. Un tercer autor de la revisión ayudó a resolver las discrepancias, en línea con los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. La abstinencia del tabaquismo, comprobada bioquímicamente cuando fue posible, fue la medida de resultado primaria y se extrajo en dos intervalos después del tratamiento, cuando fue posible: a los seis a nueve meses y a los 12 meses o más. Se utilizó un modelo de efectos aleatorios para agrupar los cocientes de riesgo de cada estudio y calcular un efecto resumido.
La actualización de la búsqueda identificó 465 citas, que se evaluaron para su elegibilidad. Tres nuevos estudios cumplieron los criterios de inclusión, dando un total de 14 estudios incluidos (n = 3370). La definición de compañero varió entre los estudios. Se compararon intervenciones con el apoyo de un compañero versus intervenciones control a los seis a nueve meses de seguimiento y a los 12 meses o más de seguimiento. También se examinaron los resultados entre tres subgrupos: intervenciones dirigidas a familiares, amigos o compañeros de trabajo; intervenciones dirigidas a cónyuges o pareja con la que vive; e intervenciones dirigidas a compañeros del programa para abandonar el hábito. Todos los estudios proporcionaron las tasas de abandono del hábito de fumar informadas por el participante, con comprobación bioquímica limitada de la abstinencia. El cociente de riesgo (CR) agrupado para la abstinencia fue 0,97 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,83 a 1,14; 12 estudios; 2818 participantes) a los seis a nueve meses y 1,04 (IC del 95%: 0,88 a 1,22; siete estudios; 2573 participantes) a los 12 meses o más después del tratamiento. De los 11 estudios que midieron el apoyo de un compañero al seguimiento, solo dos informaron un aumento significativo del apoyo de un compañero en los grupos de intervención. Uno de estos estudios informó un aumento significativo del apoyo de un compañero en el grupo de intervención, pero los informes de los fumadores con apoyo de un compañero no difirieron significativamente. Se consideró que uno de los estudios incluidos tuvo alto riesgo de sesgo de selección, pero un análisis de sensibilidad indica que este hecho no tuvo repercusión sobre los resultados. También hubo problemas potenciales con el sesgo de detección debido a la falta de validación de la abstinencia en cinco de los 14 estudios; sin embargo, este hecho no es evidente en los resultados estadísticamente homogéneos entre los estudios. La calidad general de la evidencia para los dos resultados primarios se consideró baja al utilizar el sistema GRADE de evaluación de la evidencia. La calidad se disminuyó debido al riesgo de sesgo, ya que se consideró que los estudios con una ponderación alta en los análisis tuvieron alto riesgo de sesgo de detección. Además, un estudio en ambos análisis tuvo una asignación al azar insuficiente. La calidad de la evidencia también se disminuyó por falta de relación directa, ya que muy pocos estudios aportaron evidencia de que las intervenciones probadas en realidad aumentaron la cantidad de apoyo de un compañero recibido por los participantes del grupo de intervención relevante.
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.