Mensajes clave
• Retirar las sondas urinarias a última hora de la noche en lugar de a primera hora de la mañana podría reducir el número de personas que necesitan que se les vuelva a colocar la sonda.
• Retirar las sondas más pronto que tarde, probablemente reduzca el riesgo de infección causada por la sonda y el dolor al orinar. Sin embargo, podría hacer que más personas necesiten que se les vuelva a colocar la sonda.
• Se necesitan más estudios para investigar los efectos del retiro de la sonda urinaria en personas que no han sido operadas.
¿Qué son las sondas urinarias?
Las sondas urinarias son tubos flexibles y huecos que se utilizan para vaciar la vejiga y recogen la orina en una bolsa. Se suelen utilizar durante breves períodos de tiempo en las personas que no pueden orinar por sí mismas, por ejemplo, durante o después de una intervención quirúrgica, o cuando el personal sanitario necesita medir la cantidad de orina de la persona. Uno de los efectos perjudiciales de las sondas es el riesgo de aparición de infecciones de orina. Si las sondas se retiran rápidamente, se reduce el riesgo de infección, pero si se retiran demasiado pronto, podría ser necesario volver a colocarlas.
¿Qué se quería averiguar?
Se quiso investigar los efectos de distintas estrategias sobre los siguientes riesgos:
• necesitar una nueva colocación de la sonda;
• aparición de una infección de orina;
• experimentar dolor al orinar.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que analizaran el uso de sondas urinarias de corta duración en adultos. Se definió corta duración como 14 días o menos. Los estudios se podrían haber realizado en cualquier lugar y los participantes podrían tener cualquier afección o enfermedad.
Se compararon y resumieron los resultados de estos estudios y la confianza en la evidencia se evaluó sobre la base de factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 99 estudios con 12 241 participantes. La mayoría de los participantes eran pacientes quirúrgicos y muchos de los estudios (50) evaluaron solo a mujeres.
Los estudios investigaron:
• retirar la sonda a primera hora de la mañana comparado con a última hora de la noche (13 estudios);
• mantener la sonda más o menos tiempo (68 estudios);
• pinzar la sonda o dejar que drene libremente (siete estudios); y
• dar a los hombres un tratamiento (alfabloqueantes) para relajar la próstata en comparación con ningún tratamiento antes de retirar la sonda (tres estudios). La próstata es una pequeña glándula situada entre el pene y la vejiga.
Retiro a primera hora de la mañana comparado con a última hora de la noche
Retirar la sonda a última hora de la noche podría reducir el riesgo de tener que volver a colocarla en comparación con retirarla a primera hora de la mañana. No se sabe si hay alguna diferencia entre el retiro a primera hora o a última hora del día en la aparición de infección de orina o dolor al orinar.
Uso más corto de la sonda comparado con más largo
Es probable que las personas a las que se les retiran las sondas después de un período de tiempo más corto tengan menos probabilidades de sufrir infecciones de orina y podrían ser menos propensas a experimentar dolor al orinar en comparación con las que mantienen las sondas durante más tiempo. Sin embargo, también se observó que las personas podrían tener más probabilidades de necesitar que se les vuelva a colocar la sonda si la tienen durante un período más corto en comparación con uno más largo.
Pinzamiento
Podría haber poca o ninguna diferencia entre pinzar la sonda y dejar que drene libremente con respecto al riesgo de necesitar volver a colocarla. No está claro si existe alguna diferencia en el riesgo de infección de orina o de dolor al orinar.
Tratamiento para relajar la próstata
No se sabe si la administración de alfabloqueantes antes de retirar la sonda tiene algún efecto sobre la necesidad de volver a colocarla o el riesgo de sufrir una infección de orina. No hubo evidencia acerca del riesgo de experimentar dolor al orinar.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Muchos de los ensayos incluidos tenían deficiencias en su diseño, no incluyeron a suficientes personas o no proporcionaron suficientemente información sobre sus resultados. Esto significa que la confianza en la evidencia es limitada.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta el 17 de marzo de 2020.
Existe cierta evidencia que indica que el retiro de las sondas uretrales permanentes a última hora de la noche en lugar de a primera hora de la mañana podría reducir el número de personas que requieren un nuevo sondaje. Parece que el retiro de la sonda después de una duración más corta en comparación con una más prolongada probablemente reduce el riesgo de IUAS sintomática y podría reducir el riesgo de disuria. Sin embargo, podría hacer que más personas necesiten un nuevo sondaje. El resto de la evidencia relacionada con el riesgo de IUAS sintomática y disuria es demasiado incierta para poder establecer conclusiones.
Debido a la certeza baja de la mayoría de la evidencia presentada en esta revisión, es probable que los resultados de nuevos estudios de investigación cambien los hallazgos y tengan repercusión adicional en la práctica clínica. Esta revisión sistemática ha destacado la necesidad de un conjunto estandarizado de desenlaces básicos, que deberán ser medidos e informados por todos los ensayos futuros que comparen estrategias para la extracción de sondas urinarias de corta duración. Los ensayos futuros también deberían estudiar los efectos de la extracción de la sonda uretral permanente a corto plazo en pacientes no quirúrgicos.
El sondaje urinario es un procedimiento frecuente, ya que aproximadamente a entre el 15% y el 25% de todas las personas ingresadas en el hospital se les realiza un sondaje uretral permanente de corta duración (14 días o menos) en algún momento de la atención. Sin embargo, el uso del sondaje urinario se asocia con un mayor riesgo de aparición de infección urinaria. La infección urinaria asociada con el sondaje (IUAS) es una de las infecciones nosocomiales más frecuentes. Se calcula que alrededor del 20% de las bacteriemias nosocomiales provienen del tracto urinario y se asocian con una mortalidad de alrededor del 10%.
Esta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2005 y actualizada por última vez en 2007.
Evaluar los efectos de las estrategias para el retiro de sondas permanentes de corta duración (hasta 14 días) en adultos.
Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Incontinencia (Cochrane Incontinence) que contiene ensayos identificados en CENTRAL, MEDLINE, MEDLINE In-Process, MEDLINE Epub Ahead of Print, CINAHL, ClinicalTrials.gov, la ICTRP de la OMS y búsquedas manuales en revistas y resúmenes de congresos (búsqueda del 17 de marzo de 2020) y en las listas de referencias de artículos relevantes.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ensayos cuasialeatorizados que evaluaron la efectividad de las prácticas empleadas en el retiro de sondas uretrales permanentes a corto plazo en adultos por cualquier motivo y en cualquier contexto.
Dos autores de la revisión realizaron el cribado de los resúmenes y del texto completo de todos los artículos pertinentes. Dos autores de la revisión, de forma independiente, realizaron la evaluación del riesgo de sesgo, la extracción de los datos y la evaluación con el método GRADE.
Se incluyeron 99 ensayos con 12 241 participantes. Se consideró que la mayoría de los ensayos tuvo riesgo bajo o incierto de sesgo de selección y detección y riesgo alto de sesgo de realización. También se consideró que la mayoría de los ensayos tuvo un riesgo bajo de sesgo de desgaste y de notificación. Ninguno de los ensayos informó sobre la calidad de vida. La mayoría de los participantes de los ensayos se había sometido a algún tipo de procedimiento quirúrgico.
Trece ensayos con 1506 participantes compararon la extracción de sondas uretrales permanentes de corta duración en un momento del día (grupo de retiro a primera hora de la mañana, entre las 6:00 y las 7:00) versus otro (grupo de extracción a última hora de la noche, entre las 22:00 y la medianoche). La extracción de la sonda a última hora de la noche podría reducir ligeramente el riesgo de necesitar un nuevo sondaje en comparación con la extracción a primera hora de la mañana (razón de riesgos [RR] 0,71; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,53 a 0,96; diez ECA, 1920 participantes; evidencia de certeza baja). No se sabe si hay alguna diferencia entre el retiro a primera hora o a última hora del día en el riesgo de aparición de IUAS sintomática (RR 1,00; IC del 95%: 0,61 a 1,63; un ECA, 41 participantes; evidencia de certeza muy baja). No se sabe con certeza si el momento del día influye en el riesgo de disuria (RR 2,20; IC del 95%: 0,70 a 6, 86; un ECA, 170 participantes; evidencia de certeza baja).
Las duraciones cortas versus prolongadas del sondaje se compararon en 68 ensayos con 9247 participantes. Las duraciones más cortas podrían aumentar el riesgo de necesitar un nuevo sondaje comparadas con las más prolongadas (RR 1,81; IC del 95%: 1,35 a 2,41; 44 ensayos, 5870 participantes; evidencia de certeza baja), pero probablemente reducen el riesgo de IUAS sintomática (RR 0,52; IC del 95%: 0,45 a 0,61; 41 ECA, 5759 participantes; evidencia de certeza moderada) y podrían reducir el riesgo de disuria (RR 0,42; IC del 95%: 0,20 a 0,88; siete ECA, 1398 participantes; evidencia de certeza baja).
Siete ensayos con 714 participantes compararon las políticas de pinzamiento de la sonda versus drenaje libre. Podría haber poca o ninguna diferencia entre pinzar la sonda y dejar el drenaje libre con respecto al riesgo de necesitar un nuevo sondaje (RR 0,82; IC del 95%: 0,55 a 1,21; cinco ECA, 569 participantes; evidencia de certeza baja). No se sabe si hay alguna diferencia en el riesgo de aparición de IUAS sintomática (RR 0,99; IC del 95%: 0,60 a 1,63; dos ECA, 267 participantes; evidencia de certeza muy baja) o en la disuria (RR 0,84; IC del 95%: 0,46 a 1,54; un ensayo, 79 participantes; evidencia de certeza muy baja).
Tres ensayos con 402 participantes compararon el uso de alfabloqueantes profilácticos con ninguna intervención o placebo. No se sabe si hay los alfabloqueantes profilácticos antes de la extracción de la sonda tienen algún efecto en el riesgo de necesitar un nuevo sondaje (RR 1,18; IC del 95%: 0,58 a 2,42; dos ECA, 184 participantes; evidencia de certeza muy baja) o en el riesgo de aparición de IUAS sintomática (RR 0,20; IC del 95%: 0,01 a 4,06; un ensayo, 94 participantes; evidencia de certeza muy baja). Ninguno de los ensayos incluidos que investigaron los alfabloqueantes profilácticos informó del número de participantes con disuria.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.