Mensajes clave
Los dispositivos electrónicos o robóticos de entrenamiento de la marcha más la fisioterapia ayudan volver a caminar de manera autónoma a las personas tras un ictus. Podrían beneficiar específicamente a las personas en los tres primeros meses después de un ictus, así como a las personas que no pueden caminar.
Se necesitan más estudios para averiguar con qué frecuencia y durante cuánto tiempo deben utilizarse estos dispositivos.
¿Qué es un ictus?
Un ictus ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre a una parte del cerebro, lo cual bloquea el suministro de oxígeno y nutrientes a las células cerebrales. Esto causa un ataque repentino de debilidad que suele afectar a un lado del cuerpo. Si se detiene el suministro de sangre al cerebro, las células cerebrales comienzan a morir. Este hecho puede dar lugar a lesión cerebral, discapacidad y posiblemente a la muerte.
Las personas que sobreviven a un ictus a menudo mantienen problemas a largo plazo causados por una lesión en el cerebro. Pueden sentir que las actividades físicas, como caminar, son difíciles debido al debilitamiento de los músculos de las piernas de un lado del cuerpo, la rigidez de las articulaciones o la falta de coordinación. Es posible que las personas necesiten una larga rehabilitación, que incluya fisioterapia, antes de poder recuperar su autonomía anterior. La fisioterapia incluye ejercicios, masajes, entrenamiento de habilidades y tratamiento eléctrico para ayudar a las personas a recuperar el movimiento.
Caminar después de un ictus
Mejorar la marcha es una de las metas principales de la rehabilitación tras un ictus. Se han desarrollado dispositivos robóticos (programados para moverse y realizar ciertas tareas de manera automática) y dispositivos mecánicos accionados eléctricamente (electromecánicos) para ayudar a las personas a mejorar su marcha (forma de andar). Las personas que tienen dificultades para caminar necesitan mucha práctica para caminar.
¿Por qué se ha realizado esta revisión Cochrane?
Los dispositivos de entrenamiento de la marcha permiten que las personas que no pueden caminar tengan una práctica intensiva de la marcha, sin necesidad de mucho apoyo físico de su terapeuta mientras practican la marcha.
Se deseaba conocer si los dispositivos de entrenamiento de la marcha podrían ayudar a caminar mejor a las personas que han sufrido un ictus.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que analizaran el uso de dispositivos de entrenamiento de la marcha para ayudar a las personas a aprender a caminar de nuevo tras un ictus. El interés se centró en averiguar:
• cuántas personas podrían caminar de manera autónoma;
• a qué velocidad podrían caminar las personas;
• qué distancia podrían recorrer en seis minutos;
• cuántas personas abandonaron el estudio; y
• cuántas personas murieron.
Se buscaron los estudios en los que los tratamientos que recibieron las personas se decidieron al azar. Este tipo de estudios suele proporcionar la evidencia más fiable sobre los efectos de un tratamiento.
Fecha de búsqueda: se incluyó evidencia publicada hasta enero de 2020.
Qué se encontró
Se encontraron 62 estudios en 2440 adultos (edad media de 47 a 76 años) que sufrieron un ictus y estaban aprendiendo a caminar de nuevo. Se compararon los efectos de la fisioterapia más los dispositivos electromecánicos y robóticos para el entrenamiento de la marcha con los efectos de la fisioterapia sola o con la atención habitual. En la mayoría de estudios el período de entrenamiento duró entre tres y cuatro semanas; la duración más corta fue de diez días y la más larga de ocho semanas.
¿Cuáles son los resultados de la revisión?
Al final del entrenamiento, en comparación con la fisioterapia o la atención habitual, el uso de un dispositivo de entrenamiento de la marcha junto con fisioterapia:
• ayudó a más personas a caminar de manera autónoma (38 estudios; 1567 personas);
• podría haber aumentado la velocidad media de marcha de las personas (42 estudios; 1600 personas);
• probablemente no aumentó la distancia que podían recorrer las personas en seis minutos (24 estudios; 983 personas); y
• probablemente no aumentó el número de personas que abandonaron el estudio, ni cuántas murieron (62 estudios; 2440 personas).
Por cada ocho personas tratadas con un dispositivo junto con fisioterapia, una persona más pudo caminar de forma autónoma al final del tratamiento.
¿Qué fiabilidad tienen los resultados?
Existe confianza en que los dispositivos de entrenamiento de la marcha junto con la fisioterapia ayudan a más personas a caminar de manera autónoma que la fisioterapia o la atención habitual solas. Es poco probable que la evidencia futura modifique este resultado.
Existe una seguridad moderada en los efectos de estos dispositivos junto con la fisioterapia sobre la distancia caminada en seis minutos, cuántas personas abandonaron el estudio y cuántas murieron. No obstante, estos resultados podrían cambiar cuando se disponga de más evidencia.
Existe menos confianza en los efectos de estos dispositivos sobre la velocidad de la marcha; es probable que este resultado cambie con la evidencia futura.
Los pacientes que reciben entrenamiento de marcha asistido por aparatos electromecánicos en combinación con fisioterapia después de un accidente cerebrovascular tienen mayores probabilidades de caminar de forma autónoma que los pacientes que reciben entrenamiento de marcha sin estos dispositivos. Se concluyó que ocho pacientes deben ser tratados para prevenir una dependencia para caminar. En concreto, este tipo de intervención parece beneficiar más a las personas que se encuentran en los tres primeros meses después del accidente cerebrovascular y las que no son capaces de caminar. La función del tipo de dispositivo aún no está clara. Los estudios de investigación adicionales deben consistir en ensayos de fase III pragmáticos definitivos y grandes para abordar preguntas específicas acerca de la frecuencia y la duración más efectiva del entrenamiento de la marcha electromecánico, así como cuánto tiempo puede durar el efecto beneficioso. Los ensayos futuros deberán considerar el tiempo desde el accidente cerebrovascular en el diseño del estudio.
Los dispositivos de entrenamiento de marcha electromecánicos y robotizados se utilizan en la rehabilitación y podrían ayudar a mejorar la marcha después de un accidente cerebrovascular. Ésta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2007 y actualizada previamente en 2017.
Primario
• Determinar si los dispositivos de entrenamiento de marcha electromecánicos y robotizados versus la atención normal mejoran la marcha después de un accidente cerebrovascular
Secundario
• Determinar si los dispositivos de entrenamiento de marcha electromecánicos y robotizados versus la atención normal después de un accidente cerebrovascular mejoran la velocidad de la marcha, la capacidad de caminar, la aceptabilidad y la mortalidad por todas las causas hasta el final de la fase de intervención.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrovasculares (Cochrane Stroke Group) (última búsqueda el 6 de enero de 2020); en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL; número 1, 2020), en la Biblioteca Cochrane; MEDLINE; en Ovid (1950 al 6 de enero de 2020); Embase (1980 al 6 de enero de 2020); el Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL; 1982 al 20 de noviembre de 2019); la Allied and Complementary Medicine Database (AMED; 1985 al 6 de enero de 2020); Web of Science (1899 al 7 de enero de 2020); SPORTDiscus (1949 al 6 de enero de 2020); la Physiotherapy Evidence Database (PEDro el 7 de enero de 2020); y las bases de datos de ingeniería COMPENDEX (1972 al 16 de enero de 2020) e Inspec (1969 al 6 de enero de 2020). Se realizaron búsquedas manuales de las actas de congresos relevantes, se realizó una búsqueda de ensayos y registros de investigación, se comprobaron las listas de referencias y se estableció contacto con los autores de los ensayos con la finalidad de identificar ensayos adicionales publicados, no publicados y en curso.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados y los ensayos controlados aleatorizados cruzados que incluyeron a pacientes de más de 18 años de edad con diagnóstico de accidente cerebrovascular de cualquier gravedad, en cualquier estadio o en cualquier contexto, que evaluaron los dispositivos de entrenamiento de marcha electromecánicos y robóticos versus la atención habitual.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los ensayos para la inclusión, evaluaron la calidad metodológica y el riesgo de sesgo, y extrajeron los datos. La calidad de la evidencia se evaluó mediante el enfoque GRADE. El desenlace principal fue la proporción de participantes que caminaron de forma autónoma durante el seguimiento.
En esta revisión se incluyeron 62 ensayos con 2440 participantes. El entrenamiento dela marcha asistido por aparatos electromecánicos en combinación con fisioterapia aumentó las probabilidades de que los participantes fueran autónomos al caminar (odds ratio [efectos aleatorios] 2,01; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,51 a 2,69; 38 estudios, 1567 participantes; p < 0,00001; I² = 0%; evidencia de alta calidad) y aumentó la velocidad media al caminar (diferencia de medias [DM] 0,06 m/s, IC del 95%: 0,02 a 0,10; 42 estudios, 1600 participantes; P = 0,004; I² = 60%; evidencia de calidad baja) pero no mejoró la capacidad media de caminar (DM 10,9 metros caminados en 6 minutos, IC del 95%: -5,7 a 27,4; 24 estudios, 983 participantes; P = 0,2; I² = 42%; evidencia de calidad moderada). El entrenamiento de la marcha asistida por dispositivos electromecánicos no aumentó el riesgo de abandono del estudio durante la intervención, ni el riesgo de muerte por todas las causas. Los resultados se deben interpretar con cautela porque: 1) algunos ensayos investigaron a pacientes que eran independientes en cuanto a caminar al inicio de estudio; 2) se encontraron variaciones entre los ensayos con respecto a los dispositivos utilizados y a la duración y la frecuencia del tratamiento, y 3) algunos ensayos incluyeron dispositivos con estimulación eléctrica funcional. El análisis post hoc mostró que las personas que no deambulaban al comienzo de la intervención podrían beneficiarse con este tipo de entrenamiento, pero las que deambulaban podrían no obtener beneficio alguno. El análisis post hoc no mostró diferencias entre los tipos de dispositivos utilizados en los estudios con respecto a la capacidad para caminar, pero reveló diferencias entre los dispositivos en cuanto a la velocidad y la capacidad para caminar.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.