Mensajes clave
- No están claros los efectos beneficiosos del tratamiento con ultrasonidos y ondas de choque para mejorar la calidad de vida de las personas tras una fractura ósea.
- Es probable que el tratamiento con ultrasonidos no influya en la curación del hueso.
- El tratamiento con ondas de choque podría reducir muy ligeramente el dolor un mes después de la lesión en personas que tienen un hueso roto en el muslo o la tibia. Sin embargo, es poco probable que esta reducción del dolor sea importante.
- Se necesitan más estudios grandes y bien diseñados para comprobar si los ultrasonidos y el tratamiento con ondas de choque ayudan a curar los huesos rotos.
¿Por qué es importante tratar las fracturas óseas recientes?
A veces, los huesos rotos tardan más en curarse o incluso pueden no curarse del todo. Esto puede reducir la calidad de vida de las personas y aumentar el tiempo necesario para volver a sus actividades normales (como el trabajo). Un tratamiento que pueda ayudar al hueso a curarse sería beneficioso para garantizar la curación de los huesos rotos. Las ondas sonoras pueden ayudar a los huesos rotos a formar hueso nuevo estimulando la zona. Las personas pueden ser tratadas mediante ondas sonoras por ultrasonidos o tratamiento de ondas de choque. Ambos tratamientos consisten en colocar un dispositivo especial en contacto con la piel que recubre el sitio de la fractura durante unos 20 minutos al día. El tratamiento con ultrasonido utiliza ondas sonoras de baja energía, en comparación con el tratamiento por ondas de choque, que utiliza ondas sonoras de alta energía que se sienten como vibraciones en la zona sobre la que se aplica.
¿Qué se quería averiguar?
Se quería averiguar si los ultrasonidos o el tratamiento con ondas de choque ayudan a que los huesos recientemente rotos se curen más rápidamente. También se quería averiguar si mejoraba la calidad de vida de las personas y la funcionalidad del hueso lesionado (por ejemplo, si las personas son capaces de realizar las mismas actividades cotidianas, como caminar o cepillarse el pelo, que antes de la lesión), reducía el dolor y ayudaba a las personas a reincorporarse más rápidamente a sus actividades normales (como el trabajo).
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios en personas con una fractura ósea reciente. Los estudios compararon:
- ultrasonidos de baja o alta intensidad con ningún tratamiento o un tratamiento simulado. El tratamiento simulado utilizó un dispositivo parecido a los ultrasonidos o las ondas de choque, pero que no era real.
- tratamiento con ondas de choque con ningún tratamiento o tratamiento simulado.
Se compararon y resumieron los resultados y se calificó la confianza en la evidencia según factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 21 estudios, que incluían a 1517 personas con fracturas óseas recientes. Veinte estudios evaluaron el tratamiento con ultrasonido de baja intensidad y un estudio evaluó el tratamiento con ondas de choque. Ningún estudio evaluó el ultrasonido de alta intensidad. El estudio más grande se realizó en 501 personas y el más pequeño en 20. Se realizaron estudios en diez países diferentes de todo el mundo.
Resultados clave
En cuanto al tratamiento con ultrasonidos, no está claro si tiene algún efecto sobre la calidad de vida de las personas, el tiempo hasta la curación del hueso roto, el dolor o si este tratamiento tiene efectos secundarios. Es probable que este tratamiento no influya en el número de huesos que se curan mucho más tarde de lo esperado o que no se curan en absoluto, y podría ser que tampoco influya en el tiempo que se tarda en volver al trabajo. No se encontraron estudios con ultrasonido que informaran sobre resultados de la funcionalidad.
Se determinó que el tratamiento con ondas de choque podría reducir muy ligeramente el dolor en personas con fracturas óseas en el muslo o la espinilla, pero no de forma importante. No está claro si el tratamiento con ondas de choque reduce el número de huesos que se curan mucho más tarde de lo esperado o que no se curan en absoluto. Ningún estudio sobre ondas de choque informó acerca de resultados sobre la calidad de vida, la funcionalidad, el tiempo de reincorporación al trabajo ni el tiempo de curación del hueso roto.
Principales limitaciones
La mayoría de los estudios eran pequeños y no informaron acerca de todos los resultados que interesaban. Muchas personas no completaron el estudio y no se conocen los resultados de estas personas que faltan. Es posible que algunas personas supieran qué tratamiento estaban recibiendo cuando no se utilizó un aparato de simulación. También se encontró que había muchas diferencias entre los resultados de los distintos estudios. En general, esto significa que no se tiene confianza en la mayoría de las conclusiones.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta revisión actualiza una revisión anterior. La evidencia está actualizada hasta marzo de 2022.
No se tiene certeza acerca de la efectividad del tratamiento con ultrasonido ni las ondas de choque para las fracturas agudas en cuanto a las medidas de desenlace informadas por los pacientes (MDIP), sobre las cuales pocos estudios proporcionaron datos. Es probable que el USBI dé lugar a una diferencia mínima o nula en el retraso de la consolidación o la no consolidación. Los ensayos futuros deben ser doble ciego, aleatorizados, controlados con placebo, que registren MDIP validadas y realicen un seguimiento de todos los participantes del ensayo. Aunque el tiempo hasta la consolidación es difícil de medir, se debe determinar la proporción de participantes que logran la consolidación clínica y radiográfica en cada punto de seguimiento, junto con el cumplimiento del protocolo del estudio y el coste del tratamiento, con el fin de documentar mejor la práctica clínica.
La morbilidad y los costes socioeconómicos de las fracturas son considerables. El tiempo transcurrido hasta la consolidación es un factor importante para determinar la recuperación de una persona después de una fractura. Los ultrasonidos pueden desempeñar una función terapéutica en la reducción del tiempo hasta la consolidación tras una fractura mediante la estimulación de los osteoblastos y otras proteínas formadoras de hueso. Esta es una actualización de una revisión publicada anteriormente en febrero de 2014.
Evaluar los efectos del ultrasonido de baja intensidad (USBI), el ultrasonido focalizado de alta intensidad (USFAI) y los tratamientos con ondas de choque extracorpóreas (TOCEC) como parte del tratamiento de las fracturas agudas en adultos.
Se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), en MEDLINE, Embase (1980 a marzo de 2022), Orthopaedic Proceedings, además de registros de ensayos y las listas de referencias de los artículos.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados con participantes mayores de 18 años de edad con fracturas agudas (completas o por sobrecarga) tratados con USBI, USFAI o con TOCEC versus un control o un control con placebo.
Se utilizó la metodología estándar prevista por Cochrane. Se recopilaron datos para los siguientes desenlaces fundamentales: calidad de vida informada por el participante, mejoría funcional cuantitativa, tiempo para volver a las actividades normales, tiempo hasta la consolidación de la fractura, dolor, retraso en la consolidación o no consolidación de la fractura. También se recogieron datos sobre los eventos adversos relacionados con el tratamiento. Se recopilaron datos a corto plazo (hasta tres meses después de la cirugía) y a medio plazo (después de tres meses de la cirugía).
Se incluyeron 21 estudios, con 1543 fracturas en 1517 participantes; dos estudios fueron ensayos controlados cuasialeatorizados. Veinte estudios analizaron el USBI y un ensayo analizó el TOCEC; ningún estudio analizó el USFAI. Cuatro estudios no informaron acerca de ninguno de los desenlaces importantes.
Todos los estudios tenían riesgo de sesgo incierto o alto en al menos un dominio. La certeza de la evidencia se disminuyó por imprecisión, riesgo de sesgo e inconsistencia.
USBI versus control (20 estudios, 1459 participantes)
Se encontró evidencia de certeza muy baja del efecto del USBI sobre la calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS) medida con el SF-36 hasta un año después de la cirugía por fracturas de miembros inferiores (diferencia de medias [DM] 0,06; intervalo de confianza [IC] del 95%: -3,85 a 3,97; favorece a USBI; tres estudios, 393 participantes). Este resultado fue compatible con una diferencia clínicamente importante de 3 unidades tanto con el USBI como con el control. Podría haber poca o ninguna diferencia en el tiempo de reincorporación al trabajo después de fracturas completas de miembros superiores o inferiores (DM 1,96 días, IC del 95%: -2,13 a 6,04; a favor del control; dos estudios, 370 participantes; evidencia de certeza baja).
Probablemente haya poca o ninguna diferencia en el retraso en la consolidación o en la no consolidación hasta 12 meses después de la cirugía (RR 1,25; IC del 95%: 0,50 a 3,09; favorece el control; siete estudios, 746 participantes; evidencia de certeza moderada). Aunque los datos del retraso y la no consolidación incluían tanto las extremidades superiores como las inferiores, se observó que no hubo incidencias de retraso o no consolidación en las fracturas de las extremidades superiores. No se agruparon los datos para el tiempo hasta la consolidación de la fractura (11 estudios, 887 participantes; evidencia de certeza muy baja) debido a la importante heterogeneidad estadística que no se pudo explicar. En las fracturas de miembros superiores, las DM variaron entre 0,32 y 40 días menos hasta la consolidación de la fractura con el USBI. En las fracturas de miembros inferiores, las DM variaron entre 88 días menos y 30 días más hasta la consolidación de la fractura. Tampoco se agruparon los datos relacionados con el dolor experimentado un mes después de la cirugía en personas con fracturas de miembros superiores (dos estudios, 148 participantes; evidencia de certeza muy baja) debido a la importante heterogeneidad estadística no explicada. Mediante una escala visual analógica de 10 puntos, un estudio informó de que hubo menos dolor con el USBI (DM -1,7; IC del 95%: -3,03 a -0,37; 47 participantes) y el efecto fue menos preciso en el otro estudio (DM -0,4; IC del 95%: -0,61 a 0,53; 101 participantes). Se encontró poca o ninguna diferencia en la irritación de la piel (un posible evento adverso relacionado con el tratamiento) entre los grupos, pero se consideró que la certeza de la evidencia de este pequeño estudio era muy baja (RR 0,94; IC del 95%: 0,06 a 14,65; un estudio, 101 participantes). Ningún estudio aportó datos sobre la recuperación funcional. Los datos sobre el cumplimiento del tratamiento no se proporcionaron de forma consistente en todos los estudios, pero en general se describieron como buenos. Un estudio proporcionó datos sobre los costes, con costes directos, así como costes directos e indirectos combinados, más elevados con el uso del USBI.
TOCEC versus control (un estudio, 56 participantes)
No está claro si el TOCEC reduce el dolor 12 meses después de la cirugía en las fracturas de miembros inferiores (DM -0,62; IC del 95%: -0,97 a -0,27; favorece al TOCEC); la diferencia entre las puntuaciones de dolor probablemente no sea clínicamente importante y la certeza de la evidencia es muy baja. Tampoco está claro el efecto del TOCEC sobre el retraso o la no consolidación a los 12 meses porque la certeza de esta evidencia es muy baja (RR 0,56; IC del 95%: 0,15 a 2,01; un estudio, 57 participantes). No se produjeron eventos adversos relacionados con el tratamiento. Este estudio no aportó datos sobre la CdVRS, la recuperación funcional, el tiempo para volver a las actividades normales ni el tiempo hasta la consolidación de la fractura. Además, no se disponía de datos sobre la adherencia ni el coste.
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