Pregunta de la revisión
Se examinaron las pruebas sobre las intervenciones no farmacológicas (es decir, tratamientos sin fármacos) para mejorar el sueño en adultos en estado grave.
Antecedentes
El sueño es fundamental para permitirles a los adultos en la unidad de cuidados intensivos (UCI) recuperarse de sus enfermedades. Sin embargo, los adultos en la UCI a menudo presentan trastornos frecuentes del sueño o una falta de sueño. Los motivos de la interrupción del sueño pueden incluir la enfermedad subyacente, los tratamientos molestos, el estrés psicológico o el propio ambiente de la UCI.
Las intervenciones para la promoción del sueño incluyen tratamientos farmacológicos e intervenciones no farmacológicas. Los fármacos pueden producir efectos secundarios como la reducción de la capacidad de pensar claramente y efectos negativos en la respiración y también pueden interferir con los patrones normales del sueño y dar lugar al riesgo de tolerancia o farmacodependencia. Por lo tanto, las intervenciones no farmacológicas como la reducción del ruido, la terapia con música, los tratamientos complementarios y alternativos y el apoyo social, se han investigado y se recomiendan para mejorar el sueño en los adultos en estado grave.
Fecha de la búsqueda
Las pruebas están actualizadas hasta junio de 2014.
Características de los estudios
Se encontraron 30 ensayos con 1569 participantes y las intervenciones incluyeron cambios en el tipo y contexto del respirador, tapones para los oídos y máscaras para los ojos, terapia de relajación, inducción del sueño con música, masaje, baños de los pies, aromaterapia, acupresión con valeriana, enmascaramiento sonoro y cambio de las horas de visitas de los miembros de la familia. Se evaluaron los efectos de estas intervenciones sobre los resultados del sueño (p.ej. calidad y cantidad del sueño), duración de la estancia en la UCI, aparición de delirios, otros eventos adversos y muerte.
Resultados clave y calidad de las pruebas
En general, la calidad de las pruebas para un efecto de las intervenciones sobre cualquiera de los resultados fue baja o muy baja. Normalmente se intentaría agrupar los resultados de los ensayos similares de cada intervención, pero fue difícil porque el diseño de los ensayos varió mucho. Fue posible combinar los resultados de tres ensayos de tapones para los oídos y máscaras para los ojos y se encontró que su uso aumentó el número de horas de sueño y evitó el delirio en adultos en la UCI. Sin embargo, no hubo certeza acerca de estos resultados debido a problemas con la forma en la que se realizaron los ensayos.
También hubo algunas pruebas de baja calidad de cuatro estudios de que la música puede mejorar la calidad y la cantidad subjetivas del sueño, pero no fue posible agrupar los datos. De manera similar, un escaso número de estudios encontró que las técnicas de relajación, el masaje de los pies, la acupresión, la intervención de enfermería o social y el enmascaramiento sonoro pueden proporcionar mejorías pequeñas en la calidad y la cantidad del sueño informadas por el participante o evaluadas por el personal de enfermería, pero la calidad de las pruebas fue baja. Los efectos de las intervenciones sobre los resultados objetivos del sueño (p.ej. sueño medido con una máquina) variaron: la mayoría de los estudios que examinaron el uso de tapones para los oídos y máscaras para los ojos no encontró efectos beneficiosos, y aunque los resultados de seis ensayos de las modalidades de respirador indicaron que ciertos contextos del respirador podrían ofrecer efectos beneficios sobre otros, los resultados de los ensayos individuales no siempre coincidieron entre sí. Solamente un estudio midió la duración de la estancia en la UCI y no encontró efectos significativos de los tapones para los oídos más las máscaras para los ojos. Ninguno de los estudios incluidos examinó los resultados económicos, el riesgo de trastornos de estrés postraumático o las muertes. Los ensayos no informaron claramente los efectos adversos, aunque hubo pruebas de muy baja calidad de que la modalidad de respirador podría influir en ciertos efectos adversos que pueden ocurrir cuando los pacientes están en un respirador. En resumen, se necesitan estudios de investigación adicionales bien diseñados y realizados para fortalecer las pruebas del uso de estas intervenciones para mejorar el sueño en los adultos en estado grave.
La calidad de las pruebas existentes en relación con el uso de intervenciones no farmacológicas para la promoción del sueño en adultos en la UCI fue baja o muy baja. Se encontraron algunas pruebas de que el uso de tapones para los oídos o máscaras para los ojos, o ambos, puede tener efectos beneficiosos sobre el sueño y la incidencia de delirio en esta población, aunque la calidad de las pruebas fue baja. Se necesitan estudios de investigación adicionales de alta calidad para fortalecer la base de pruebas.
Los adultos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) a menudo presentan falta de sueño o interrupciones frecuente del sueño. Las intervenciones no farmacológicas pueden mejorar la duración y la calidad del sueño y disminuir el riesgo de trastornos del sueño, delirio, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la duración de la estancia en la UCI. Sin embargo, no existen pruebas claras de la efectividad y los efectos perjudiciales de diferentes intervenciones no farmacológicas para la promoción del sueño en adultos ingresados en la UCI.
Evaluar la eficacia de las intervenciones no farmacológicas para la promoción del sueño en adultos en estado grave en la UCI.
Establecer si las intervenciones no farmacológicas son seguras y clínicamente eficaces para mejorar la calidad del sueño y reducir la duración de la estancia en la UCI de los adultos en estado grave.
Establecer si las intervenciones no farmacológicas son eficaces en función de los costos.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, 2014, número 6), MEDLINE (OVID, 1950 hasta junio 2014), EMBASE (1966 hasta junio 2014), CINAHL (Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature, 1982 hasta junio 2014), Institute for Scientific Information (ISI) Web of Science (1956 hasta junio 2014), CAM on PubMed (1966 hasta junio 2014), Alt HealthWatch (1997 hasta junio 2014), PsycINFO (1967 hasta junio 2014), la China Biological Medicine Database (CBM-disc, 1979 hasta junio 2014), y la China National Knowledge Infrastructure (CNKI Database, 1999 hasta junio 2014). También se buscó en los siguientes archivos y registros hasta junio 2014: ProQuest Dissertations & Theses Global, the US National Institutes of Health Ongoing Trials Register (www.clinicaltrials.gov), el metaRegister of Controlled Trials (ISRCTN Register) (www.controlled-trials.com), el Chinese Clinical Trial Registry (www.chictr.org.cn), el Clinical Trials Registry-India (www.ctri.nic.in), el Grey Literature Report from the New York Academy of Medicine Library (www.greylit.org), OpenGrey (www.opengrey.eu), y en la World Health Organization International Clinical Trials Registry platform (www.who.int/trialsearch). Se realizaron búsquedas manuales en listas de referencias y revistas de cuidados críticos, y se estableció contacto con expertos para identificar datos relevantes no publicados.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) y cuasialeatorios que evaluaron los efectos de las intervenciones no farmacológicas para la promoción del sueño en adultos en estado grave (18 años de edad y más) durante el ingreso a la unidad de cuidados intensivos o UCI.
Dos autores de forma independiente examinaron los resultados de búsqueda y evaluaron el riesgo de sesgo en los ensayos seleccionados. Un autor extrajo los datos y un segundo autor verificó su exactitud y completitud. Cuando fue posible, los resultados se combinaron en metanálisis mediante las diferencias de medias y las diferencias de medias estandarizadas para los resultados continuos y los cocientes de riesgos para los resultados dicotómicos. En esta revisión se utilizaron las puntuaciones posteriores a la prueba.
Se incluyeron en esta revisión 30 ensayos con un total de 1569 participantes. Se incluyeron los ensayos de modalidad o tipo de respirador, tapones para los oídos o máscaras para los ojos, o ambos, masaje, intervenciones de relajación, baños de pies, intervenciones con música, intervenciones de enfermería, acupresión con valeriana, aromaterapia y enmascaramiento sonoro. Los resultados incluyeron resultados objetivos del sueño, calidad y cantidad subjetivas del sueño, riesgo de delirio, satisfacción del participante, duración de la estancia en la UCI y eventos adversos. Se investigó la heterogeneidad clínica (p.ej. población participante, resultados medidos) y la síntesis cuantitativa limitada del diseño de la investigación y solo un número pequeño de estudios estuvieron disponibles para la mayoría de las intervenciones. La calidad de las pruebas para un efecto de las intervenciones no farmacológicas sobre cualquiera de los resultados examinados fue generalmente baja o muy baja. Solamente tres ensayos, todos sobre tapones para los oídos o máscaras para los ojos, o ambos, proporcionaron datos apropiados para dos metanálisis separados. Estos metanálisis, cada uno con dos estudios, mostraron una menor incidencia de delirio durante la estancia en la UCI (cociente de riesgos 0,55; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,38 a 0,80; valor de p = 0,002, dos estudios, 177 participantes) y un efecto positivo de los tapones para los oídos o las máscaras para los ojos, o ambos, en el tiempo total de sueño (diferencia de medias 2,19 horas; IC del 95%: 0,41 a 3,96; valor de p = 0,02, dos estudios, 116 participantes); la calidad de las pruebas para ambos resultados se calificó como baja.
También hubo algunas pruebas de baja calidad acerca de que la música (350 participantes; cuatro estudios) puede mejorar la calidad y la cantidad subjetivas del sueño, pero no fue posible agrupar los datos. De manera similar, hubo algunas pruebas de que las técnicas de relajación, el masaje de los pies, la acupresión, la intervención de enfermería o social y el enmascaramiento sonoro pueden proporcionar mejorías pequeñas en diversas medidas subjetivas de la calidad y la cantidad del sueño, pero la calidad de las pruebas fue baja. Los efectos de las intervenciones no farmacológicas sobre los resultados objetivos del sueño no fueron consistentes en 16 estudios (la calidad de las pruebas se calificó como muy baja): la mayoría de los estudios relacionados con el uso de tapones para los oídos y máscaras para los ojos no encontró efectos beneficiosos; los resultados de seis ensayos sobre las modalidades de respirador indicaron que ciertos contextos de respirador podrían ofrecer beneficios sobre otros, aunque los resultados de los ensayos individuales no siempre coincidieron entre sí. Solamente un estudio midió la duración de la estancia en la UCI y no encontró efectos significativos de los tapones para los oídos más las máscaras para los ojos. Ningún estudio examinó el efecto de ninguna intervención no farmacológica sobre la mortalidad, el riesgo de trastornos por estrés postraumático o la relación entre costo y efectividad; los estudios incluidos no informaron claramente los efectos adversos, aunque hubo pruebas de calidad muy baja de que las modalidades de respirador influyeron sobre la incidencia de apneas centrales y las asincronías paciente-respirador.
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