Pregunta de la revisión
¿El uso de polvos de vitaminas y minerales, mezclado con alimentos complementarios, mejora la salud y la nutrición en niños menores de dos años de edad?
Antecedentes
Las deficiencias de vitaminas y minerales, en particular de hierro, vitamina A y zinc, afectan a más de 2 000 000 000 de personas en todo el mundo. Los niños pequeños son sumamente vulnerables debido al crecimiento rápido y las prácticas alimentarias inadecuadas. Se recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad, seguida de una alimentación complementaria combinada con la lactancia materna continua durante al menos dos años, para mantener una salud y nutrición adecuadas en los niños. A partir de los seis meses de edad, los lactantes empiezan a recibir alimentos semisólidos, pero las cantidades de vitaminas y minerales pueden no ser suficientes para satisfacer todas sus necesidades para el crecimiento y el desarrollo. Los polvos de micronutrientes (PMN) múltiples son paquetes de dosis única de polvos que contienen hierro, vitamina A, zinc y otras vitaminas y minerales que pueden mezclarse en cualquier alimento semisólido en el hogar o en cualquier otro punto de uso, para aumentar el contenido de vitaminas y minerales esenciales en la dieta de los lactantes y los niños pequeños durante este período. Lo anterior se lleva a cabo sin realizar ningún otro cambio en su dieta habitual.
Características de los estudios
Se realizaron búsquedas hasta julio 2019 de todos los estudios que evaluaban el uso de PMN para mejorar la salud y la nutrición de los niños menores de dos años de edad. Se incluyeron 29 estudios en los que participaron 33 147 lactantes y niños pequeños de países de ingresos bajos y medios de Asia, África, América Latina y el Caribe. Veintiséis estudios con 27 051 niños aportaron datos. De estos 26 estudios, 24 compararon el uso de PMN versus ninguna intervención o placebo, y dos compararon el uso de PMN versus un suplemento de hierro solo (gotas de hierro) administrado diariamente. Se encontró que había una variedad de formulaciones de PMN que contenían entre cinco y 22 vitaminas y minerales y que se administraban durante dos a 44 meses a lactantes y niños pequeños de seis a 23 meses. La mayoría de los estudios fueron financiados por programas gubernamentales o fundaciones; solo dos fueron financiados por la industria.
Resultados clave
El uso de PMN que contienen al menos hierro, zinc y vitamina A para la fortificación domiciliaria de los alimentos se asoció con una reducción del riesgo de anemia del 18% y de la deficiencia de hierro del 53% en niños de seis meses a dos años de edad, en comparación con ninguna intervención. También mejoró la concentración de hemoglobina y el estado del hierro. Los estudios no encontraron ningún efecto sobre el crecimiento. No hubo ningún beneficio adicional en la reducción del riesgo de anemia y la mejoría de la concentración de hemoglobina en comparación con las gotas de hierro o los jarabes habitualmente recomendados; sin embargo, solo dos estudios compararon estas diferentes intervenciones. Ningún ensayo informó de muertes atribuibles a la intervención. La información sobre las muertes, los efectos secundarios y la morbilidad, incluidos el paludismo y la diarrea, fue escasa. El uso de PMN fue beneficioso para los niños pequeños de seis a 23 meses de edad, independientemente de si vivían en entornos con diferentes antecedentes de anemia y paludismo y de la duración de la intervención.
El PMN es mejor que ninguna intervención o que el placebo y puede ser comparable a la administración diaria de suplementos de hierro. Los beneficios de esta intervención como estrategia de supervivencia infantil o para los resultados del desarrollo aún no están claros, y se requiere una mayor investigación.
La adherencia a la ingesta de PMN fue variable y en algunos casos comparable a la lograda en los lactantes y niños pequeños que recibieron suplementos de hierro estándar en forma de gotas o jarabes.
Certeza de la evidencia
Para la comparación de PMN versus ninguna intervención o placebo, la certeza de la evidencia se consideró moderada para la anemia y alta para la deficiencia de hierro. La certeza de la evidencia de todos los demás resultados de esta comparación fue baja o moderada.
Dos ensayos que compararon el uso de PMN versus suplementos de hierro mostraron efectos similares sobre la anemia y la hemoglobina, pero menos diarrea; sin embargo, la certeza de la evidencia se consideró baja para la anemia y muy baja para la concentración de hemoglobina debido al número pequeño de participantes del estudio.
La fortificación domiciliaria de los alimentos con PMN es una intervención efectiva para reducir la anemia y la deficiencia de hierro en los niños menores de dos años de edad. La posibilidad de proporcionar PMN es mejor que la administración de ninguna intervención o placebo y puede ser comparable al uso diario de suplementos de hierro. No se conocen los beneficios de esta intervención como una estrategia de supervivencia infantil o sobre los resultados del desarrollo. Es necesario investigar más a fondo los resultados de la morbilidad, incluido el paludismo y la diarrea. La adherencia a la ingesta de PMN fue variable y en algunos casos comparable a la lograda en los lactantes y niños pequeños que recibieron suplementos de hierro estándar en forma de gotas o jarabes.
La deficiencia de vitaminas y minerales, en particular la de hierro, vitamina A y zinc, afecta a más de 2 000 000 000 de personas a nivel mundial. Los niños pequeños son sumamente vulnerables debido al crecimiento rápido y las prácticas alimentarias inadecuadas. Los polvos de micronutrientes (PMN) múltiples son paquetes de una sola dosis que contienen múltiples vitaminas y minerales en polvo, que se mezclan en cualquier alimento semisólido para niños a partir de los seis meses de edad. Se ha propuesto la utilización de los PMN para la fortificación de los alimentos complementarios en el hogar o en el punto de utilización como una intervención para mejorar la ingesta de micronutrientes en los niños menores de dos años de edad. En 2014 las intervenciones con PMN se realizaron en 43 países y llegaron a más de 3 000 000 de niños.
Esta revisión actualiza una revisión Cochrane anterior, que ha quedado desactualizada.
Evaluar los efectos y la seguridad de la fortificación domiciliaria (punto de uso) de los alimentos con PMN en los resultados de la nutrición, la salud y el desarrollo en niños menores de dos años de edad.
A los efectos de realizar la presente revisión, la fortificación domiciliaria con PMN se refiere al agregado de polvos que contienen vitaminas y minerales a los alimentos semisólidos inmediatamente antes de su consumo. Este procedimiento puede realizarse en el domicilio o en cualquier otro lugar donde se consuman comidas (por ejemplo, escuelas, campos de refugiados). Por esta razón, los PMN también se denominan fortificación en el punto de uso.
Se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos hasta julio 2019: CENTRAL, MEDLINE, Embase y otras ocho bases de datos. También se realizaron búsquedas en cuatro registros de ensayos, se estableció contacto con las organizaciones pertinentes y los autores de los estudios incluidos para identificar cualquier estudio en curso o no publicado, y se realizaron búsquedas en las listas de referencias de los estudios incluidos.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados con asignación al azar individual o por grupos. Los participantes eran lactantes y niños pequeños de seis a 23 meses de edad en el momento de la intervención, sin problemas de salud específicos identificados. La intervención consistió en el consumo de alimentos fortificados en el punto de uso con PMN formulados con al menos hierro, zinc y vitamina A, en comparación con placebo, ninguna intervención o el uso de suplementos de hierro, que es la práctica estándar.
Dos autores de la revisión analizaron de forma independiente la elegibilidad de los estudios en función de los criterios de inclusión y extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo de los estudios incluidos. Los resultados categóricos se informaron como riesgos relativos (RR) u odds-ratios (OR), con intervalos de confianza (IC) del 95%, y los resultados continuos como diferencias de medias (DM) e IC del 95%. Se utilizaron los criterios GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
Se incluyeron 29 estudios (33 147 niños) realizados en países de ingresos bajos y medios de Asia, África, América Latina y el Caribe, donde la anemia es un problema de salud pública. Veintiséis estudios con 27 051 niños aportaron datos. Las intervenciones duraron entre dos y 44 meses, y las formulaciones en polvo contenían entre cinco y 22 nutrientes. Entre los 26 estudios que aportaron datos, 24 estudios (26 486 niños) compararon el uso de PMN versus ninguna intervención o placebo; los dos estudios restantes compararon el uso de PMN versus un suplemento de hierro solo (gotas de hierro) administrado diariamente. Los resultados principales de interés estaban relacionados con la anemia y el estado del hierro. La mayoría de los estudios incluidos se evaluaron como en riesgo bajo de sesgo de selección y deserción. Se consideró que algunos estudios estuvieron en riesgo alto de sesgo de realización y detección debido a la falta de cegamiento. La mayoría de los estudios fueron financiados por programas gubernamentales o fundaciones; solo dos fueron financiados por la industria.
La fortificación domiciliaria con PMN, en comparación con ninguna intervención o placebo, redujo el riesgo de anemia en lactantes y niños pequeños en un 18% (RR 0,82; IC del 95%: 0,76 a 0,90; 16 estudios; 9927 niños; evidencia de certeza moderada) y la deficiencia de hierro en un 53% (RR 0,47; IC del 95%: 0,39 a 0,56; 7 estudios; 1634 niños; evidencia de certeza alta). Los niños que recibieron PMN tenían concentraciones de hemoglobina más altas (DM 2,74 g/l, IC del 95%: 1,95 a 3,53; 20 estudios; 10 509 niños; evidencia de certeza baja) y un estado de hierro más alto (DM 12,93 μg/L, IC del 95%: 7,41 a 18,45; 7 estudios; 2612 niños; evidencia de certeza moderada) al momento del seguimiento en comparación con los niños que recibieron la intervención de control. No se encontró un efecto sobre el peso para la edad (DM 0,02; IC del 95%: -0,03 a 0,07; 10 estudios; 9287 niños; evidencia de certeza moderada). Pocos estudios informaron sobre los resultados de la morbilidad (de tres a cinco estudios cada resultado) y las definiciones variaron, pero el PMN no aumentó la diarrea, la infección de las vías respiratorias superiores, el paludismo ni la morbilidad por todas las causas.
En comparación con la administración diaria de suplementos de hierro, el uso de PMN produjo resultados similares para la anemia (RR 0,89, IC del 95%: 0,58 a 1,39; 1 estudio; 145 niños; evidencia de certeza baja) y las concentraciones de hemoglobina (DM -2,81 g/l, IC del 95%: -10,84 a 5,22; 2 estudios; 278 niños; evidencia de certeza muy baja) pero menos diarrea (RR 0,52; IC del 95%: 0,38 a 0,72; 1 estudio; 262 niños; evidencia de certeza baja). Sin embargo, debido a la cantidad limitada de datos, estos resultados deben interpretarse con cautela.
El informe de la muerte fue poco frecuente, aunque ningún ensayo informó de muertes atribuibles a la intervención. La información sobre los efectos secundarios y la morbilidad, incluido el paludismo y la diarrea, fue escasa.
Al parecer, el uso de PMN es eficaz entre los lactantes y los niños pequeños de seis a 23 meses de edad que viven en entornos con diferentes prevalencias de anemia y endemicidad por paludismo, independientemente de la duración de la intervención.
La adherencia a la ingesta de PMN fue variable y en algunos casos comparable a la lograda en los lactantes y niños pequeños que recibieron suplementos de hierro estándar en forma de gotas o jarabes.
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