Mensaje clave
1. En los recién nacidos que necesitan ayuda para respirar justo después de nacer, en la sala de partos, algunos estudios han sugerido que la administración de asistencia respiratoria a través de la nariz (interfaz nasal) es más eficaz que a través de una mascarilla facial (cubre la nariz y la boca) o una vía aérea a través de mascarilla laríngea (VAML; un tubo respiratorio, insertado a través de la boca).
2. En la sala de partos, administrar a los recién nacidos asistencia respiratoria por la nariz, en comparación con una mascarilla facial, podría tener poco o ningún efecto sobre el número de recién nacidos que mueren antes del alta. La asistencia respiratoria a los recién nacidos por la nariz podría reducir el número de recién nacidos a los que se les inserta un tubo en la tráquea para ayudarles a respirar (intubación) en la sala de partos. No está claro si este efecto se debe únicamente a la interfaz nasal o se debe en parte a un nuevo sistema de respiración utilizado en dos de los estudios incluidos.
3. La evidencia es muy incierta sobre el efecto de la asistencia respiratoria con una interfaz nasal en el número de recién nacidos que necesitan un tubo respiratorio en las 24 horas siguientes al nacimiento o durante su estancia en el hospital.
4. Al parecer, en la sala de partos, administrar asistencia respiratoria por la nariz a los recién nacidos es tan eficaz como una mascarilla facial.
¿Cuáles son las distintas formas de asistencia respiratoria a los recién nacidos en la sala de partos?
Algunos recién nacidos tienen dificultades para respirar después de nacer y necesitan ayuda para empezar a respirar con regularidad. En la sala de partos, la asistencia respiratoria suele administrarse a través de una mascarilla facial que se coloca sobre la nariz y la boca del recién nacido o, con menos frecuencia, a través de un tubo que se coloca por la boca (intubado), por encima de la tráquea del recién nacido (vía aérea a través de mascarilla laríngea). Los recién nacidos que siguen teniendo dificultades para respirar pueden necesitar intubación, y se les ayuda con un respirador (ventilador). Algunos estudios han sugerido que administrar asistencia respiratoria a los recién nacidos a través de la nariz podría ser más eficaz.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso averiguar si la administración de asistencia respiratoria a los recién nacidos a través de la nariz (mediante una cánula nasal, un tubo que se introduce en una o ambas fosas nasales, o una mascarilla nasal, una máscara que se coloca sobre la nariz) provocaría menos muertes, intubaciones y complicaciones tras el nacimiento, en comparación con una mascarilla facial o una vía aérea a través de mascarilla laríngea; o si un tipo de interfaz nasal era mejor que otro para obtener los mismos resultados.
¿Qué se hizo?
Se buscaron ensayos clínicos que examinaran a recién nacidos que recibieron diferentes tipos de asistencia respiratoria en la sala de partos. Los resultados de estos estudios se compararon y resumieron, y la confianza en la evidencia se calificó según factores como los métodos y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron cinco estudios en los que participaron 1406 recién nacidos cuya respiración fue asistida con una interfaz nasal en comparación con una mascarilla facial en la sala de partos. Los estudios se realizaron en países de ingresos altos de Europa y Australia; en el más grande participaron 617 recién nacidos y en el más pequeño, 36.
Se determinó que la administración de asistencia respiratoria con una interfaz nasal en la sala de partos podría tener poco o ningún efecto sobre la tasa de mortalidad antes del alta, en comparación con una mascarilla facial. Podría reducir el número de recién nacidos que son intubados en la sala de partos, pero la evidencia es muy incierta. También es muy incierta la evidencia acerca del efecto de administrar asistencia respiratoria con una interfaz nasal sobre la tasa de intubación en las 24 horas siguientes al nacimiento; la tasa de intubación durante la hospitalización, una vez que salen de la sala de partos; o la hemorragia dentro del cerebro. El uso de una interfaz nasal podría tener poco o ningún efecto sobre la tasa de complicaciones pulmonares (p. ej., enfermedad pulmonar crónica o fugas de aire).
A pesar de esta incertidumbre, los resultados sugieren que es probable que las interfaces nasales y las mascarillas faciales sean igual de eficaces para proporcionar asistencia respiratoria en la sala de partos.
Se encontró un estudio en curso que compara una mascarilla nasal con una mascarilla facial para administrar asistencia respiratoria a los recién nacidos en la sala de partos.
No se encontraron estudios que comparen las interfaces nasales con las vías aéreas a través de mascarilla laríngea o un tipo de interfaz nasal con otro.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
La aplicación de una interfaz nasal o una mascarilla facial es difícil de ocultar y los cuidadores de todos los estudios sabían a qué grupo estaban asignados los recién nacidos. Esto podría dar lugar a una atención desigual de los distintos grupos de estudio. No está claro si el efecto sobre las tasas de intubación en la sala de partos se debe a la interfaz nasal o a un nuevo sistema de respiración que se utilizó en dos de los cinco estudios incluidos en este análisis. Por lo tanto, existe poca confianza en la evidencia y los resultados de este desenlace se deben interpretar con cautela.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La búsqueda está actualizada hasta septiembre de 2022.
Se observó que las interfaces nasales ofrecían una eficacia comparable a la de las mascarillas faciales (evidencia de certeza baja a muy baja), lo que respalda las guías de reanimación que afirman que las interfaces nasales son una alternativa comparable a las mascarillas faciales para proporcionar asistencia respiratoria en la SP.
La reanimación con una interfaz nasal podría reducir la tasa de intubación en la SP en comparación con una mascarilla facial. Sin embargo, la evidencia es muy incierta. Esta incertidumbre se atribuye al uso de un nuevo sistema de ventilación en el grupo de interfaz nasal en dos de los cinco ensayos. Por ello, en estos estudios no es posible diferenciar efectos específicos y separados relacionados con el dispositivo de ventilación o con la interfaz.
El Neonatal Task Force of the International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR) formula recomendaciones prácticas para la atención de neonatos nacidos en paritorios. El ILCOR recomienda que todos los neonatos jadeantes, apneicos o bradicárdicos (frecuencia cardíaca < 100 por minuto) reciban ventilación con presión positiva (VPP) con un dispositivo de ventilación manual (pieza en T, bolsa autoinflable o bolsa inflable por flujo) a través de una interfaz. La interfaz más utilizada es una mascarilla facial que rodea la nariz y la boca del recién nacido. Sin embargo, las fugas de gas y la obstrucción de las vías respiratorias son frecuentes durante la VPP con mascarilla facial. Las interfaces nasales (puntas simples y binasales [largas o cortas], o mascarillas nasales) y las vías aéreas a través de mascarilla laríngea (VAML) también se pueden utilizar para administrar la VPP a los neonatos en el paritorio, y podrían ser más eficaces que las mascarillas faciales.
Determinar si los neonatos que reciben VPP en el paritorio con una interfaz nasal en comparación con una mascarilla facial, una vía aérea a través de mascarilla laríngea (VAML) u otro tipo de interfaz nasal presentan una reducción de la mortalidad y la morbilidad. Evaluar si la seguridad y la eficacia de la interfaz nasal difieren según la edad gestacional o el dispositivo de ventilación.
Las búsquedas se realizaron en septiembre de 2022 en CENTRAL, MEDLINE, Embase, Epistemonikos y dos registros de ensayos. Se realizaron búsquedas en los resúmenes de congresos y se verificaron las listas de referencias de los ensayos incluidos y las revisiones sistemáticas relacionadas identificadas mediante la búsqueda.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados que compararon el uso de interfaces nasales con otras interfaces (mascarillas faciales, VAML, o una interfaz nasal con otra) para administrar la VPP a los neonatos en la SP.
Cada autor de la revisión evaluó de forma independiente los resultados de la búsqueda según los criterios de selección, realizó la revisión de los registros identificados, extrajo los datos y evaluó el riesgo de sesgo. Si eran autores del estudio, no participaron en la selección, la evaluación del riesgo de sesgo ni la extracción de los datos relacionados con el estudio. En tales casos, el estudio fue evaluado de forma independiente por otros autores de la revisión. Se estableció contacto con los investigadores de los ensayos para obtener información adicional. Se completó el análisis de los datos según las normas del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal), con el uso de la razón de riesgos (RR) y los intervalos de confianza (IC) del 95% para medir el efecto de las diferentes interfaces. Se utilizaron modelos de efectos fijos y el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
Se incluyeron cinco ensayos en los que participaron 1406 neonatos. Se realizaron en 13 centros neonatales de Europa y Australia. Cada uno de estos ensayos comparó una interfaz nasal con una mascarilla facial para la administración de asistencia respiratoria a neonatos en la SP. Las fuentes potenciales de sesgo fueron la falta de cegamiento de la asignación al tratamiento de los cuidadores e investigadores en todos los ensayos.
La evidencia indica que la reanimación con una interfaz nasal en la SP, en comparación con una mascarilla facial, podría tener poco o ningún efecto en la reducción de la muerte antes del alta (razón de riesgos [RR] típica 0,72; IC del 95%: 0,47 a 1,13; tres estudios, 1124 neonatos; evidencia de certeza baja).
La reanimación con una interfaz nasal podría reducir la tasa de intubación en la SP, pero la evidencia es muy incierta (RR 0,68; IC del 95%: 0,54 a 0,85; cinco estudios, 1406 neonatos; evidencia de certeza muy baja). La evidencia es muy incierta para la tasa de intubación en el transcurso de las 24 horas desde el nacimiento (RR 0,97; IC del 95%: 0,85 a 1,09; tres estudios, 749 neonatos; evidencia de certeza muy baja), la intubación endotraqueal fuera de la SP durante la hospitalización (RR 1,15; IC del 95%: 0,93 a 1,42; un estudio, 144 neonatos; evidencia de certeza muy baja) y las anomalías ecográficas craneales (hemorragia intraventricular [HIV] grado ≥ 3, o leucomalacia periventricular; RR 0,94; IC del 95%: 0,55 a 1,61; tres estudios, 749 neonatos; evidencia de certeza muy baja). La reanimación con una interfaz nasal en la SP, en comparación con una mascarilla facial, podría tener poco o ningún efecto sobre la incidencia de fugas de aire (RR 1,09; IC del 95%: 0,85 a 1,09; dos estudios, 507 neonatos; evidencia de certeza baja), o la necesidad de oxígeno suplementario a las 36 semanas de edad gestacional corregida (RR 1,06; IC del 95%: 0,8 a 1,40; dos estudios, 507 neonatos; evidencia de certeza baja).
Se identificó un estudio en curso, que compara una mascarilla nasal con una mascarilla facial para administrar la VPP a neonatos en la SP. No se identificaron ensayos completos que compararan interfaces nasales con las VAML o una interfaz nasal con otra.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.