¿Cuáles son las ventajas de las actividades adaptadas a los intereses y preferencias de las personas con demencia que viven en residencias?
¿Qué se ha estudiado en esta revisión?
Las personas con demencia que viven en residencias o centros para personas de edad avanzada suelen tener muy poco que hacer. Las actividades que están disponibles pueden no ser relevantes para ellas. Si una persona con demencia tiene la oportunidad de participar en actividades que se ajusten a sus intereses y preferencias personales, podría mejorar su calidad de vida, reducir comportamientos que a veces se describen como agitación (como inquietud o agresividad) y tener otros efectos positivos.
¿Qué se quería averiguar?
El objetivo fue investigar los efectos de ofrecer a las personas con demencia que vivían en residencias actividades adaptadas a sus intereses personales. Esta revisión actualiza la revisión anterior de 2018.
¿Qué se hizo?
Se buscaron ensayos que hubieran ofrecido un programa de actividades a personas con demencia basado en sus intereses individuales (un grupo de intervención) y los hubieran comparado con otros participantes a los que no se les ofrecieron estas actividades (un grupo control).
Se encontraron 11 estudios que incluyeron a 1071 personas con demencia que vivían en residencias. Diez de los estudios fueron ensayos controlados aleatorizados (ECA), lo que significa que se decidió al azar si los participantes estaban en el grupo de intervención o en el de control. Un estudio no fue aleatorizado, lo que aumenta el riesgo de resultados sesgados. Las personas incluidas en los estudios presentaban demencia moderada o grave, y casi todas presentaban algún tipo de agitación cuando se inició el estudio. Los estudios duraron de 10 días a nueve meses. En todos los estudios, las personas de los grupos de intervención recibieron un plan de actividades individual. La mayoría de las actividades tuvieron lugar en sesiones especiales dirigidas por personal formado, pero en dos estudios el personal de enfermería o los familiares recibieron formación para impartir las actividades durante la rutina diaria de atención (personal de enfermería) o durante las visitas (familiares). Las actividades realmente ofrecidas en los distintos estudios no variaron mucho, pero sí el número de sesiones de actividad por semana y la duración de las mismas.
En cinco estudios, el grupo control solo recibió la atención habitual prestada en residencias; en cinco estudios, el grupo control recibió actividades diferentes que no estaban adaptadas personalmente; un estudio tuvo ambos tipos de grupo control.
¿Qué se encontró?
La calidad de los ensayos y la calidad de los informes variaron, lo que afectó a la confianza en los resultados. Ofrecer actividades personalizadas a las personas con demencia que viven en residencias podría mejorar ligeramente la agitación. En dos estudios, los miembros del personal evaluaron la calidad de vida de las personas con demencia, pero ofrecer las actividades podría suponer poca o ninguna diferencia en la calidad de vida. Solo dos estudios mencionaron haber analizado los efectos perjudiciales y no se detectó ninguno.
Las actividades personalizadas podrían tener poco o ningún efecto sobre las emociones negativas expresadas por los participantes. No fue posible establecer conclusiones sobre los efectos en las emociones positivas, el estado de ánimo, el compromiso (implicarse en lo que ocurre a su alrededor) o la calidad del sueño de los participantes, porque algunos de los estudios no utilizaron los métodos más adecuados para llevar a cabo sus investigaciones. Ninguno de los estudios midió los efectos sobre la cantidad de medicación administrada a los participantes, ni los efectos sobre los cuidadores.
Se concluyó que ofrecer sesiones de actividades a las personas con demencia moderada o grave que viven en residencias podría ayudar a controlar la agitación.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
La confianza en los resultados fue limitada debido al reducido número de estudios y a que éstos no siempre utilizaron los métodos más adecuados para realizar sus investigaciones. Por ejemplo, en algunos estudios no estuvo claro si asignaron a las personas al azar a los grupos de estudio.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta revisión actualiza la revisión anterior y la evidencia está actualizada hasta el 15 de junio de 2022.
Ofrecer actividades personalizadas a las personas con demencia en la atención a largo plazo podría reducir ligeramente la agitación. Las actividades personalizadas podrían dar lugar a una diferencia mínima o nula en la calidad de vida valorada por los representantes, pero se reconoce la preocupación que suscita la validez de las valoraciones indirectas de la calidad de vida en la demencia grave. Las actividades personalizadas probablemente tienen poco o ningún efecto sobre el afecto negativo, y no se sabe con certeza si tienen algún efecto sobre el afecto positivo o el estado de ánimo. No hubo evidencia de que las intervenciones tuvieran más probabilidades de ser eficaces si se basaban en un modelo teórico que en otro. Se incluyeron tres estudios nuevos en esta revisión actualizada, pero dos estudios fueron ensayos piloto e incluían solo un escaso número de participantes. La certeza de la evidencia fue predominantemente muy baja o baja debido a varias limitaciones metodológicas e inconsistencias entre los estudios incluidos. La evidencia aún es limitada y todavía no se pueden describir programas de actividad óptimos. Los estudios de investigación futuros se deben centrar en los métodos para seleccionar las actividades apropiadas y significativas para las personas en diferentes etapas de la demencia.
Las personas con demencia que reciben atención en ámbitos de atención a largo plazo no suelen participar en actividades significativas. Queríamos saber si ofrecerles actividades adaptadas a sus intereses y preferencias individuales podría mejorar su calidad de vida y reducir la agitación. Esta revisión actualiza la revisión anterior publicada en 2018.
∙ Evaluar los efectos de las actividades personalizadas sobre los desenlaces psicosociales de las personas con demencia que residen en centros de atención a largo plazo.
∙ Describir los componentes de las intervenciones.
∙ Describir las condiciones que mejoran la efectividad de las actividades personalizadas en este ámbito.
Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Demencia y trastornos cognitivos (Cochrane Dementia and Cognitive Improvement Group), el 15 de junio de 2022. También se realizaron búsquedas adicionales en MEDLINE, Embase, PsycINFO, CINAHL, Web of Science, ClinicalTrials.gov y la ICTRP de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para garantizar que la búsqueda para la revisión fuera lo más actualizada y exhaustiva posible.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) y los ensayos clínicos controlados que ofrecieron actividades personalizadas. Todas las intervenciones incluyeron una evaluación de las preferencias presentes o pasadas de los participantes para determinadas actividades, o de su interés en ellas, como base para un plan de actividades individual. Los grupos control recibieron atención habitual o una intervención de control activo.
Dos autores seleccionaron de forma independiente los estudios para inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo de los estudios incluidos. Los desenlaces principales de eficacia fueron la agitación y la calidad de vida de los participantes. Cuando fue posible, se agruparon los datos de todos los estudios mediante un modelo de efectos aleatorios.
Se identificaron tres nuevos estudios y, por lo tanto, en esta actualización de la revisión se incluyeron 11 estudios con 1071 participantes. La media de edad de los participantes fue de 78 a 88 años y la mayoría presentaba demencia moderada o grave. Diez estudios fueron ECA (tres estudios asignaron al azar conglomerados a los grupos de estudio, seis estudios asignaron al azar participantes individuales y un estudio asignó al azar pares emparejados de participantes) y un estudio fue un ensayo clínico no aleatorizado. Cinco estudios incluyeron un grupo control que recibió la atención habitual, cinco estudios un grupo control activo (actividades no adaptadas personalmente) y un estudio incluyó ambos tipos de grupo control. La duración del seguimiento varió entre 10 días y nueve meses.
En nueve estudios se ofrecieron actividades personalizadas directamente a los participantes. En un estudio se formó al personal de enfermería, y en otro a los familiares, para realizar las actividades. La selección de las actividades se basó en diferentes modelos teóricos, aunque las actividades realizadas no variaron de forma sustancial.
Se consideró que el riesgo de sesgo de selección fue alto en cinco estudios, el riesgo de sesgo de realización fue alto en cinco estudios y el riesgo de sesgo de detección fue alto en cuatro estudios.
Se encontró evidencia de certeza baja de que las actividades personalizadas podrían reducir ligeramente la agitación (diferencia de medias estandarizada -0,26; IC del 95%: -0,53 a 0,01; I² = 50%; siete estudios, 485 participantes). También se encontró evidencia de certeza baja de un estudio que no se incluyó en el metanálisis, que indicó que las actividades adaptadas personalmente podrían dar lugar a una diferencia escasa o nula en la inquietud general, la agresividad, la conducta no cooperativa, la conducta verbal muy negativa y negativa (180 participantes). Dos estudios investigaron la calidad de vida a través de una valoración indirecta. Se encontró evidencia de certeza baja de que las actividades personalizadas podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la calidad de vida en comparación con la atención habitual o un grupo control activo (DM -0,83; IC del 95%: -3,97 a 2,30; I² = 51%; dos estudios, 177 participantes). La calidad de vida autocalificada solo estuvo disponible para un pequeño número de participantes de un estudio, y hubo poca o ninguna diferencia entre las actividades personalizadas y la atención habitual en este desenlace (DM 0,26; IC del 95%: -3,04 a 3,56; 42 participantes; evidencia de certeza baja). Dos estudios evaluaron los efectos adversos, pero no se observaron efectos adversos.
Se tienen muchas dudas sobre los efectos de las actividades personalizadas sobre el estado de ánimo y el afecto positivo. Para el afecto negativo se encontró evidencia de certeza moderada de que probablemente haya poco o ningún efecto de las actividades personalizadas en comparación con la atención habitual o las actividades no personalizadas (diferencia de medias estandarizada -0,02; IC del 95%: -0,19 a 0,14; seis estudios, 632 participantes). No fue posible realizar metanálisis de los desenlaces relacionados con el compromiso y el sueño, y no está claro si las actividades personalizadas tienen algún efecto sobre estos desenlaces.
Dos estudios que investigaron la duración de los efectos de las actividades personalizadas indicaron que los efectos de la intervención que encontraron solo persistieron durante el periodo de realización de las actividades.
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