Antecedentes - ¿Qué es la gota crónica y qué son los fármacos uricosúricos?
La gota crónica es un tipo frecuente de artritis inflamatoria causada por niveles altos de ácido úrico en la sangre que dan lugar a la formación de cristales en las articulaciones y ataques de gota aguda repetidos. El tratamiento de la gota crónica puede dar lugar a una menor probabilidad de ataques de gota aguda.
La función de los fármacos uricosúricos es disminuir la uricemia al aumentar la cantidad de ácido úrico que se elimina a través de los riñones.
Características de los estudios
Este resumen de una revisión Cochrane presenta el conocimiento a partir de la investigación sobre el efecto de los fármacos uricosúricos en el tratamiento de la gota crónica. Después de buscar todos los estudios relevantes hasta mayo 2013, se encontraron cinco estudios. La mayoría de los participantes de estos estudios fueron hombres (81% a 100%), de entre 50 y 70 años de edad, que no presentaban enfermedades renales o hepáticas significativas. Dos ensayos compararon benzbromarona con alopurinol, dos ensayos compararon benzbromarona con probenecid y un ensayo comparó alopurinol con probenecid. No se encontró ningún estudio que comparara los fármacos uricosúricos con placebo o con tratamientos más nuevos para la disminución del urato, como febuxostat o pegloticase. Se restringió la presentación de los resultados de la revisión a la benzbromarona versus alopurinol, debido a que el alopurinol es un tratamiento de primera línea utilizado comúnmente para la gota.
Resultados clave - Lo que les sucede a los pacientes con gota crónica que reciben fármacos uricosúricos
Benzbromarona en comparación con alopurinol:
Ataques de gota aguda:
- 4 pacientes menos de 100 presentaron ataques de gota aguda después del tratamiento durante cuatro meses con alopurinol comparado con benzbromarona.
- 4 pacientes de 100 que recibieron benzbromarona tuvieron ataques de gota aguda.
- 0 pacientes de 100 que recibieron alopurinol tuvieron ataques de gota aguda.
Proporción que logró un nivel normal de urato sérico:
- 17 pacientes más de 100 lograron un nivel normal de urato sérico después de cuatro meses de tratamiento con benzbromarona en comparación con alopurinol.
- 76 pacientes de 100 que recibieron benzbromarona lograron un nivel normal de urato sérico después de cuatro meses.
- 60 pacientes de 100 que recibieron alopurinol lograron un nivel normal de urato sérico después de cuatro meses.
Retiro debido a efectos secundarios:
- 1 paciente más de 100 interrumpió el tratamiento con benzbromarona debido a los efectos secundarios en comparación con alopurinol.
- 8 pacientes de 100 interrumpieron el tratamiento con benzbromarona debido a los efectos secundarios.
- 6 pacientes de 100 interrumpieron el tratamiento con alopurinol debido a los efectos secundarios.
Los ensayos no informaron el dolor, la función ni la regresión del tofo.
Calidad de la evidencia
Las pruebas de baja calidad indicaron que no hubo diferencias importantes en los ataques de gota aguda, ni en el número de pacientes que tuvieron que interrumpir la medicación debido a un efecto secundario entre la benzbromarona y el alopurinol. Las pruebas de calidad moderada de dos estudios indicaron que ambos fármacos redujeron los niveles de ácido úrico a un grado similar. La benzbromarona no presentó más probabilidades de dar lugar a ataques de gota aguda que el probenecid, aunque puede dar lugar a menos retiros debido a los efectos secundarios (pruebas de baja calidad) y quizás presente más probabilidades de reducir el ácido úrico a un nivel normal (pruebas de calidad moderada). Los ensayos no midieron el dolor, la función ni la regresión del tofo.
Las pruebas de baja calidad de un único estudio indicaron que el probenecid no presentó más probabilidades de dar lugar a ataques de gota aguda que el alopurinol. Es muy probable que la investigación adicional repercuta en este cálculo. Este estudio no midió la proporción de pacientes que lograron un nivel normal de urato sérico, la reducción del dolor, la función, la regresión del tofo ni el número de pacientes que interrumpió la medicación debido a los efectos secundarios.
Es probable que los futuros trabajos de investigación tengan una marcada repercusión sobre la confianza en la estimación del efecto y puedan cambiar los cálculos.
No se encontró ningún estudio que considerara la sulfinpirazona para el tratamiento de la gota crónica. No hay información acerca de los efectos de los fármacos uricosúricos en grupos concretos de pacientes como los pacientes con deterioro de la función renal o con diferentes niveles de ácido úrico. Los efectos secundarios posibles de los fármacos uricosúricos pueden incluir erupciones cutáneas, molestias gástricas, rubor, mareos, cefalea o ataques de gota aguda. Las complicaciones poco frecuentes pueden incluir insuficiencia hepática, cálculos renales, anemia o reacción alérgica.
Hubo pruebas de calidad moderada de que quizás no haya ninguna diferencia importante entre la benzbromarona y el alopurinol para lograr la normalización del urato sérico, aunque la benzbromarona sería más exitosa que el probenecid para lograr la normalización del urato sérico en los pacientes con gota. Hay algunas dudas con respecto a los cálculos del efecto, basado en las pruebas de baja calidad de sólo uno o dos ensayos, en el número de ataques de gota aguda, el número de retiros debido a los eventos adversos o el número total de participantes que experimentaron eventos adversos al comparar benzbromarona con alopurinol. Sin embargo, en comparación con probenecid, la benzbromarona dio lugar a menos retiros debido a los eventos adversos y a menos participantes que experimentaron eventos adversos. Las pruebas de baja calidad de un estudio pequeño indicaron efectos inciertos en la incidencia de los ataques de gota aguda al comparar el tratamiento con probenecid versus con alopurinol. La calidad de las pruebas se disminuyó debido a la posibilidad de riesgo de sesgo de selección y otros y a la imprecisión.
Los agentes uricosúricos se han utilizado durante mucho tiempo en el tratamiento de la gota aunque hay pocas pruebas con respecto a su beneficio y seguridad en pacientes con este trastorno.
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de los fármacos uricosúricos en el tratamiento de la gota crónica.
Se hicieron búsquedas de estudios en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, número 4, 2013), Ovid MEDLINE y en Ovid EMBASE hasta el 13 mayo 2013. También se hicieron búsquedas en el World Health Organization Clinical Trials Registry, ClinicalTrials.gov y en los resúmenes de 2011 a 2012 del American College of Rheumatology y de la European League against Rheumatism. Se consideraron las advertencias de caja negra y se efectuaron búsquedas en las bases de datos sobre la seguridad del fármaco para identificar y describir los eventos adversos poco frecuentes.
Se consideraron para la inclusión todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) o los ensayos controlados cuasialeatorios (ensayos clínicos controlados [ECC]) que comparaban fármacos uricosúricos (benzbromarona, probenecid o sulfinpirazona) solos o en combinación con otro tratamiento (placebo u otra medicación activa para la disminución del ácido úrico, o tratamiento no farmacológico) en adultos con gota crónica.
Dos autores de la revisión seleccionaron de forma independiente los estudios para la inclusión, extrajeron los datos y realizaron una evaluación del riesgo de sesgo. Los resultados principales fueron la frecuencia de los ataques de gota aguda, la normalización del urato sérico, el retiro de los participantes del estudio debido a los eventos adversos, los eventos adversos totales, la reducción del dolor, la función y la regresión del tofo.
La búsqueda identificó cuatro ECA y un ECC que evaluaban los beneficios y la seguridad de los fármacos uricosúricos para la gota. Un estudio (65 participantes) comparó benzbromarona con alopurinol durante un periodo de cuatro meses; uno comparó benzbromarona con alopurinol (36 participantes) durante un periodo de nueve a 24 meses; un estudio (62 participantes) comparó benzbromarona con probenecid durante dos meses y un estudio (74 participantes) comparó benzbromarona con probenecid. Un estudio (37 participantes) comparó alopurinol con probenecid. Ningún estudio estaba completamente libre de sesgo.
Las pruebas de baja calidad de un estudio (55 participantes) que comparó benzbromarona con alopurinol indicaron efectos inciertos en cuanto a frecuencia de los ataques de gota aguda (4% con benzbromarona versus 0% con alopurinol; cocientes de riesgos [CR] 3,58; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,15 a 84,13), aunque las pruebas de calidad moderada de dos estudios (101 participantes; tratados durante cuatro a nueve meses) indicaron proporciones similares de participantes que lograron la normalización del urato sérico (73,9% con benzbromarona versus 60% con alopurinol; CR agrupado 1,27; IC del 95%: 0,90 a 1,79). Las pruebas de baja calidad indicaron diferencias inciertas en los retiros debido a los eventos adversos (7,1% con benzbromarona versus 6,1% con alopurinol; CR agrupado 1,25; IC del 95%: 0,28 a 5,62) y los eventos adversos totales (20% con benzbromarona versus 6,7% con alopurinol; CR 3,00; IC del 95%: 0,64 a 14,16). El estudio no midió la reducción del dolor, la función ni la regresión del tofo.
Al comparar benzbromarona con probenecid, hubo pruebas de calidad moderada basadas en un estudio (62 participantes) de que los participantes que recibieron benzbromarona presentaron mayor probabilidad de lograr la normalización del urato sérico después de dos meses (81,5% con benzbromarona versus 57,1% con probenecid; CR 1,43; IC del 95%: 1,02 a 2,00). Estos datos indicaron que en comparación con probenecid, cinco participantes necesitaron ser tratados con benzbromarona para que un paciente adicional lograra la normalización del urato sérico (número necesario a tratar para un resultado beneficioso adicional [NNTB] 5). Sin embargo, el segundo estudio no informó ninguna diferencia en la disminución absoluta del urato sérico entre estos grupos después de 12 semanas. Las pruebas de baja calidad de dos estudios (129 participantes) indicaron diferencias inciertas entre los tratamientos en la frecuencia de los ataques de gota aguda (6,3% con benzbromarona versus 10,6% con probenecid; CR agrupado 0,73; IC del 95%: 0,09 a 5,83); menos retiros debido a los eventos adversos con benzbromarona (2% con benzbromarona versus 17% con probenecid; CR agrupado 0,15; IC del 95%: 0,03 a 0,79; NNTB 7) y menos eventos adversos totales (21% con benzbromarona versus 47% con probenecid; CR agrupado 0,43; IC del 95%: 0,25 a 0,74; NNTB = 4). Los estudios no midieron la reducción del dolor, la función ni la regresión del tofo.
Las pruebas de baja calidad basadas en un ECC pequeño (37 participantes) indicaron dudas en cuanto a la diferencia en la incidencia de ataques de gota aguda entre el probenecid y el alopurinol después de 18 a 20 meses de tratamiento (53% con probenecid versus 55% con alopurinol; CR 0,96; IC del 95%: 0,53 a 1,75). El estudio no midió ni informó la proporción que logró la normalización del urato sérico, la reducción del dolor, la función, la regresión del tofo, el retiro debido a los eventos adversos ni los eventos adversos totales.