Objetivo de la revisión
El objetivo de la revisión es determinar si la terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ayudar a las personas con TOC que también tienen TEA.
Antecedentes
Las personas a las que se les ha diagnosticado un TEA suelen tener ciertas cosas en común. Suelen entender las interacciones sociales y la comunicación de forma diferente a otras personas. Las personas con TEA también pueden ser menos flexibles en su forma de pensar que otras personas, lo que puede dificultar el uso de las terapias psicológicas en la forma en que suelen presentarse. Las opiniones de las personas con TEA son valiosas para ayudar a los médicos a decidir qué áreas de investigación relacionadas con el TEA deben ser prioritarias.
Las personas a las que se les ha diagnosticado un TOC tienen ciertos síntomas que, en cierta medida, afectan su capacidad para seguir adelante con su vida. Una persona con TOC tiene pensamientos persistentes, aunque no los desee y a menudo piense que los pensamientos no son razonables. Estos pensamientos suelen ser preocupaciones por si ellos mismos u otra persona pueden sufrir daños o por si algo no es perfecto o no está bien. A veces, la persona con TOC siente que tiene que pensar o hacer acciones repetidamente para "arreglar las cosas", aunque a menudo sabe realmente que no lo necesita. Las acciones repetidas pueden ser algo como lavarse las manos.
Los estudios de investigación han demostrado que las personas con TEA son más propensas a desarrollar TOC. Las personas pueden tener ciertos genes que las hacen más propensas a desarrollar tanto el TEA como el TOC, o puede ser que la forma de pensar de las personas con TEA las haga más propensas a presentar TOC.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) se ha utilizado durante mucho tiempo para tratar el TOC. La TCC se suele realizar a través de la visita a un terapeuta, pero puede impartirse de diferentes maneras, como por ejemplo en línea. La TCC implica hablar de los pensamientos repetidos que se producen y ayudar a la persona a gestionarlos y reducirlos, y también implica intentar llevar a cabo acciones compulsivas con menos frecuencia. Dado que las personas con TEA a veces tienen una forma diferente de pensar y comunicarse, los médicos se han preguntado si la TCC sería tan útil para tratar el TOC en personas con TEA, como lo es en personas que tienen TOC, pero no tienen TEA. Otros investigadores han ideado formas de cambiar la forma en que se administra la TCC a las personas con TEA para ayudarles a sacar el máximo provecho del tratamiento, lo que se denomina "TCC adaptada". Los estudios han demostrado que la TCC adaptada es útil para algunos trastornos de ansiedad que se presentan en el TEA. Sin embargo, no hay tantos estudios que analicen la utilidad de la TCC adaptada para el TOC en personas con TEA.
Búsqueda
Se buscaron ensayos controlados aleatorizados sobre la administración de TCC a personas con TOC que también tenían TEA. Un ensayo controlado aleatorizado es un ensayo en el que los participantes se asignan al azar a la TCC o a otro grupo de tratamiento, de modo que las personas que realizan el ensayo no pueden decir ni saben a qué grupo pertenecen los participantes. El otro grupo de tratamiento se llama grupo control. En estos estudios, las personas del grupo control no reciben TCC, sino que pueden tener sesiones con sus terapeutas que no incluyen TCC, o pueden estar en una lista de espera. Si reunirse con el terapeuta o esperar a que pase el tiempo fuera tan útil como la TCC, por ejemplo, entonces sería menos probable que los resultados mostraran una diferencia entre los desenlaces del grupo de tratamiento y el grupo control. Por el contrario, si la TCC fuera más eficaz, se podría esperar que el grupo de TCC obtuviera mejores resultados que el grupo control. Por lo tanto, al final de cada ensayo, cuando se comparan los resultados del grupo de tratamiento con los del grupo control, se obtiene información sobre la eficacia de la TCC para las personas con TOC y TEA. La evidencia en esta revisión está actualizada hasta agosto de 2020.
Conclusión
Sólo se encontró un ensayo controlado aleatorizado publicado sobre la administración de TCC a personas con TOC y TEA que cumplió con los criterios de búsqueda. El grupo control de este ensayo recibió un tratamiento denominado "control de la ansiedad" que ayudó a los participantes a controlar la ansiedad, pero no les ayudó a tratar específicamente los pensamientos y acciones repetidos, como hace la TCC. Este estudio pretendía comprobar si el control de la ansiedad o la TCC eran mejores para tratar el TOC en personas con TEA, pero el estudio no encontró una diferencia en la respuesta entre los dos tratamientos.
La evidencia en cuanto a la eficacia de la TCC para el tratamiento del TOC en el TEA es limitada. Hay mucho margen para los estudios futuros, no sólo para examinar la eficacia de la TCC para el TOC en el TEA, sino también las formas particulares en que el TOC se manifiesta y afecta a las personas con TEA y la función de la familia en la respuesta al tratamiento.
El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección del neurodesarrollo cada vez más reconocida, es decir, una enfermedad de base neurológica que interfiere en la adquisición, la retención o la aplicación de habilidades específicas. El TEA se caracteriza por dificultades para socializar y comunicarse, y por conductas estereotipadas y repetitivas. Un comportamiento estereotipado es aquel que se repite una y otra vez y que parece no tener una función útil. El TEA suele coexistir con trastornos de salud mental como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Las personas con TEA pueden mostrar ciertas diferencias cognitivas (es decir, diferencias en la forma de pensar) que influyen en su respuesta a las terapias. Por lo tanto, se necesitan guías basadas en la evidencia para tratar los problemas de salud mental en este grupo.
El TOC, un trastorno frecuente que se caracteriza por la repetición de pensamientos obsesivos y actos compulsivos, ocurre con mayor frecuencia en las personas con TEA que en la población general. Se han propuesto factores genéticos, anatómicos, neurobiológicos y psicológicos para explicar esta concurrencia. Sin embargo, hay que tener cuidado en distinguir los comportamientos estereotipados y repetitivos característicos del TEA de los actos obsesivos compulsivos del TOC.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es el tratamiento recomendado para el TOC, pero los estudios han indicado que este tratamiento podría ser menos eficaz en aquellos con TOC coexistente con TEA. Por lo tanto, las modificaciones del tratamiento con la TCC podrían ser útiles cuando se trata el TOC coexistente con el TEA para optimizar los desenlaces.
Evaluar la efectividad de la terapia conductual y cognitiva conductual para el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en niños y adultos con trastorno del espectro autista (TEA).
Se buscaron estudios en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), en MEDLINE, Embase, PsycINFO, otras cinco bases de datos bibliográficas, registros internacionales de ensayos y otras fuentes de literatura gris (hasta el 24 de agosto de 2020). Se verificaron las listas de referencias de los estudios incluidos y las revisiones sistemáticas pertinentes para identificar estudios adicionales omitidos en las búsquedas electrónicas originales. Cuando fue necesario se estableció contacto con expertos en la materia para obtener más información.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA), ensayos controlados, cruzados (cross-over), aleatorizados por conglomerado y cuasialeatorizados que incluyeran adultos y niños con diagnósticos de TOC y TEA. Se incluyeron estudios de participantes con afecciones concurrentes (es decir, aquellos que experimentaban otras enfermedades mentales o afecciones del neurodesarrollo al mismo tiempo), pero no se incluyeron individuos que tuvieran una dificultad global de aprendizaje concurrente. El tratamiento se podría realizar en cualquier contexto o formato e incluir la terapia conductual (TC) y la terapia cognitivo-conductual (TCC), que podrían haber sido adaptadas para los que presentan TEA. Las intervenciones de comparación incluyeron ningún tratamiento, lista de espera, atención placebo (en la que el grupo control recibe aspectos no específicos de la terapia, pero no el principio activo) y el tratamiento habitual (TH, en el que el grupo control recibe el tratamiento habitual, según las normas aceptadas).
Tres autores de la revisión de forma independiente examinaron los estudios para inclusión. Los autores extrajeron los datos relevantes del único estudio elegible, y evaluaron el riesgo de sesgo y la certeza de la evidencia (GRADE). Los desenlaces de interés fueron los cambios en los síntomas del TOC y la finalización del tratamiento (desenlace principal), y la gravedad de los síntomas depresivos, los síntomas de ansiedad y las dificultades conductuales, así como el grado de adaptación familiar (desenlaces secundarios). No se realizaron metanálisis ya que sólo un estudio cumplió los criterios de selección.
Sólo se incluyó en el análisis un ECA de 46 participantes. Este estudio comparó la TCC para el TOC en personas con TEA de alto funcionamiento con un grupo control que sólo recibió control de la ansiedad. No hubo diferencias en las tasas de finalización del tratamiento entre los grupos de TCC (87%) y de control de la ansiedad (87%) (razón de riesgos [RR] 1,00; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,80 a 1,25; evidencia de certeza baja). Las dificultades conductuales no se incluyeron como medida de desenlace en el estudio. Este estudio mostró que podría haber un efecto beneficioso al final del tratamiento que favorece a la TCC en comparación con el control de la ansiedad en los síntomas del TOC (diferencia de medias [DM] -3,00; IC del 95%: -8,02 a 2,02), los síntomas de depresión (DM -1,80; IC del 95%: -11,50 a 7,90), los síntomas de ansiedad (DM -3,20; IC del 95%: -11,38 a 4,98) y la calidad de vida (DM 5,20; IC del 95%: -1,41 a 11,81), pero la evidencia fue de certeza baja.
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